el doce de mayo - Hechos 20.17-38, Jueces 14-15 y Job 42

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Discurso de Pablo a los ancianos de Éfeso

Hechos 20 17Estando en Mileto, Pablo mandó llamar a los ancianos de la iglesia de Éfeso. 18Cuando llegaron les dijo: "Ustedes saben cómo me he portado desde el primer día que vine a la provincia de Asia. 19Todo el tiempo he estado entre ustedes sirviendo al Señor con toda humildad, con muchas lágrimas y en medio de muchas pruebas que me vinieron por lo que me querían hacer los judíos. 20Pero no dejé de anunciarles a ustedes nada de lo que era para su bien, enseñándoles públicamente y en sus casas. 21A judíos y a no judíos les he dicho que se vuelvan a Dios y crean en nuestro Señor Jesús. 22Y ahora voy a Jerusalén, obligado por el Espíritu, sin saber lo que allí me espera. 23Lo único que sé es que, en todas las ciudades a donde voy, el Espíritu Santo me dice que me esperan la cárcel y muchos sufrimientos. 24Para mí, sin embargo, mi propia vida no cuenta, con tal de que yo pueda correr con gozo hasta el fin de la carrera y cumplir el encargo que el Señor Jesús me dio de anunciar la buena noticia del amor de Dios.
25"Y ahora estoy seguro de que ninguno de ustedes, entre quienes he anunciado el reino de Dios, me volverá a ver. 26Por esto quiero decirles hoy que no me siento culpable respecto de ninguno, 27porque les he anunciado todo el plan de Dios, sin ocultarles nada. 28Por lo tanto, estén atentos y cuiden de toda la congregación, en la cual el Espíritu Santo los ha puesto como pastores para que cuiden de la iglesia de Dios, que él compró con su propia sangre. 29Sé que cuando yo me vaya vendrán otros que, como lobos feroces, querrán acabar con la iglesia. 30Aun entre ustedes mismos se levantarán algunos que enseñarán mentiras para que los creyentes los sigan. 31Estén alerta; acuérdense de que durante tres años, de día y de noche, no dejé de aconsejar con lágrimas a cada uno de ustedes.
32"Ahora, hermanos, los encomiendo a Dios y al mensaje de su amor. Él tiene poder para hacerlos crecer espiritualmente y darles todo lo que ha prometido a su pueblo santo. 33No he querido para mí mismo ni el dinero ni la ropa de nadie; 34al contrario, bien saben ustedes que trabajé con mis propias manos para conseguir lo necesario para mí y para los que estaban conmigo. 35Siempre les he enseñado que así se debe trabajar y ayudar a los que están en necesidad, recordando aquellas palabras del Señor Jesús: 'Hay más dicha en dar que en recibir.'  "
36Después de decir esto, Pablo se puso de rodillas y oró con todos ellos. 37Todos lloraron, y abrazaron y besaron a Pablo. 38Y estaban muy tristes, porque les había dicho que no volverían a verlo. Luego lo acompañaron hasta el barco.


Matrimonio de Sansón

Jueces 14 1Sansón bajó un día al pueblo de Timná y se fijó en una mujer filistea, 2y cuando regresó a casa se lo contó a sus padres. Les dijo:
--Por favor, quiero que hagan todos los arreglos para casarme con una mujer filistea que vi en Timná.
3Pero sus padres le dijeron:
--¿Para qué tienes que ir a buscar esposa entre esos filisteos paganos? ¿Acaso ya no hay mujeres entre nuestros parientes, o entre todos los israelitas?
Sansón respondió:
--Esa muchacha es la que me gusta, y es la que quiero que me consigan como esposa.
4Sus padres no sabían que era el Señor quien había dispuesto que todo esto fuera así, pues estaba buscando la ocasión de atacar a los filisteos, que en esa época dominaban a Israel. 5De modo que Sansón y sus padres fueron a Timná. Cuando Sansón llegó a los viñedos de la ciudad, un león joven lo atacó rugiendo. 6Entonces el espíritu del Señor se apoderó de Sansón, que a mano limpia hizo pedazos al león, como si fuera un cabrito; pero no les contó a sus padres lo sucedido. 7Luego fue y habló con la muchacha que le había gustado.
8Unos días después, cuando Sansón volvió para casarse con la muchacha, se apartó del camino para ir a ver el león muerto, y se encontró con que en el cuerpo del león había un enjambre de abejas y un panal de miel. 9Raspó el panal con las manos para sacar la miel, y se la fue comiendo. Cuando se encontró con sus padres, les dio miel y comieron, pero no les dijo que la había sacado del león muerto.
10El padre de Sansón fue a ver a la muchacha; y Sansón dio allí una fiesta, según se acostumbraba entre los jóvenes. 11Pero como los filisteos le tenían miedo, llevaron treinta amigos para que estuvieran con él. 12A estos treinta, Sansón les dijo:
--Les voy a decir una adivinanza. Si en los siete días que va a durar la fiesta me dan la respuesta correcta, yo le daré a cada uno de ustedes una capa de lino fino y una muda de ropa de fiesta. 13Pero si no dan con la respuesta, cada uno de ustedes me tendrá que dar a mí una capa de lino fino y una muda de ropa de fiesta.
Y ellos le contestaron:
--Dinos, pues, tu adivinanza. Somos todo oídos.
14Sansón recitó su adivinanza:

"Del que comía salió comida;
del que era fuerte salió dulzura."

Tres días después, ellos no habían logrado resolver la adivinanza; 15así que al cuarto día le dijeron a la mujer de Sansón:
--Procura que tu marido nos dé la solución de su adivinanza, pues de lo contrario te quemaremos a ti y a la familia de tu padre. ¡Parece que ustedes nos invitaron solo para quitarnos lo que es nuestro!
16Entonces ella fue a ver a Sansón, y llorando le dijo:
--¡Tú no me quieres! ¡Tú me odias! Les has propuesto una adivinanza a mis paisanos, pero a mí no me has dado a conocer la respuesta.
Y Sansón le contestó:
--Si ni a mi padre ni a mi madre se lo he dicho, mucho menos te lo voy a decir a ti.
17Pero ella siguió llorando junto a él los siete días que duró la fiesta, y tanto le insistió que, por fin, al séptimo día le dio la respuesta. Entonces ella fue y se la dio a conocer a sus paisanos. 18Al séptimo día, antes de que el sol se pusiera, los filisteos fueron a decirle a Sansón:

"Nada hay más dulce que la miel,
ni nada más fuerte que el león."

Sansón les respondió:

"Solo porque araron con mi ternera,
pudieron dar con la respuesta."

19En seguida el espíritu del Señor se apoderó de Sansón; entonces Sansón fue a Ascalón y mató a treinta hombres de aquel lugar, y con la ropa que les quitó pagó la apuesta a los que habían resuelto la adivinanza. Después volvió furioso a casa de su padre, 20y su mujer fue dada a uno de los amigos de Sansón.
Jueces 15 1Pasado algún tiempo, durante la cosecha del trigo, Sansón fue a visitar a su mujer y le llevó un cabrito. Al llegar, dijo:
--Voy a entrar a ver a mi mujer, en su cuarto.
Pero el suegro no lo dejó entrar, 2sino que le dijo:
--Yo pensé que ya no la querías, así que se la di a uno de tus amigos. Sin embargo, su hermana menor es más linda que ella; tómala en lugar de la mayor.
3Pero Sansón le contestó:
--¡Ahora sí que no respondo del mal que yo les haga a los filisteos!
4Entonces fue y atrapó trescientas zorras, las ató por el rabo de dos en dos, y a cada par le amarró una antorcha entre los rabos; 5luego prendió fuego a las antorchas y soltó las zorras en los campos sembrados de los filisteos. De ese modo quemó el trigo que ya estaba amontonado y el que todavía estaba en pie, y hasta los viñedos y los olivares. 6Los filisteos se pusieron a averiguar quién lo había hecho, y cuando supieron que había sido Sansón en venganza de que su suegro el timnateo le había quitado a su mujer y se la había dado a su amigo, fueron y quemaron a la mujer y a su padre. 7Entonces Sansón dijo:
--Ya que ustedes se portan de esa manera, ¡juro que no descansaré hasta que me haya vengado de ustedes!
8Y los atacó con tal furia que no les dejó hueso sano. Después se fue a vivir a la cueva que está en la peña de Etam.

Sansón y la quijada de asno

9Los filisteos vinieron y acamparon en Judá, extendiéndose hasta Lehi, 10y los de Judá les preguntaron:
--¿Por qué han venido a pelear contra nosotros?
Y ellos contestaron:
--Hemos venido a capturar a Sansón, para que pague lo que nos ha hecho.
11Al oir esto, tres mil hombres de la tribu de Judá fueron a la cueva de la peña de Etam y le dijeron a Sansón:
--¿No sabes que los filisteos son más fuertes que nosotros? ¿Por qué nos has puesto en esta situación?
Sansón les contestó:
--Yo no he hecho más que pagarles con la misma moneda.
12Entonces ellos le dijeron:
--Pues nosotros hemos venido a capturarte para entregarte a los filisteos.
Sansón respondió:
--Júrenme que no me van a matar ustedes mismos.
13Y ellos le aseguraron:
--No, no te vamos a matar. Solo queremos capturarte y entregarte a los filisteos.
Entonces lo ataron con dos sogas nuevas, y lo sacaron de su escondite.
14Cuando llegaron a Lehi, los filisteos salieron a su encuentro, gritando de alegría. Pero el espíritu del Señor se apoderó de Sansón, el cual rompió las sogas que le sujetaban los brazos y las manos, como si fueran cordeles de lino quemados; 15luego tomó una quijada de asno que había por allí y que aún no estaba reseca, y con ella mató a mil filisteos. 16Después dijo:

"Con la quijada de un asno
hice uno y dos montones;
con la quijada de un asno
a mil hombres maté."

17Después arrojó la quijada, y por eso aquel lugar se llama Ramat-lehi. 18Y como Sansón tenía muchísima sed, llamó al Señor y le dijo: "¿Cómo es posible que me hayas dado esta victoria tan grande, para ahora dejarme morir de sed y en manos de estos paganos?"
19Entonces Dios abrió el hoyo que hay en Lehi, y Sansón bebió del agua que brotaba del hoyo, y se sintió reanimado. Por eso, al manantial que hasta la fecha está en Lehi se le llamó En-hacoré.
20Sansón fue caudillo de Israel durante veinte años, en la época en que los filisteos dominaban la región.


Job reconoce la sabiduría de Dios

Job 42
Job
1-2Yo sé que tú lo puedes todo
y que no hay nada que no puedas realizar.
3¿Quién soy yo para dudar de tu providencia,
mostrando así mi ignorancia?
Yo estaba hablando de cosas que no entiendo,
cosas tan maravillosas que no las puedo comprender.
4Tú me dijiste: "Escucha, que quiero hablarte;
respóndeme a estas preguntas."
5Hasta ahora, solo de oídas te conocía,
pero ahora te veo con mis propios ojos.
6Por eso me retracto arrepentido,
sentado en el polvo y la ceniza.

Dios devuelve la prosperidad a Job

7Después que el Señor dijo estas cosas a Job, dijo también a Elifaz: "Estoy muy enojado contigo y con tus dos amigos, porque no dijeron la verdad acerca de mí, como lo hizo mi siervo Job. 8Tomen ahora siete toros y siete carneros y vayan a ver a mi siervo Job, y ofrézcanlos como holocausto por ustedes. Mi siervo Job orará por ustedes, y yo aceptaré su oración y no les haré ningún daño, aunque se lo merecen por no haber dicho la verdad acerca de mí, como lo hizo mi siervo Job."
9Elifaz, Bildad y Sofar fueron e hicieron lo que el Señor les ordenó, y el Señor aceptó la oración de Job.
10Después que Job oró por sus amigos, Dios le devolvió su prosperidad anterior, y aun le dio dos veces más de lo que antes tenía. 11Entonces fueron a visitarlo todos sus hermanos, hermanas y amigos, y todos sus antiguos conocidos, y en su compañía celebraron un banquete en su casa. Le ofrecieron sus condolencias y lo consolaron por todas las calamidades que el Señor le había enviado, y cada uno de ellos le dio una cantidad de dinero y un anillo de oro.
12Dios bendijo a Job en sus últimos años más abundantemente que en los anteriores. Llegó a tener catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas. 13También tuvo catorce hijos y tres hijas. 14A la mayor la llamó Jemimá, a la segunda, Quesiá y a la tercera, Queren-hapuc. 15No había en todo el mundo mujeres tan bonitas como las hijas de Job. Su padre las hizo herederas de sus bienes, junto con sus hermanos.
16-17Después de esto, Job vivió ciento cuarenta años, y murió a una edad muy avanzada, llegando a ver a sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos.

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