Deseos
de una nueva visita
1
Tesalonicenses 4 17Hermanos,
cuando nos separamos de ustedes por algún tiempo, aunque
no los veíamos, siempre los teníamos presentes en
nuestro corazón y deseábamos mucho ir a verlos. 18Intentamos
ir; por lo menos yo, Pablo, quise hacerlo varias veces,
pero Satanás nos lo impidió. 19Pues,
¿quién es nuestra esperanza, nuestra alegría y nuestro
motivo de orgullo delante de nuestro Señor Jesús,
cuando él regrese? Si no lo son ustedes, ningún otro lo
será. 20Sí, ustedes son nuestra gloria y
nuestra alegría.
Envío de Timoteo
1
Tesalonicenses 3
1Entonces, no pudiendo resistir más,
decidimos quedarnos solos en Atenas 2y enviar
a nuestro hermano Timoteo, que es colaborador de Dios en
el anuncio del evangelio de Cristo. Lo enviamos para que
fuera a afirmarlos y animarlos en su fe, 3y
para que ninguno se dejara confundir por estas
dificultades. Pues ustedes mismos saben que tenemos que
sufrir estas cosas. 4Además, cuando todavía
estábamos con ustedes, les advertimos que íbamos a
tener aflicciones; y así sucedió, como ya saben. 5Por
eso, yo en particular, no pudiendo resistir más, mandé
preguntar cómo andaban ustedes en cuanto a su fe, pues
tenía miedo de que el tentador les hubiera puesto una
tentación y que nuestro trabajo hubiera resultado en
vano.
6Pero
ahora Timoteo ha vuelto de Tesalónica, y nos ha traído
buenas noticias de la fe y el amor que ustedes tienen.
Nos dice que siempre se acuerdan de nosotros con cariño,
y que tienen tantos deseos de vernos como nosotros los
tenemos de verlos a ustedes. 7Por esto,
hermanos, en medio de todas nuestras dificultades y
aflicciones, hemos recibido mucho consuelo al saber que
ustedes siguen firmes en su fe. 8El saber que
ustedes están firmes en el Señor, nos reaviva. 9¿Cómo
podremos dar suficientes gracias a nuestro Dios por
ustedes y por el mucho gozo que a causa de ustedes
tenemos delante de él? 10Día y noche
suplicamos a Dios que nos permita verlos personalmente y
completar lo que todavía falte en su fe.
Oración
11Deseamos que Dios mismo nuestro Padre, y
nuestro Señor Jesús, nos ayuden para que podamos ir a
visitarlos. 12Y que el Señor los haga crecer
y tener todavía más amor los unos para con los otros y
para con todos, como nosotros los amamos a ustedes. 13Que
los haga firmes en sus corazones, santos e irreprochables
delante de Dios nuestro Padre cuando regrese nuestro
Señor Jesús con todo su pueblo santo. Amén.
Profecía contra Damasco
Isaías 17 1Profecía
contra Damasco:
Damasco
dejará de ser ciudad;
no
será más que un montón de ruinas.
2Quedará
abandonada para siempre,
convertida
en pastizales;
los
animales podrán pastar tranquilamente.
3Efraín,
que es el orgullo de Israel,
ya
no tendrá ciudad fortificada;
así
también Damasco, lo que queda de Siria,
dejará
de ser un reino.
Lo
afirma el Señor todopoderoso.
Castigo de Israel
4En
ese día Samaria, orgullo de Jacob,
perderá
su fuerza,
y
su prosperidad desaparecerá.
5Será
como cuando el segador cosecha el trigo
y
recoge las espigas con las manos,
o
cuando se recogen las espigas
en
el valle de Refaim,
6donde
solo quedan restos olvidados;
o
como cuando se golpea un olivo
y
solo quedan dos o tres aceitunas
en
la punta de una rama,
o
a lo sumo cuatro o cinco en todo el árbol.
Lo
afirma el Señor, el Dios de Israel.
7En
ese día
el
hombre volverá sus ojos a su creador,
al
Dios Santo de Israel.
8No
volverá a mirar los altares ni otros objetos hechos por
los hombres con sus propias manos.
No
se fijará más en esos troncos sagrados
ni
en esos altares donde queman incienso a los dioses.
9En
ese día
tus
ciudades fortificadas serán abandonadas,
como
fueron abandonadas
las
ciudades de los heveos y de los amorreos
por
miedo a los israelitas.
Quedarán
convertidas en desierto,
10porque
olvidaste al Dios que te salvó,
no
recordaste que él es tu refugio seguro.
Tú
cultivas esos jardines agradables,
siembras
tus plantas en honor a un dios extranjero,
11las
proteges el día en que las plantas,
y
haces que brote la semilla al día siguiente.
Pero
cuando vengan la enfermedad y el mal incurable,
se
perderá la cosecha.
12¡Oigan
el estruendo de pueblos numerosos,
estruendo
como el que produce el mar!
Es
el rugido que lanzan las naciones,
como
el rugido de aguas impetuosas.
13Pero
cuando Dios los reprende,
salen
huyendo lejos,
como
la paja que el viento se lleva por los montes
o
como el cardo que arrastra el huracán.
14Por
la tarde parecen terribles,
pero
antes del amanecer dejan de existir.
En
eso paran los que nos saquean,
así
terminan los que nos arruinan.
Profecía contra Etiopía
Isaías 18 1¡Ay del
país donde resuena un zumbido de insectos,
del
país situado más allá de los ríos de Etiopía,
2que
envía sus embajadores por el Nilo,
viajando
por el agua en barcas de junco!
Vayan,
veloces mensajeros,
a
un pueblo de alta estatura y piel brillante,
a
una nación temida en todas partes,
pueblo
fuerte y altanero
que
vive en una tierra bañada por ríos.
3Todos
ustedes, habitantes del mundo,
verán
cuando se alce la señal en la montaña,
y
oirán cuando suene la trompeta.
4El
Señor me dijo:
"Desde
mi lugar miro tranquilo,
como
la luz en un día de verano,
como
una nube de rocío en tiempo ardiente de cosecha.
5Cuando
pase la floración en los viñedos,
y
la flor se vuelva uva madura,
pero
antes del tiempo de la cosecha,
podarán
las ramas con cuchillos,
las
cortarán y las retirarán.
6Todo
quedará abandonado en las montañas
a
las aves de rapiña
y
a los animales salvajes.
Las
aves pasarán allí el verano,
y
todos los animales salvajes
se
quedarán allí en el invierno."
7En
ese tiempo
traerán
al Señor todopoderoso
ofrendas
de parte del pueblo
de
alta estatura y piel brillante,
nación
temida en todas partes,
pueblo
fuerte y altanero,
que
vive en una tierra bañada por ríos.
Las
traerán al monte Sión,
donde
se invoca el nombre del Señor todopoderoso.
Profecía contra Egipto
Isaías 19 1Profecía
contra Egipto:
Miren
al Señor:
Viene
a Egipto montado en veloz nube.
Ante
él tiemblan los ídolos de Egipto,
y
los egipcios se llenan de terror.
2"Voy
a hacer que los egipcios se dividan --dice--
y
peleen unos contra otros:
amigo
contra amigo, ciudad contra ciudad,
reino
contra reino.
3Les
haré perder la cabeza,
haré
fracasar sus planes.
Entonces
consultarán a los ídolos y a los brujos,
a
los espíritus de los muertos y a los adivinos.
4Pero
yo pondré a Egipto en poder de un amo duro;
un
rey cruel va a gobernarlo."
Lo
afirma el Señor todopoderoso.
5El
agua del Nilo se agotará,
el
río quedará completamente seco,
6los
canales despedirán mal olor.
Las
corrientes de agua de Egipto
irán
disminuyendo hasta secarse,
las
cañas y los juncos se marchitarán;
7los
juncales que están al borde del Nilo,
y
todos los sembrados que hay en sus orillas,
se
secarán y dejarán de existir.
8Todos
los que pescan en el Nilo
se
pondrán a gemir y a lamentarse;
los
que echan sus redes al agua se entristecerán.
9Los
que trabajan el lino se sentirán desanimados;
las
cardadoras y los tejedores se pondrán pálidos;
10los
fabricantes de telas quedarán abatidos,
y
todos los artesanos confundidos.
11¡Qué
tontos son ustedes, jefes de Soan,
los
consejeros más sabios de Egipto,
que
en realidad son consejeros estúpidos!
¿Cómo
se les ocurre decirle al faraón:
"Somos
descendientes de sabios,
de
reyes de la antigüedad"?
12¿Dónde
están tus sabios, faraón,
para
que te enseñen y te anuncien
los
planes que el Señor todopoderoso
tiene
contra Egipto?
13Los
jefes de Soan son tontos,
los
jefes de Menfis se dejaron engañar,
los
jefes de las provincias
han
llevado a Egipto por camino falso.
14El
Señor ha puesto en ellos
un
espíritu de confusión;
ellos
llevan a Egipto por camino falso
en
todo lo que hace,
como
un borracho que vomita y pierde el equilibrio.
15Y
nadie, sea cabeza o cola,
palmera
o junco,
podrá
hacer nada por Egipto.
16En
ese día los egipcios parecerán mujeres; se llenarán de
miedo y espanto cuando vean que el Señor todopoderoso
levanta su mano contra ellos. 17Los egipcios
sentirán terror ante Judá; con solo recordar su nombre
se llenarán de espanto por los planes que el Señor
todopoderoso tiene contra Egipto. 18En ese
día habrá en Egipto cinco ciudades que hablarán hebreo
y que jurarán fidelidad al Señor todopoderoso. Una de
ellas se llamará Ciudad del Sol.
19En
ese día habrá un altar dedicado al Señor en pleno
Egipto, y cerca de su frontera se levantará una piedra
en honor al Señor. 20Servirá de señal, para
que se recuerde al Señor todopoderoso en el país de
Egipto. Cuando griten al Señor pidiendo ayuda contra los
que les oprimen, él les enviará un libertador, para que
los defienda y los salve. 21El Señor se dará
a conocer a los egipcios, y ellos reconocerán al Señor,
le darán culto y le ofrecerán sacrificios y ofrendas.
Harán promesas al Señor y las cumplirán. 22El
Señor herirá a Egipto, pero después lo sanará. Ellos
se volverán al Señor, y él se compadecerá de ellos y
los sanará.
23En
ese día habrá un amplio camino desde Egipto hasta
Asiria. Los asirios podrán llegar hasta Egipto y los
egipcios hasta Asiria, y los egipcios y los asirios
adorarán juntos al Señor.
24En
ese día Israel se colocará a la par con Egipto y
Asiria, y será una bendición en medio de la tierra. 25El
Señor todopoderoso los bendecirá, diciendo: "Yo
bendigo a Egipto, mi pueblo, a Asiria, obra de mis manos,
y a Israel, mi propiedad."
SALMO 114 (113a)
Recuerdos de la salida de
Egipto
1Cuando
Israel, la casa de Jacob,
salió
de Egipto, del país extraño,
2Judá
llegó a ser el santuario del Señor;
Israel
llegó a ser su dominio.
3Cuando
el mar vio a Israel, huyó,
y
el río Jordán se hizo atrás.
4¡Los
cerros y las montañas
saltaron
como carneros y corderitos!
5¿Qué
te pasó, mar, que huiste?
¿qué
te pasó, Jordán, que te hiciste atrás?
6¿qué
les pasó, cerros y montañas,
que
saltaron como carneros y corderitos?
7¡Tiembla
tú, tierra,
delante
del Señor, Dios de Jacob!
8¡Él
convirtió las peñas en lagunas!
¡Él
convirtió las rocas en manantiales!
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