el veintiocho de junio - San Marcos 9.2-50, 2 Samuel 22 y Oseas 2.2-23

Patrocinada por la Sociedad Bíblica Americana

La transfiguración de Jesús
(Mt 17.1-13; Lc 9.28-36)

San Marcos 9 2Seis días después, Jesús se fue a un cerro alto llevándose solamente a Pedro, a Santiago y a Juan. Allí, delante de ellos, cambió la apariencia de Jesús. 3Su ropa se volvió brillante y más blanca de lo que nadie podría dejarla por mucho que la lavara. 4Y vieron a Elías y a Moisés, que estaban conversando con Jesús. 5Pedro le dijo a Jesús:
--Maestro, ¡qué bien que estemos aquí! Vamos a hacer tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
6Es que los discípulos estaban asustados, y Pedro no sabía qué decir. 7En esto, apareció una nube y se posó sobre ellos. Y de la nube salió una voz, que dijo: "Este es mi Hijo amado: escúchenlo." 8Al momento, cuando miraron alrededor, ya no vieron a nadie con ellos, sino a Jesús solo.
9Mientras bajaban del cerro, Jesús les encargó que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre hubiera resucitado. 10Por esto guardaron el secreto entre ellos, aunque se preguntaban qué sería eso de resucitar. 11Le preguntaron a Jesús:
--¿Por qué dicen los maestros de la ley que Elías ha de venir primero?
12Él les contestó:
--Es cierto que Elías viene primero, y que él lo arreglará todo. ¿Y por qué dicen las Escrituras que el Hijo del hombre ha de sufrir y ser despreciado? 13Pero yo les digo que Elías ya vino, y que ellos hicieron con él todo lo que quisieron, como dicen las Escrituras que le había de suceder.

Jesús sana a un muchacho que tenía un espíritu impuro
(Mt 17.14-21; Lc 9.37-43)

14Cuando regresaron a donde estaban los discípulos, los encontraron rodeados de una gran multitud, y algunos maestros de la ley discutían con ellos. 15Al ver a Jesús, todos corrieron a saludarlo llenos de admiración. 16Él les preguntó:
--¿Qué están ustedes discutiendo con ellos?
17Uno de los presentes contestó:
--Maestro, aquí te he traído a mi hijo, pues tiene un espíritu que lo ha dejado mudo. 18Dondequiera que se encuentra, el espíritu lo agarra y lo tira al suelo; y echa espuma por la boca, le rechinan los dientes y se queda tieso. He pedido a tus discípulos que le saquen ese espíritu, pero no han podido.
19Jesús contestó:
--¡Gente sin fe! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Traigan acá al muchacho.
20Entonces llevaron al muchacho ante Jesús. Pero cuando el espíritu vio a Jesús, hizo que le diera un ataque al muchacho, el cual cayó al suelo revolcándose y echando espuma por la boca. 21Jesús le preguntó al padre:
--¿Desde cuándo le sucede esto?
El padre contestó:
--Desde que era niño. 22Y muchas veces ese espíritu lo ha arrojado al fuego y al agua, para matarlo. Así que, si puedes hacer algo, ten compasión de nosotros y ayúdanos.
23Jesús le dijo:
--¿Cómo que 'si puedes'? ¡Todo es posible para el que cree!
24Entonces el padre del muchacho gritó:
--Yo creo. ¡Ayúdame a creer más!
25Al ver Jesús que se estaba reuniendo mucha gente, reprendió al espíritu impuro, diciendo:
--Espíritu mudo y sordo, yo te ordeno que salgas de este muchacho y que no vuelvas a entrar en él.
26El espíritu gritó, e hizo que le diera otro ataque al muchacho. Luego salió de él, dejándolo como muerto, de modo que muchos decían que, en efecto, estaba muerto. 27Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó; y el muchacho se puso de pie.
28Luego Jesús entró en una casa, y sus discípulos le preguntaron a solas:
--¿Por qué nosotros no pudimos expulsar ese espíritu?
29Y Jesús les contestó:
--A esta clase de demonios solamente se la puede expulsar por medio de la oración.

Jesús anuncia por segunda vez su muerte
(Mt 17.22-23; Lc 9.43-45)

30Cuando se fueron de allí, pasaron por Galilea. Pero Jesús no quiso que nadie lo supiera, 31porque estaba enseñando a sus discípulos. Les decía:
--El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; pero tres días después resucitará.
32Ellos no entendían lo que les decía, y tenían miedo de preguntarle.

¿Quién es el más importante?
(Mt 18.1-5; Lc 9.46-48)

33Llegaron a la ciudad de Cafarnaúm. Cuando ya estaban en casa, Jesús les preguntó:
--¿Qué venían discutiendo ustedes por el camino?
34Pero se quedaron callados, porque en el camino habían discutido quién de ellos era el más importante. 35Entonces Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo:
--Si alguien quiere ser el primero, deberá ser el último de todos, y servirlos a todos.
36Luego puso un niño en medio de ellos, y tomándolo en brazos les dijo:
37--El que recibe en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, no solamente a mí me recibe, sino también a aquel que me envió.

El que no está contra nosotros, está a nuestro favor
(Mt 10.42; Lc 9.49-50)

38Juan le dijo:
--Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo, porque no es de los nuestros.
39Jesús contestó:
--No se lo prohíban, porque nadie que haga un milagro en mi nombre podrá luego hablar mal de mí. 40El que no está contra nosotros, está a nuestro favor. 41Cualquiera que les dé a ustedes aunque solo sea un vaso de agua por ser ustedes de Cristo, les aseguro que tendrá su premio.

El peligro de caer en pecado
(Mt 18.6-9; Lc 17.1-2)

42"A cualquiera que haga caer en pecado a uno de estos pequeños que creen en mí, mejor le sería que lo echaran al mar con una gran piedra de molino atada al cuello. 43Si tu mano te hace caer en pecado, córtatela; es mejor que entres manco en la vida, y no que con las dos manos vayas a parar al infierno, donde el fuego no se puede apagar. 45Y si tu pie te hace caer en pecado, córtatelo; es mejor que entres cojo en la vida, y no que con los dos pies seas arrojado al infierno. 47Y si tu ojo te hace caer en pecado, sácatelo; es mejor que entres con un solo ojo en el reino de Dios, y no que con los dos ojos seas arrojado al infierno, 48donde los gusanos no mueren y el fuego no se apaga.
49"Porque todos serán salados con fuego. 50La sal es buena; pero si deja de estar salada, ¿cómo podrán ustedes hacerla útil otra vez? Tengan sal en ustedes y vivan en paz unos con otros."


Canto de victoria de David
(Salmo 18)

2 Samuel 22 1David entonó este canto al Señor cuando el Señor lo libró de caer en manos de Saúl y de todos sus enemigos. 2Dijo así:

"Tú, Señor, eres mi protector,
mi lugar de refugio,
mi libertador,
3mi Dios,
la roca que me protege,
mi escudo,
el poder que me salva,
mi más alto escondite,
mi más alto refugio,
mi salvador.
¡Me salvaste de la violencia!
4Tú, Señor, eres digno de alabanza:
cuando te llamo, me salvas de mis enemigos.

5"Pues la muerte me enredó en sus olas;
sentí miedo ante el torrente destructor.
6La muerte me envolvió en sus lazos;
¡me encontré en trampas mortales!
7En mi angustia llamé al Señor,
pedí ayuda a mi Dios,
y él me escuchó desde su templo;
¡mis gritos llegaron a sus oídos!

8"Hubo entonces un fuerte temblor de tierra:
temblaron las bases del cielo;
fueron sacudidas por la furia del Señor.
9De su nariz brotaba humo,
y de su boca un fuego destructor;
¡por la boca lanzaba carbones encendidos!
10Descorrió la cortina del cielo, y descendió.
¡Debajo de sus pies había grandes nubarrones!
11Montó en un ser alado, y voló;
se le veía sobre las alas del viento.
12Tomó como tienda de campaña
la densa oscuridad que le rodeaba
y los nubarrones cargados de agua.
13Un fulgor relampagueante salió de su presencia;
llovieron carbones encendidos.

14"El Señor, el Altísimo,
hizo oir su voz de trueno desde el cielo:
15lanzó sus flechas, sus relámpagos,
y a mis enemigos hizo huir en desorden.
16El fondo del mar quedó al descubierto;
las bases del mundo quedaron a la vista,
por la voz amenazante del Señor,
por el fuerte soplo que lanzó.

17"Dios me tendió la mano desde lo alto,
y con su mano me sacó del mar inmenso.
18Me salvó de enemigos poderosos
que me odiaban y eran más fuertes que yo.
19Me atacaron cuando yo estaba en desgracia,
pero el Señor me dio su apoyo:
20me sacó a la libertad;
¡me salvó porque me amaba!
21El Señor me ha dado la recompensa
que merecía mi limpia conducta,
22pues yo he seguido el camino del Señor;
¡jamás he renegado de mi Dios!
23Yo tengo presentes todos sus decretos;
¡jamás me he desviado de sus leyes!
24Me he conducido ante él sin tacha alguna;
me he alejado de la maldad.
25El Señor me ha recompensado
por mi limpia conducta en su presencia.

26"Tú, Señor, eres fiel con el que es fiel,
irreprochable con el que es irreprochable,
27sincero con el que es sincero,
pero sagaz con el que es astuto.
28Tú salvas a los humildes,
pero te fijas en los orgullosos
y los humillas.
29Tú, Señor, eres mi luz;
tú, Dios mío, alumbras mi oscuridad.
30Con tu ayuda atacaré al enemigo
y pasaré sobre el muro de sus ciudades.

31"El camino de Dios es perfecto;
la promesa del Señor es digna de confianza.
¡Dios protege a todos los que en él confían!
32¿Quién es Dios, fuera del Señor?
¿Qué otro dios hay que pueda protegernos?
33Dios es mi refugio poderoso,
quien hace intachable mi conducta,
34quien me da pies ligeros, como de ciervo,
quien me hace estar firme en las alturas,
35quien me entrena para la batalla,
quien me da fuerzas para tensar arcos de bronce.

36"Tú me proteges y me salvas;
tu bondad me ha hecho prosperar.
37Has hecho fácil mi camino,
y mis pies no han resbalado.

38"Perseguí a mis enemigos, los destruí,
y solo volví después de exterminarlos.
39¡Los exterminé! ¡Los hice pedazos!
Ya no se levantaron: ¡cayeron debajo de mis pies!
40Tú me diste fuerza en la batalla;
hiciste que los rebeldes se inclinaran ante mí,
41y que delante de mi huyeran mis enemigos.
Así pude destruir a los que me odiaban.
42Pedían ayuda, y nadie los ayudó;
llamaban al Señor, y no les contestó.
43¡Los deshice como a polvo del suelo!
¡Los pisoteé como a barro de las calles!
44Me libraste de las luchas de mi pueblo,
me mantuviste como jefe de las naciones,
y me sirve gente que yo no conocía.
45En cuanto me oyen, me obedecen;
gente extranjera me halaga,
46gente extranjera se acobarda
y sale temblando de sus refugios.

47"¡Viva el Señor! ¡Bendito sea mi protector!
¡Sea enaltecido Dios, que me salva y me protege!
48Él es el Dios que me ha vengado
y que me ha sometido los pueblos.
49Él me libra de mis enemigos,
de los rebeldes que se alzaron contra mí.
¡Tú, Señor, me salvas de los hombres violentos!
50Por eso te alabo entre las naciones
y canto himnos a tu nombre.
51Concedes grandes victorias al rey que has escogido;
siempre tratas con amor a David y a su descendencia."


La infidelidad del pueblo de Israel

Oseas 22El Señor dice:
"¡Acusen ustedes a su madre, acúsenla,
porque ella no es ya mi esposa
ni yo soy su marido!
¡Que deje de mostrarse como prostituta!
¡Que aparte de sus pechos a sus amantes!
3Si no lo hace, la dejaré desnuda por completo:
la pondré como el día en que nació,
la convertiré en un desierto,
en pura tierra seca,
y la haré morir de sed.
4No me compadeceré de sus hijos,
pues son fruto de su prostitución.
5Su madre se prostituyó;
perdió el honor, cuando dijo:
'Iré en busca de mis amantes,
los que me dan mi pan y mi agua,
mi lana y mi lino,
mi aceite y mis bebidas.'

6"Por eso cerraré con espinos su camino
y pondré una cerca a su alrededor,
para que no encuentre sus senderos.
7Seguirá a sus amantes,
pero no los alcanzará;
los buscará, pero no los encontrará.
Dirá entonces:
'Volveré a mi primer marido,
pues con él me iba mejor que ahora.'

8"Pero ella no reconoció
que yo era quien le daba
el trigo, el vino y el aceite;
que yo era quien le aumentaba
la plata y el oro con que fabricó sus ídolos.
9Por lo tanto, volveré
y tomaré mi trigo y mi vino
en el tiempo de su cosecha,
y recogeré mi lana y mi lino,
que le había dado para cubrirse.
10A la vista de sus amantes
pondré su desnudez al descubierto.
¡Nadie la librará de mi mano!
11Pondré fin a su alegría,
a sus fiestas y lunas nuevas,
a sus sábados
y a todas sus festividades.
12Destruiré sus viñas y sus higueras,
de las que ella decía:
'Esta es la paga
que me dieron mis amantes.'
Las convertiré en un matorral,
y se las comerán los animales salvajes.
13Voy a castigarla por el tiempo que pasó
ofreciendo incienso a los ídolos,
cuando se adornaba con anillos y collares
para seguir a sus amantes
olvidándose de mí.
Yo, el Señor, lo afirmo.

Dios ama a su pueblo Israel


14"Yo la voy a enamorar:
la llevaré al desierto
y le hablaré al corazón.
15Luego le devolveré sus viñas,
y convertiré el valle de Acor
en puerta de esperanza para ella.
Allí me responderá como en su juventud,
como en el día en que salió de Egipto.
16Entonces me llamará 'Marido mío',
en vez de llamarme 'Baal mío'.
Yo, el Señor, lo afirmo.
17Y quitaré de sus labios
los nombres de los baales,
y jamás volverán a mencionarse.

18"En aquel tiempo haré en favor de Israel
una alianza con los animales salvajes,
y con las aves y las serpientes;
romperé y quitaré de este país
el arco, la espada y la guerra,
para que mi pueblo descanse tranquilo.
19Israel, yo te haré mi esposa para siempre,
mi esposa legítima, conforme a la ley,
porque te amo entrañablemente.
20Yo te haré mi esposa y te seré fiel,
y tú entonces me conocerás como el Señor.
21Yo, el Señor, lo afirmo:
En aquel tiempo yo responderé al cielo,
y el cielo responderá a la tierra;
22la tierra responderá al trigo,
al vino y al aceite,
y ellos responderán a Jezreel.
23Plantaré a mi pueblo en la tierra
exclusivamente para mí;
tendré compasión de Lo-ruhama,
y a Lo-amí le diré: 'Tú eres mi pueblo',
y él me dirá: '¡Tú eres mi Dios!'  "

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