el primero de septiembre - San Juan 9.1-23, 2 Crónicas 6 y Malaquías 2.17-3.18

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Jesús da la vista a un hombre que nació ciego

San Juan 9 1Al salir, Jesús vio a su paso a un hombre que había nacido ciego. 2Sus discípulos le preguntaron:
--Maestro, ¿por qué nació ciego este hombre? ¿Por el pecado de sus padres, o por su propio pecado?
3Jesús les contestó:
--Ni por su propio pecado ni por el de sus padres; fue más bien para que en él se demuestre lo que Dios puede hacer. 4Mientras es de día, tenemos que hacer el trabajo del que me envió; pues viene la noche, cuando nadie puede trabajar. 5Mientras estoy en este mundo, soy la luz del mundo.
6Después de haber dicho esto, Jesús escupió en el suelo, hizo con la saliva un poco de lodo y se lo untó al ciego en los ojos. 7Luego le dijo:
--Ve a lavarte al estanque de Siloé (que significa: "Enviado").
El ciego fue y se lavó, y cuando regresó ya podía ver. 8Los vecinos y los que antes lo habían visto pedir limosna se preguntaban:
--¿No es este el que se sentaba a pedir limosna?
9Unos decían:
--Sí, es él.
Otros decían:
--No, no es él, aunque se le parece.
Pero él mismo decía:
--Sí, yo soy.
10Entonces le preguntaron:
--¿Y cómo es que ahora puedes ver?
11Él les contestó:
--Ese hombre que se llama Jesús hizo lodo, me lo untó en los ojos, y me dijo: 'Ve al estanque de Siloé, y lávate.' Yo fui, y en cuanto me lavé, pude ver.
12Entonces le preguntaron:
--¿Dónde está ese hombre?
Y él les dijo:
--No lo sé.

Los fariseos interrogan al ciego que fue sanado

13-14El día en que Jesús hizo el lodo y devolvió la vista al ciego era sábado. Por eso llevaron ante los fariseos al que había sido ciego, 15y ellos le preguntaron cómo era que ya podía ver. Y él les contestó:
--Me puso lodo en los ojos, me lavé, y ahora veo.
16Algunos fariseos dijeron:
--El que hizo esto no puede ser de Dios, porque no respeta el sábado.
Pero otros decían:
--¿Cómo puede hacer estas señales milagrosas, si es pecador?
De manera que hubo división entre ellos, 17y volvieron a preguntarle al que antes era ciego:
--Puesto que te ha dado la vista, ¿qué dices de él?
Él contestó:
--Yo digo que es un profeta.
18Pero los judíos no quisieron creer que había sido ciego y que ahora podía ver, hasta que llamaron a sus padres 19y les preguntaron:
--¿Es este su hijo? ¿Declaran ustedes que nació ciego? ¿Cómo es que ahora puede ver?
20Sus padres contestaron:
--Sabemos que este es nuestro hijo, y que nació ciego; 21pero no sabemos cómo es que ahora puede ver, ni tampoco sabemos quién le dio la vista. Pregúntenselo a él; ya es mayor de edad, y él mismo puede darles razón.
22Sus padres dijeron esto por miedo, pues los judíos se habían puesto de acuerdo para expulsar de la sinagoga a cualquiera que reconociera que Jesús era el Mesías. 23Por eso dijeron sus padres: "Pregúntenselo a él, que ya es mayor de edad."


Salomón dedica el templo
(1  R 8.12-66)

2 Crónicas 6 1Entonces Salomón dijo:
"Tú, Señor, has dicho
que vives en la oscuridad.
2Pero yo te he construido
un templo para que lo habites,
un lugar donde vivas para siempre."

3Luego el rey se volvió, de frente a toda la comunidad israelita, que estaba de pie, y la bendijo 4diciendo: "Bendito sea el Señor, Dios de Israel, que ha cumplido lo que prometió a David, mi padre, cuando le dijo: 5'Desde el día en que saqué de Egipto a mi pueblo, no había escogido yo ninguna ciudad entre todas las tribus de Israel para que en ella se construyera un templo donde residiera mi nombre, ni había escogido a ningún hombre para que fuera el guía de mi pueblo Israel, 6pero escogí a Jerusalén para que mi nombre resida allí, y escogí a David para que gobernara a mi pueblo Israel.' 7Y David, mi padre, tuvo el deseo de construir un templo en honor del Señor, Dios de Israel. 8Sin embargo, el Señor le dijo: 'Haces bien en querer construirme un templo; 9pero no serás tú quien lo construya, sino el hijo que tendrás. Él será quien me construya el templo.'
10"Pues bien, el Señor ha cumplido su promesa. Tal como dijo, yo he tomado el lugar de David, mi padre, y me he sentado en el trono de Israel y he construido un templo al Señor, el Dios de Israel. 11Además he puesto allí el arca donde está la alianza que el Señor hizo con los israelitas."
12Después se puso Salomón delante del altar del Señor, en presencia de toda la comunidad israelita, y extendió sus manos. 13Estaba subido sobre una plataforma de bronce de dos metros veinticinco centímetros de largo, otro tanto de ancho y un metro treinta y cinco centímetros de alto, la cual había construido y colocado en medio del atrio. Luego se arrodilló delante de toda la comunidad israelita, y extendiendo sus manos al cielo, 14exclamó: "Señor, Dios de Israel: ni en el cielo ni en la tierra hay un Dios como tú, que cumples tu alianza y muestras tu bondad para con los que te sirven de todo corazón; 15que has cumplido lo que prometiste a David, mi padre, uniendo así la acción a la palabra en este día. 16Por lo tanto, Señor, Dios de Israel, cumple también lo que prometiste a tu siervo David, mi padre: que no le faltaría un descendiente que, con tu favor, subiera al trono de Israel, con tal de que sus hijos cuidaran su conducta y cumplieran tu ley como él la cumplió. 17Así pues, Señor, Dios de Israel, haz que se cumpla la promesa que hiciste a mi padre, tu servidor David.
18"Pero ¿será verdad que Dios puede vivir con los hombres sobre la tierra? Si el cielo, en toda su inmensidad, no puede contenerte, ¡cuánto menos este templo que he construido para ti! 19No obstante, Señor y Dios mío, atiende mi ruego y mi súplica; escucha el clamor y la oración que este siervo tuyo te dirige. 20No dejes de mirar, ni de día ni de noche, este templo, lugar donde tú has dicho que estarás presente. Escucha la oración que aquí te dirige este siervo tuyo. 21Escucha mis súplicas y las de tu pueblo Israel cuando oremos hacia este lugar. Escúchalas en el cielo, lugar donde vives, y concédenos tu perdón.
22"Cuando alguien cometa una falta contra su prójimo, y le obliguen a jurar ante tu altar en este templo, 23escucha tú desde el cielo, y actúa; haz justicia a tus siervos. Da su merecido al culpable, haciendo recaer sobre él el castigo por sus malas acciones, y haz justicia al inocente, según le corresponda.
24"Cuando el enemigo derrote a tu pueblo Israel por haber pecado contra ti, si luego este vuelve y alaba tu nombre, y en sus oraciones te suplica en este templo, 25escúchalo tú desde el cielo, perdona su pecado, y hazlo volver al país que les diste a ellos y a sus antepasados.
26"Cuando haya una sequía y no llueva porque el pueblo pecó contra ti, si luego ora hacia este lugar, y alaba tu nombre, y se arrepiente de su pecado a causa de tu castigo, 27escúchalo tú desde el cielo y perdona el pecado de tus siervos, de tu pueblo Israel, y enséñales el buen camino que deben seguir. Envía entonces tu lluvia a esta tierra que diste en herencia a tu pueblo.
28"Cuando en el país haya hambre, o peste, o las plantas se sequen por el calor, o vengan plagas de hongos, langostas o pulgón; cuando el enemigo rodee nuestras ciudades y las ataque, o venga cualquier otra desgracia o enfermedad, 29-30escucha entonces toda oración o súplica hecha por cualquier persona, o por todo tu pueblo Israel, que al ver su desgracia y dolor extienda sus manos en oración hacia este templo. Escucha tú desde el cielo, desde el lugar donde habitas, y concede tu perdón; da a cada uno según merezcan sus acciones, pues solo tú conoces las intenciones y el corazón del hombre. 31Así te honrarán y te obedecerán mientras vivan en la tierra que diste a nuestros antepasados.
32"Aun si un extranjero, uno que no sea de tu pueblo, viene de tierras lejanas por causa de tu nombre grandioso y de tu gran despliegue de poder, y ora hacia este templo, 33escucha tú desde el cielo, desde el lugar donde habitas, y concédele todo lo que te pida, para que todas las naciones de la tierra te conozcan y te honren como lo hace tu pueblo Israel, y comprendan que tu nombre es invocado en este templo que yo te he construido.
34"Cuando tu pueblo salga a luchar contra sus enemigos, dondequiera que tú lo envíes, si ora a ti en dirección de esta ciudad que tú escogiste y del templo que yo te he construido, 35escucha tú desde el cielo su oración y su ruego, y defiende su causa.
36"Y cuando pequen contra ti, pues no hay nadie que no peque, y tú te enfurezcas con ellos y los entregues al enemigo para que los haga cautivos y se los lleve a otro país, sea lejos o cerca, 37si en el país adonde hayan sido desterrados se vuelven a ti y te suplican y reconocen que han pecado y hecho lo malo, 38si se vuelven a ti con todo su corazón y toda su alma en el país adonde los hayan llevado cautivos, y oran en dirección de esta tierra que diste a sus antepasados, y de la ciudad que escogiste, y del templo que te he construido, 39escucha tú sus oraciones y súplicas desde el cielo, desde el lugar donde habitas, defiende su causa y perdónale a tu pueblo sus pecados contra ti.
40"Atiende, pues, Dios mío, y escucha las oraciones que se hagan en este lugar.

41"Levántate, Dios y Señor, con tu arca poderoso,
y ven al lugar donde has de descansar.
Que tus sacerdotes, Dios y Señor, se revistan de la salvación,
que tus fieles gocen de prosperidad.
42No desaires, Dios y Señor, al rey que has escogido.
Recuerda tu amor por David, tu siervo."


El día del juicio

Malaquías 2 17El Señor ya está cansado de escucharles; y todavía ustedes preguntan: "¿Qué hemos dicho para que se haya cansado de escucharnos?" Pues ustedes han dicho que al Señor le agradan los que hacen lo malo, y que está contento con ellos. ¡Ustedes no creen que Dios sea justo!
Malaquías 3 1El Señor todopoderoso dice: "Voy a enviar mi mensajero para que me prepare el camino. El Señor, a quien ustedes están buscando, va a entrar de pronto en su templo. ¡Ya llega el mensajero de la alianza que ustedes desean!"
2Pero ¿quién podrá resistir el día de su venida? ¿Quién podrá entonces permanecer en pie? Pues llegará como un fuego, para purificarnos; será como un jabón que quitará nuestras manchas. 3El Señor se sentará a purificar a los sacerdotes, los descendientes de Leví, como quien purifica la plata y el oro en el fuego. Después ellos podrán presentar su ofrenda al Señor, tal como deben hacerlo. 4El Señor se alegrará entonces de la ofrenda de Judá y Jerusalén, igual que se alegraba de ella en otros tiempos.
5El Señor todopoderoso dice: "Yo vendré a juzgarlos a ustedes. Y al mismo tiempo seré testigo contra los que practican la magia, los que cometen adulterio, los que juran en falso, los que oprimen a los trabajadores, a las viudas y a los huérfanos, los que tratan mal a los extranjeros y los que me faltan al respeto.
6"Yo soy el Señor. No he cambiado. Y por eso ustedes, descendientes de Jacob, no han sido aniquilados. 7Ustedes se han apartado de mis preceptos, como se apartaron sus antepasados, y no han querido obedecerlos. Yo, el Señor todopoderoso, les digo: ¡Vuélvanse a mí, y yo me volveré a ustedes! Pero ustedes dicen: '¿Por qué hemos de volvernos a ti?' 8Y yo pregunto: ¿Acaso un hombre puede defraudar a Dios? ¡Pues ustedes me han defraudado! Y todavía preguntan: '¿En qué te hemos defraudado?' ¡En los diezmos y en las ofrendas me han defraudado! 9Sí, toda la nación, todos ustedes, me están defraudando, y por eso voy a maldecirlos. Yo, el Señor todopoderoso, les digo: 10Traigan su diezmo al tesoro del templo, y así habrá alimentos en mi casa. Pónganme a prueba en eso, a ver si no les abro las ventanas del cielo para vaciar sobre ustedes la más rica bendición. 11No dejaré que las plagas destruyan sus cosechas y sus viñedos. 12Todas las naciones les llamarán dichosos, porque ustedes tendrán un país encantador." Yo, el Señor todopoderoso, lo he dicho.

Compasión de Dios hacia su pueblo

13El Señor dice: "Ustedes han dicho cosas muy duras contra mí. Y todavía preguntan: '¿Qué es lo que hemos dicho en contra tuya?' 14Esto es lo que han dicho: 'Servir a Dios es cosa inútil. ¿Qué provecho sacaremos de hacer lo que él manda, de andar vestidos de luto delante del Señor todopoderoso? 15Nosotros hemos visto que los orgullosos son felices, que a los malvados les salen las cosas bien, que ponen a prueba a Dios y no reciben ningún castigo.'  "
16(Los que honran a Dios hablaron entonces entre sí, y el Señor escuchó con atención lo que decían. Y en presencia del Señor se escribió un libro, en el cual se recordaba a los que honran al Señor y lo toman en cuenta.)
17El Señor todopoderoso dice: "Estoy preparando un día en el que ellos volverán a ser mi pueblo. Como un padre se compadece del hijo que le sirve, así tendré yo compasión de ellos. 18Entonces ustedes se darán cuenta otra vez de la diferencia que hay entre el bueno y el malo, entre el que adora a Dios y el que no lo adora."

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