el cuatro de junio - Hechos 2.14-36

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Discurso de Pedro

14Entonces Pedro se puso de pie junto con los otros once apóstoles, y con voz fuerte dijo: "Judíos y todos los que viven en Jerusalén, sepan ustedes esto y oigan bien lo que les voy a decir. 15Estos no están borrachos como ustedes creen, ya que apenas son las nueve de la mañana. 16Al contrario, aquí está sucediendo lo que anunció el profeta Joel, cuando dijo:
17'Sucederá que en los últimos días, dice Dios,
derramaré mi Espíritu sobre toda la humanidad;
los hijos e hijas de ustedes
comunicarán mensajes proféticos,
los jóvenes tendrán visiones,
y los viejos tendrán sueños.
18También sobre mis siervos y siervas
derramaré mi Espíritu en aquellos días,
y comunicarán mensajes proféticos.
19En el cielo mostraré grandes maravillas,
y sangre, fuego y nubes de humo en la tierra.
20El sol se volverá oscuridad,
y la luna como sangre,
antes que llegue el día del Señor,
día grande y glorioso.
21Pero todos los que invoquen el nombre del Señor,
alcanzarán la salvación.'
22"Escuchen, pues, israelitas, lo que voy a decir: Como ustedes saben muy bien, Dios demostró ante ustedes la autoridad de Jesús de Nazaret, haciendo por medio de él grandes maravillas, milagros y señales. 23Y a ese hombre, que conforme a los planes y propósitos de Dios fue entregado, ustedes lo mataron, crucificándolo por medio de hombres malvados. 24Pero Dios lo resucitó, liberándolo de los dolores de la muerte, porque la muerte no podía tenerlo dominado. 25El rey David, refiriéndose a Jesús, dijo:
'Yo veía siempre al Señor delante de mí;
con él a mi derecha, nada me hará caer.
26Por eso se alegra mi corazón,
y mi lengua canta llena de gozo.
Todo mi ser vivirá confiadamente,
27porque no me dejarás en el sepulcro
ni permitirás que se descomponga
el cuerpo de tu santo siervo.
28Me mostraste el camino de la vida,
y me llenarás de alegría con tu presencia.'
29"Hermanos, permítanme decirles con franqueza que el patriarca David murió y fue enterrado, y que su sepulcro está todavía entre nosotros. 30Pero David era profeta, y sabía que Dios le había prometido con juramento que pondría por rey a uno de sus descendientes. 31Así que, viendo anticipadamente la resurrección del Mesías, David habló de ella y dijo que el Mesías no se quedaría en el sepulcro ni su cuerpo se descompondría. 32Pues bien, Dios ha resucitado a ese mismo Jesús, y de ello todos nosotros somos testigos. 33Después de haber sido enaltecido y colocado por Dios a su derecha y de haber recibido del Padre el Espíritu Santo que nos había prometido, él a su vez lo derramó sobre nosotros. Eso es lo que ustedes han visto y oído. 34Porque no fue David quien subió al cielo; pues él mismo dijo:
'El Señor dijo a mi Señor:
Siéntate a mi derecha,
35hasta que yo haga de tus enemigos el estrado de tus pies.'
36"Sepa todo el pueblo de Israel, con toda seguridad, que a este mismo Jesús a quien ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Mesías."

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