17En ti se cumple la sentencia del malvado,
y no podrás evitar que se te juzgue y condene.
18Cuida de no dejarte sobornar,
de no dejarte seducir por el mucho dinero.
19En la angustia no te servirán de nada
tus gritos ni todo tu poder.
20No suspires por que llegue la noche,
cuando los pueblos desaparecen.
21Cuida de no volver a la maldad,
tú que fuiste probado por el sufrimiento.
22Fíjate en el gran poder de Dios.
Ningún maestro es comparable a él;
23nadie puede decirle lo que tiene que hacer,
ni echarle en cara el haber hecho mal.
24Todo el mundo alaba sus obras;
acuérdate también tú de alabdrlas.
25Todo hombre puede verlas,
aunque sea de lejos.
26Dios es tan grande, que no podemos comprenderlo;
tampoco podemos contar sus años.
27Él recoge en un depósito las gotas de agua,
y luego las convierte en lluvia.
28La lluvia chorrea de las nubes
y cae en aguaceros sobre la gente.
29¿Quién entiende por qué avanzan las nubes,
o por qué resuena el trueno en el cielo?
30Dios extiende el relámpago sobre el mar,
dejando oculto el fondo del océano.
31Así alimenta a los pueblos
y les da comida en abundancia.
32Sujeta el rayo entre sus manos,
y este da en el blanco, tal como él lo ordena.
33El trueno anuncia a Dios,
la tempestad proclama su ira.
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