el dos de octubre - Apocalipsis 2, Nehemías 3 y Salmo 97

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El mensaje a Éfeso

Apocalipsis 2 1"Escribe al ángel de la iglesia de Éfeso: 'Esto dice el que tiene las siete estrellas en su mano derecha y anda en medio de los siete candelabros de oro: 2Yo sé todo lo que haces; conozco tu duro trabajo y tu constancia, y sé que no puedes soportar a los malos. También sé que has puesto a prueba a los que dicen ser apóstoles y no lo son, y has descubierto que son mentirosos. 3Has sido constante, y has sufrido mucho por mi causa, sin cansarte. 4Pero tengo una cosa contra ti: que ya no tienes el mismo amor que al principio. 5Por eso, recuerda de dónde has caído, vuélvete a Dios y haz otra vez lo que hacías al principio. Si no, iré a ti y quitaré tu candelabro de su lugar, a menos que te vuelvas a Dios. 6Sin embargo, tienes a tu favor que odias los hechos de los nicolaítas, los cuales yo también odio. 7¡El que tiene oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias! A los que salgan vencedores les daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios.'

El mensaje a Esmirna

8"Escribe también al ángel de la iglesia de Esmirna: 'Esto dice el primero y el último, el que murió y ha vuelto a vivir: 9Yo conozco tus sufrimientos y tu pobreza, aunque en realidad eres rico. Y sé lo mal que hablan de ti los que se dicen judíos pero no son otra cosa que una congregación de Satanás. 10No tengas miedo de lo que vas a sufrir, pues el diablo meterá en la cárcel a algunos de ustedes, para que todos ustedes sean puestos a prueba; y tendrán que sufrir durante diez días. Manténte fiel hasta la muerte, y yo te daré la vida como premio. 11¡El que tiene oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias! Los que salgan vencedores no sufrirán ningún daño de la segunda muerte.'

El mensaje a Pérgamo

12"Escribe también al ángel de la iglesia de Pérgamo: 'Esto dice el que tiene la aguda espada de dos filos: 13Yo sé que vives donde Satanás tiene su trono; sin embargo sigues fiel a mi causa. No renegaste de tu fe en mí, ni siquiera en los días en que a Antipas, mi testigo fiel, lo mataron en esa ciudad donde vive Satanás. 14Pero tengo unas cuantas cosas contra ti: que ahí tienes algunos que no quieren apartarse de la enseñanza de Balaam, el cual aconsejó a Balac que hiciera pecar a los israelitas incitándolos a comer alimentos ofrecidos en sacrificio a los ídolos y a la prostitución. 15También tienes ahí algunos que no quieren apartarse de la enseñanza de los nicolaítas. 16Por eso, vuélvete a Dios; de lo contrario, iré pronto a ti, y con la espada que sale de mi boca pelearé contra ellos. 17¡El que tiene oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias! A los que salgan vencedores les daré a comer del maná que está escondido; y les daré también una piedra blanca, en la que está escrito un nombre nuevo que nadie conoce sino quien lo recibe.'

El mensaje a Tiatira

18"Escribe también al ángel de la iglesia de Tiatira: 'Esto dice el Hijo de Dios, el que tiene los ojos como llamas de fuego y los pies como bronce pulido: 19Yo sé todo lo que haces; conozco tu amor, tu fe, tu servicio y tu constancia, y sé que ahora estás haciendo más que al principio. 20Pero tengo una cosa contra ti: que toleras a esa mujer, Jezabel, que se llama a sí misma profetisa pero engaña con su enseñanza a mis siervos, incitándolos a la prostitución y a comer alimentos ofrecidos en sacrificio a los ídolos. 21Yo le he dado tiempo para que se convierta a Dios; pero ella no ha querido hacerlo ni ha abandonado su prostitución. 22-23Por eso, voy a hacerla caer en cama, y mataré a sus hijos; y a los que cometen adulterio con ella, si no dejan de portarse como ella lo hace, les enviaré grandes sufrimientos. Así todas las iglesias se darán cuenta de que yo conozco hasta el fondo la mente y el corazón; y a cada uno de ustedes le daré según lo que haya hecho. 24En cuanto a ustedes, los que están en Tiatira pero no siguen esa enseñanza ni han llegado a conocer lo que ellos llaman los secretos profundos de Satanás, les digo que no les impongo otra carga. 25Pero conserven lo que tienen, hasta que yo venga. 26A los que salgan vencedores y sigan hasta el fin haciendo lo que yo quiero que se haga, les daré autoridad sobre las naciones, 27-28así como mi Padre me ha dado autoridad a mí; y gobernarán a las naciones con cetro de hierro, y las harán pedazos como a ollas de barro. Y les daré también la estrella de la mañana. 29¡El que tiene oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias!'


Distribución del trabajo

Nehemías 3 1Entonces el sumo sacerdote Eliasib y sus compañeros los sacerdotes reconstruyeron la puerta de las Ovejas. Le pusieron vigas y colocaron las puertas, y reconstruyeron la muralla desde la torre de los Cien hasta la torre de Hananel. 2El siguiente tramo de la muralla lo reconstruyeron los hombres de Jericó, y el siguiente lo hizo Zacur, el hijo de Imrí. 3Los descendientes de Senaá reconstruyeron la puerta de los Pescados. Le pusieron vigas y colocaron sus puertas con sus cerrojos y barras. 4El siguiente tramo de la muralla lo reforzó Meremot, hijo de Urías y nieto de Cos; y el siguiente, Mesulam, hijo de Berequías y nieto de Mesezabel; el siguiente tramo lo restauró Sadoc, hijo de Baaná. 5La reparación del siguiente tramo la hicieron los de Tecoa, aunque sus hombres importantes no quisieron ayudar a sus dirigentes. 6Joiadá, hijo de Paséah, y Mesulam, hijo de Besodías, repararon la puerta de Jesaná. Le pusieron vigas y colocaron sus puertas con sus cerrojos y barras. 7El siguiente tramo de la muralla lo repararon Melatías de Gabaón y Jadón de Meronot, y la gente de Gabaón y de Mispá, lugares que estaban bajo la autoridad del gobernador al oeste del río Éufrates. 8El siguiente tramo de la muralla lo reparó Uziel, hijo de Harhaías, el platero; y el siguiente lo reparó Hananías, el perfumero; ellos dos restauraron la muralla de Jerusalén hasta la muralla ancha. 9El siguiente tramo lo reparó Refaías, hijo de Hur, que era alcalde de la mitad del distrito de Jerusalén. 10El siguiente tramo lo reparó Jedaías, hijo de Harumaf, pues quedaba frente a su casa, y el siguiente lo reparó Hatús, hijo de Hasabnías.
11Malquías, hijo de Harim, y Hasub, hijo de Pahat-moab, repararon el siguiente tramo y la torre de los Hornos. 12El siguiente lo repararon Salum, hijo de Halohés, que era alcalde de la otra mitad del distrito de Jerusalén, y sus hijas. 13Hanún y los habitantes de Zanóah repararon la puerta del Valle; la reconstruyeron y colocaron sus puertas con sus cerrojos y barras, y restauraron cuatrocientos cincuenta metros de muralla, hasta la puerta del Basurero. 14Malquías, hijo de Recab, gobernador del distrito de Bet-haquérem, reconstruyó la puerta del Basurero y colocó sus puertas con sus cerrojos y barras.
15Salum, hijo de Colhozé, gobernador del distrito de Mispá, reparó la puerta de la Fuente: la reconstruyó y la techó, y colocó sus puertas con sus cerrojos y sus barras, y también reparó el muro del estanque de Siloé junto al Jardín Real, hasta las escaleras que bajan de la Ciudad de David. 16Nehemías, hijo de Azbuc, gobernador de medio distrito de Bet-sur, reparó el siguiente tramo de la muralla hasta frente a los sepulcros de David, hasta el depósito del agua y hasta el cuartel de los soldados.
17El siguiente tramo lo repararon los levitas: Rehúm, hijo de Baní; y más adelante Hasabías, gobernador de medio distrito de Queilá, que lo hizo en nombre de su distrito. 18El siguiente tramo lo repararon sus colegas: Bavai, hijo de Henadad, gobernador de la otra mitad del distrito de Queilá; 19y Éser, hijo de Josué, gobernador de Mispá, reparó otro tramo frente a la subida al depósito de armas de la esquina. 20A continuación de él, Baruc, hijo de Zabai, reparó otro tramo, desde la esquina hasta la puerta de la casa de Eliasib, el sumo sacerdote; 21y Meremot, hijo de Urías y nieto de Cos, reparó el siguiente tramo, desde la puerta de la casa de Eliasib hasta el final de la misma.
22El tramo siguiente de la muralla lo repararon los sacerdotes que vivían en el valle del Jordán. 23A continuación de ellos, Benjamín y Hasub repararon la muralla frente a su casa. Y después de ellos, Azarías, hijo de Maaseías y nieto de Ananías, hizo la restauración junto a su casa. 24El siguiente tramo lo reparó Binuy, hijo de Henadad, desde la casa de Azarías hasta el ángulo en la esquina. 25A continuación de él, Palal, hijo de Uzai, reparó la muralla frente a la esquina y también la torre alta que sobresale del palacio real, la cual está en el patio de la guardia. El siguiente tramo lo reparó Pedaías, hijo de Parós, 26hasta frente a la puerta del Agua, hacia el este, así como la torre que sobresale. (Los que vivían en Ófel eran los sirvientes del templo.) 27Los de Tecoa repararon el siguiente tramo, desde enfrente de la torre grande que sobresale hasta la muralla de Ófel.
28Los sacerdotes repararon la muralla, cada uno frente a su casa, desde la puerta de los Caballos. 29A continuación de ellos, Sadoc, hijo de Imer, reparó la muralla frente a su casa; y el tramo siguiente lo reparó Semaías, hijo de Secanías, que era guardián de la puerta de Oriente. 30Tras él repararon otro tramo Hananías, hijo de Selemías, y Hanún, que era el sexto hijo de Salaf; y a continuación de ellos, Mesulam, hijo de Berequías, lo hizo frente a su casa. 31Malquías, el platero, reparó el siguiente tramo de la muralla hasta la casa de los servidores del templo, y la de los comerciantes, frente a la puerta de la Inspección y hasta el puesto de vigilancia de la esquina. 32Los plateros y los comerciantes repararon el siguiente tramo desde el puesto de vigilancia de la esquina hasta la puerta de las Ovejas.


SALMO 97 (96)

¡El Señor es Rey!

1¡Alégrese toda la tierra!
¡Alégrense las islas numerosas!
¡El Señor es Rey!
2Está rodeado de espesas nubes;
la justicia y el derecho sostienen su trono;
3el fuego va delante de él
y quema a los enemigos que lo rodean.
4Sus relámpagos iluminan el mundo;
¡la tierra tiembla al verlos!
5Las montañas se derriten como cera
ante el Señor, ante el dueño de toda la tierra.
6Los cielos anuncian su justicia;
todos los pueblos ven su gloria.
7Quedan humillados los que adoran ídolos,
los que se sienten orgullosos de ellos.
¡Todos los dioses se inclinan ante él!

8Oh Señor, Sión y las ciudades de Judá
se alegran mucho por tus decretos;
9pues tú, Señor altísimo,
estás por encima de toda la tierra
y mucho más alto que todos los dioses.

10El Señor ama a los que odian el mal;
protege la vida de los que le son fieles;
los libra de caer en manos de malvados.
11La luz brilla para el hombre bueno;
la alegría es para la gente honrada.

12¡Alégrense en el Señor, hombres buenos,
y alaben su santo nombre!

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