Todos han pecado
Romanos 3
9¿Qué pues? ¿Tenemos nosotros, los judíos, alguna ventaja sobre los demás? ¡Claro que no! Porque ya hemos demostrado que todos, tanto los judíos como los que no lo son, están bajo el poder del pecado,
10pues las Escrituras dicen:
"¡No hay ni uno solo que sea justo!
11No hay quien tenga entendimiento;
no hay quien busque a Dios.
12Todos se han ido por mal camino;
todos por igual se han pervertido.
¡No hay quien haga lo bueno!
¡No hay ni siquiera uno!
13Su garganta es un sepulcro abierto,
su lengua es mentirosa,
sus labios esconden veneno de víbora
14y su boca está llena de maldición y amargura.
15Sus pies corren ágiles a derramar sangre;
16destrucción y miseria hay en sus caminos,
17y no conocen el camino de la paz.
18Jamás tienen presente que hay que temer a Dios."
19Sabemos que todo lo que dice el libro de la ley, lo dice a quienes están sometidos a ella, para que todos callen y el mundo entero caiga bajo el juicio de Dios;
20porque nadie podrá decir que ha cumplido la ley y que Dios debe reconocerlo como justo, ya que la ley solamente sirve para hacernos saber que somos pecadores.
La salvación es por medio de la fe
21Pero ahora, sin la ley, Dios ha mostrado de qué manera nos hace justos, y esto lo confirman la misma ley y los profetas:
22por medio de la fe en Jesucristo, Dios hace justos a todos los que creen. Pues no hay diferencia:
23todos han pecado y están lejos de la presencia gloriosa de Dios.
24Pero Dios, en su bondad y gratuitamente, los hace justos, mediante la liberación que realizó Cristo Jesús.
25Dios hizo que Cristo, al derramar su sangre, fuera el instrumento del perdón. Este perdón se alcanza por la fe. Así quería Dios mostrar cómo nos hace justos: perdonando los pecados que habíamos cometido antes,
26porque él es paciente. Él quería mostrar en el tiempo presente cómo nos hace justos; pues así como él es justo, hace justos a los que creen en Jesús.
27¿Dónde, pues, queda el orgullo del hombre ante Dios? ¡Queda eliminado! ¿Por qué razón? No por haber cumplido la ley, sino por haber creído.
28Así llegamos a esta conclusión: que Dios hace justo al hombre por la fe, independientemente del cumplimiento de la ley.
29¿Acaso Dios es solamente Dios de los judíos? ¿No lo es también de todas las naciones? ¡Claro está que lo es también de todas las naciones,
30pues no hay más que un Dios: el Dios que hace justos a los que tienen fe, sin tomar en cuenta si están o no están circuncidados!
31Entonces, ¿con la fe le quitamos el valor a la ley? ¡Claro que no! Más bien afirmamos el valor de la ley.
Samuel entrega el gobierno a Saúl 1 Samuel 12
1Luego Samuel dijo ante todos los israelitas:
--Ustedes han visto que yo los he atendido en todo lo que me han pedido, y que les he puesto un rey.
2Aquí tienen al rey que habrá de dirigirlos. Por mi parte, yo estoy ya viejo y lleno de canas, y mis hijos están entre ustedes. Yo soy quien los ha dirigido a ustedes desde mi juventud hasta el presente,
3y aquí me tienen: Si me he apropiado del buey o del asno de alguien, o si he oprimido o maltratado a alguno, o si me he dejado sobornar, pueden acusarme ante el Señor y ante el rey que él ha escogido, y yo pagaré lo que deba.
4--Nunca nos has oprimido ni maltratado, ni te has dejado sobornar --dijeron ellos.
5--El Señor y el rey que él ha escogido son testigos de que ustedes no me han encontrado culpable de nada --recalcó Samuel.
--Así es --afirmaron.
6Además, Samuel dijo al pueblo:
--El Señor es quien actuó por medio de Moisés y de Aarón, sacando de Egipto a los antepasados de ustedes.
7Por lo tanto prepárense, que en presencia del Señor voy a discutir con ustedes acerca de todos los beneficios que él les ha hecho a ustedes y a los antepasados de ustedes.
8Cuando Jacob y sus descendientes se fueron a Egipto y los egipcios los oprimieron, los antepasados de ustedes se quejaron ante el Señor, y él envió a Moisés y a Aarón, quienes sacaron de Egipto a los antepasados de ustedes y los establecieron en este lugar.
9Pero ellos se olvidaron del Señor su Dios, y él los entregó al poder de Sísara, general del ejército de Jabín, rey de Hasor, y al poder de los filisteos y del rey de Moab, los cuales pelearon contra ellos.
10Pero luego ellos reconocieron ante el Señor que habían pecado al abandonarlo para adorar a las diferentes representaciones de Baal y de Astarté, y le suplicaron que los librara del dominio de sus enemigos, comprometiéndose a rendirle culto solo a él.
11"Por consiguiente, el Señor envió a Jerubaal, Barac, Jefté, y Samuel para librarlos a ustedes del dominio de sus enemigos, y así ustedes pudieron vivir tranquilos.
12Pero ustedes, cuando vieron que Nahas, rey de los amonitas, iba a atacarlos, me pidieron un rey que los gobernara, siendo que el rey de ustedes es el Señor su Dios.
13Pero aquí tienen ustedes al rey que han escogido. El Señor les ha dado el rey que le pidieron.
14Ahora les toca a ustedes honrar al Señor y rendirle culto, atender su voz y no desobedecer sus mandatos, y vivir, tanto ustedes como el rey que los gobierne, conforme a la voluntad del Señor su Dios. Así les irá bien.
15Porque si no lo obedecen, sino que rechazan sus mandatos, él los castigará a ustedes y a su rey.
16"Así que no se muevan de donde están, y verán la grandiosa señal que el Señor va a realizar ante los ojos de ustedes.
17Ahora que es el tiempo de la cosecha de trigo, no llueve, ¿verdad? Pues yo clamaré al Señor y él mandará truenos y lluvia, para que ustedes reconozcan y comprendan que, tal como lo ve el Señor, ustedes han hecho muy mal en pedir un rey."
18En seguida Samuel clamó al Señor, y al instante él mandó truenos y lluvia; entonces todo el pueblo tuvo mucho miedo del Señor y de Samuel.
19Por eso, todos dijeron a Samuel:
--Ruega al Señor tu Dios por estos siervos tuyos, para que no muramos; porque a todos nuestros pecados hemos añadido el de pedir un rey.
20Samuel les contestó:
--No tengan miedo. Es cierto que ustedes han hecho muy mal; pero ahora no se aparten del Señor, sino ríndanle culto de todo corazón.
21No sigan a dioses falsos, que no pueden ayudar ni salvar porque son falsos.
22Pues el Señor, haciendo honor a su nombre, no los abandonará; porque él quiere que ustedes sean su pueblo.
23En cuanto a mí, que el Señor me libre de pecar contra él dejando de rogar por ustedes. Antes bien, les enseñaré a comportarse de manera buena y recta.
24Ustedes solo tienen que respetar al Señor y rendirle culto con verdad y de todo corazón, teniendo en cuenta lo mucho que él ha hecho por ustedes.
25Pero si se empeñan en hacer lo malo, tanto ustedes como su rey serán destruidos.
SALMO 57 (56)
Oración en que se pide la ayuda divina
(Sal 108.1-5)
1Ten compasión de mí, Dios mío, ten compasión de mí,
pues en ti busco protección.
Quiero protegerme debajo de tus alas
hasta que el peligro haya pasado.
2Voy a clamar al Dios altísimo,
al Dios que en todo me ayuda.
3Él enviará desde el cielo su amor y su verdad,
y me salvará de quienes con rabia me persiguen.
4Tendido estoy, por el suelo,
entre leones que se comen a la gente;
sus dientes son como lanzas y flechas,
su lengua es una espada afilada.
5 Dios mío, tú estás por encima del cielo.
¡Tu gloria llena toda la tierra!
6Mis enemigos me pusieron una trampa
para doblegar mi ánimo;
hicieron un hoyo a mi paso,
pero ellos mismos cayeron en él.
7Mi corazón está dispuesto, Dios mío,
mi corazón está dispuesto a cantarte himnos.
8Despierta, alma mía;
despierten, arpa y salterio;
¡despertaré al nuevo día!
9Te alabaré con himnos, Señor,
en medio de pueblos y naciones.
10Pues tu amor es grande hasta los cielos;
tu lealtad alcanza al cielo azul.
11 Dios mío, tú estás por encima del cielo.
¡Tu gloria llena toda la tierra! |