el catorce de julio - 1 Corintios 2, 1 Reyes y 15.1-32 Joel 2.12-32

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El mensaje acerca de Cristo crucificado

1 Corintios 2 1Pero hermanos, cuando yo fui a hablarles del designio secreto de Dios, lo hice sin hacer alardes de retórica o de sabiduría. 2Y, estando entre ustedes, no quise saber de otra cosa sino de Jesucristo y, más estrictamente, de Jesucristo crucificado. 3Me presenté ante ustedes débil y temblando de miedo, 4y cuando les hablé y les prediqué el mensaje, no usé palabras sabias para convencerlos. Al contrario, los convencí haciendo demostración del Espíritu y del poder de Dios, 5para que la fe de ustedes dependiera del poder de Dios y no de la sabiduría de los hombres.

Dios da a conocer sus secretos por medio del Espíritu

6Sin embargo, entre los que ya han alcanzado la madurez en su fe sí usamos palabras de sabiduría. Pero no se trata de una sabiduría propia de este mundo ni de quienes lo gobiernan, los cuales ya están perdiendo su poder. 7Se trata más bien de la sabiduría oculta de Dios, del designio secreto que él, desde la eternidad, ha tenido para nuestra gloria. 8Esto es algo que no han entendido los gobernantes del mundo presente, pues si lo hubieran entendido no habrían crucificado al Señor de la gloria. 9Pero, como se dice en la Escritura:
"Dios ha preparado para los que lo aman
cosas que nadie ha visto ni oído,
y ni siquiera pensado."
10Estas son las cosas que Dios nos ha hecho conocer por medio del Espíritu, pues el Espíritu lo examina todo, hasta las cosas más profundas de Dios.
11¿Quién entre los hombres puede saber lo que hay en el corazón del hombre, sino solo el espíritu que está dentro del hombre? De la misma manera, solamente el Espíritu de Dios sabe lo que hay en Dios. 12Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que entendamos las cosas que Dios en su bondad nos ha dado. 13Hablamos de estas cosas con palabras que el Espíritu de Dios nos ha enseñado, y no con palabras que hayamos aprendido por nuestra propia sabiduría. Así explicamos las cosas espirituales con términos espirituales.
14El que no es espiritual no acepta las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son tonterías. Y tampoco las puede entender, porque son cosas que tienen que juzgarse espiritualmente. 15Pero aquel que tiene el Espíritu puede juzgar todas las cosas, y nadie lo puede juzgar a él. 16Pues la Escritura dice: "¿Quién conoce la mente del Señor? ¿Quién podrá instruirle?" Sin embargo, nosotros tenemos la mente de Cristo.


Reinado de Abiam en Judá
(2  Cr 13.1-22)

1 Reyes 15 1Abiam comenzó a reinar en Judá en el año dieciocho del reinado de Jeroboam, hijo de Nabat. 2Reinó en Jerusalén durante tres años. Su madre se llamaba Maacá, y era hija de Absalón. 3Abiam cometió los mismos pecados que su padre había cometido antes que él, y su corazón no fue fiel al Señor su Dios, como lo fue el de David, antepasado suyo. 4Sin embargo, por consideración a David, el Señor concedió que su lámpara continuara encendida en Jerusalén, al poner a su hijo en el trono después de él y afirmar a Jerusalén; 5pues David se había conducido de manera digna de aprobación por parte del Señor, ya que nunca en su vida se apartó de lo que el Señor le había mandado, excepto en el asunto de Urías el hitita.
6-7Hubo guerra continuamente entre Roboam y Jeroboam mientras Roboam vivió. Y también hubo guerra entre Abiam y Jeroboam. El resto de la historia de Abiam y de todo lo que hizo, está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá. 8Y cuando Abiam murió, lo enterraron en la Ciudad de David. Después reinó en su lugar su hijo Asá.

Reinado de Asá en Judá
(2  Cr 14.1-5; 15.16-19)

9Asá comenzó a reinar en Judá en el año veinte del reinado de Jeroboam en Israel, 10y reinó en Jerusalén cuarenta años. Su abuela se llamaba Maacá, y era hija de Absalón.
11Los hechos de Asá fueron buenos a los ojos del Señor, como los de su antepasado David. 12Echó fuera del país a los hombres que practicaban la prostitución como un culto, y quitó todos los ídolos que sus antepasados habían hecho. 13También quitó la categoría de reina madre a Maacá, su abuela, porque había mandado hacer una imagen de Aserá. Asá destruyó aquella imagen, y la quemó en el arroyo Cedrón. 14Y aunque no se quitaron los santuarios en lugares altos, Asá fue siempre fiel al Señor, 15y puso en el templo del Señor todo el oro y la plata que tanto él como su padre habían dedicado al Señor.

Pacto de Asá con Ben-hadad
(2  Cr 16.1-10)

16Hubo guerra continuamente entre Asá y Baasá, rey de Israel. 17Y cuando Baasá fue a atacar a Judá, fortificó Ramá para cortarle toda comunicación al rey de Judá. 18Entonces Asá tomó todo el oro y la plata que aún había en los tesoros del templo del Señor y del palacio real, y por medio de sus funcionarios los envió a Ben-hadad, rey de Siria, que era hijo de Tabrimón y nieto de Hezión, y tenía su residencia en Damasco. También le envió este mensaje: 19"Hagamos tú y yo un pacto, como hicieron nuestros padres. Aquí te envío oro y plata como regalo. Rompe el pacto que tienes con Baasá, rey de Israel, y así me dejará en paz."
20Ben-hadad aceptó la proposición del rey Asá y envió a los jefes de sus tropas a atacar las ciudades de Israel. Así conquistó Iión, Dan, Abel-bet-maacá, toda Quinéret y toda la región de Neftalí. 21Cuando Baasá lo supo, dejó de fortificar Ramá y regresó a Tirsá. 22Entonces el rey Asá mandó llamar a todo Judá, sin que faltara nadie, y se llevaron de Ramá las piedras y la madera que Baasá había usado para fortificarla, y con ellas el rey Asá fortificó Gueba de Benjamín y Mispá.

Muerte de Asá
(2  Cr 16.11-14)

23El resto de la historia completa de Asá y de sus hazañas, y lo que hizo, y las ciudades que construyó, está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá.
En su ancianidad, Asá enfermó de los pies; 24y cuando murió, lo enterraron con sus antepasados en la Ciudad de David. Después reinó en su lugar su hijo Josafat.

Reinado de Nadab en Israel

25En el segundo año del reinado de Asá en Judá, Nadab, hijo de Jeroboam, comenzó a reinar en Israel, y su reinado duró dos años. 26Pero sus hechos fueron malos a los ojos del Señor; cometió los mismos pecados que su padre había cometido, y con los cuales hizo pecar a los israelitas. 27Pero Baasá, hijo de Ahías, que pertenecía a la tribu de Isacar, formó un complot contra él y lo mató en Guibetón, ciudad filistea que Nadab estaba sitiando con todo el ejército israelita.
28Baasá mató a Nadab en el tercer año del reinado de Asá en Judá, y reinó en su lugar. 29Y tan pronto como empezó a reinar, mató a toda la familia de Jeroboam. Conforme a lo que el Señor había anunciado por medio de Ahías de Siló, Baasá exterminó por completo a la familia de Jeroboam. No dejó vivo a nadie. 30Esto fue a causa de los pecados que Jeroboam había cometido, con los cuales hizo pecar a los israelitas, provocando así la ira del Señor, Dios de Israel.
31El resto de la historia de Nadab y de todo lo que hizo, está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.
32Entre Asá y Baasá, rey de Israel, hubo guerra continuamente.


La misericordia del Señor


12"Pero ahora --lo afirma el Señor--,
vuélvanse a mí de todo corazón.
¡Ayunen, griten y lloren!"
13¡Vuélvanse ustedes al Señor su Dios,
y desgárrense el corazón
en vez de desgarrarse la ropa!
Porque el Señor es tierno y compasivo,
paciente y todo amor,
dispuesto siempre a levantar el castigo.
14Tal vez decida no castigarlos a ustedes,
y les envíe bendición:
cereales y vino
para las ofrendas del Señor su Dios.

15¡Toquen la trompeta en el monte Sión!
Convoquen al pueblo y proclamen ayuno;
16reúnan al pueblo de Dios, y purifíquenlo;
reúnan a los ancianos, a los niños
y aun a los niños de pecho.
¡Que hasta los recién casados
salgan de la habitación nupcial!
17Lloren los sacerdotes, los ministros del Señor,
y digan entre el vestíbulo y el altar:
"Perdona, Señor, a tu pueblo;
no dejes que nadie se burle de los tuyos;
no dejes que otras naciones los dominen
y que los paganos digan:
'¿Dónde está su Dios?'  "

18Entonces el Señor mostró su amor por su país; compadecido de su pueblo, 19dijo:

"Voy a enviarles trigo, vino y aceite,
hasta que queden satisfechos;
y no volveré a permitir
que los paganos se burlen de ustedes.
20Alejaré de ustedes las langostas que vienen del norte,
y las echaré al desierto.
Ahogaré su vanguardia en el Mar Muerto
y su retaguardia en el Mediterráneo,
y sus cuerpos se pudrirán y apestarán.
¡Voy a hacer grandes cosas!"

21Alégrate mucho, tierra, y no tengas miedo,
porque el Señor va a hacer grandes cosas.
22No tengan miedo, animales salvajes,
pues los pastizales reverdecerán,
los árboles darán su fruto,
y habrá higos y uvas en abundancia.
23¡Alégrense ustedes, habitantes de Sión,
alégrense en el Señor su Dios!
Él les ha dado las lluvias en el momento oportuno,
las lluvias de invierno y de primavera,
tal como antes lo hacía.
24Habrá una buena cosecha de trigo
y gran abundancia de vino y aceite.

25"Yo les compensaré a ustedes
los años que perdieron
a causa de la plaga de langostas,
de ese ejército destructor
que envié contra ustedes.
26Ustedes comerán hasta quedar satisfechos,
y alabarán al Señor su Dios,
pues yo hice por ustedes grandes maravillas.
Nunca más quedará mi pueblo cubierto de vergüenza,
27y ustedes, israelitas, habrán de reconocer
que yo, el Señor, estoy con ustedes,
que yo soy su Dios, y nadie más.
¡Nunca más quedará mi pueblo cubierto de vergüenza!

Viene el espíritu de Dios


28"Después de estas cosas
derramaré mi espíritu sobre toda la humanidad:
los hijos e hijas de ustedes
profetizarán,
los viejos tendrán sueños
y los jóvenes visiones.
29También sobre siervos y siervas
derramaré mi espíritu en aquellos días;
30mostraré en el cielo grandes maravillas,
y sangre, fuego y nubes de humo en la tierra.
31El sol se volverá oscuridad,
y la luna como sangre,
antes que llegue el día del Señor,
día grande y terrible."
32Pero todos los que invoquen el nombre del Señor
lograrán salvarse de la muerte,
pues en el monte Sión, en Jerusalén,
estará la salvación,
tal como el Señor lo ha prometido.
Los que él ha escogido quedarán con vida.

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