el veintisiete de abril - Hechos 11.19-30, Josué 13-14 y Job 27

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La iglesia de Antioquía

Hechos 11 19Después de la muerte de Esteban, comenzaron a perseguir a los creyentes, por lo que algunos tuvieron que huir a Fenicia, Chipre y Antioquía. Allí anunciaron a los judíos el mensaje del evangelio, pero no a los demás. 20Sin embargo, algunos creyentes de Chipre y de Cirene llegaron a la ciudad de Antioquía y hablaron también a los no judíos, anunciándoles la buena noticia acerca de Jesús, el Señor. 21El poder del Señor estaba con ellos, y así fueron muchos los que dejaron sus antiguas creencias y creyeron en el Señor.
22Los de la iglesia de Jerusalén, al conocer esta noticia, mandaron a Bernabé a Antioquía. 23Al llegar, Bernabé vio cómo Dios los había bendecido, y se alegró mucho. Les aconsejó a todos que con corazón firme siguieran fieles al Señor. 24Porque Bernabé era un hombre bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe. Y así mucha gente se unió al Señor.
25Después de esto, Bernabé fue a Tarso a buscar a Saulo, 26y cuando lo encontró, lo llevó a Antioquía. Allí estuvieron con la iglesia un año entero, enseñando a mucha gente. Fue en Antioquía donde por primera vez se les dio a los discípulos el nombre de cristianos.
27Por aquel tiempo, unos profetas fueron de Jerusalén a Antioquía. 28Y uno de ellos, llamado Agabo, puesto de pie y por inspiración del Espíritu, anunció que iba a haber una gran hambre en todo el mundo, lo cual sucedió, en efecto, en tiempos del emperador Claudio. 29Entonces los creyentes de Antioquía decidieron enviar ayuda a los hermanos que vivían en Judea, según lo que cada uno pudiera dar. 30Así lo hicieron, y por medio de Bernabé y Saulo mandaron una ofrenda a los ancianos de Judea.


La tierra que quedaba por conquistar

Josué 13 1Cuando Josué era ya muy anciano, el Señor le dijo: "Tú estás ya entrado en años, y todavía queda mucha tierra por conquistar. 2Queda todo el territorio de los filisteos y de los guesureos, 3que va desde el río Sihor, al este de Egipto, hasta la frontera de Ecrón, al norte, y que es considerado territorio cananeo; en él hay cinco jefes filisteos, que son los jefes de Gaza, Asdod, Ascalón, Gat y Ecrón. Queda también la región de los aveos, 4en el sur, y toda la tierra de los cananeos, desde las ciudades de los sidonios hasta Afec, en la frontera con los amorreos. 5Queda además la tierra de los guiblitas, y todo el Líbano hacia el este, desde Baal-gad, al pie del monte Hermón, hasta la entrada de Hamat. 6Voy a echar de delante de los israelitas a los sidonios y a todos los que viven en las montañas, desde el Líbano hasta Misrefot-maim. Tú ocúpate de repartir y dar posesión de la tierra a los israelitas, tal como yo te lo he ordenado. 7Reparte esta tierra entre las nueve tribus y la media tribu de Manasés."

Las tierras de Manasés, Rubén y Gad

8Las tribus de Rubén y de Gad y la mitad de la tribu de Manasés recibieron su parte cuando Moisés les dio tierras en la región oriental del Jordán. 9Les tocó la región que va desde Aroer, a orillas del río Arnón, y la ciudad que está en medio del valle, y toda la meseta de Medebá, hasta Dibón, 10incluyendo todas las ciudades de Sihón, el rey amorreo de Hesbón, hasta la frontera de los amonitas. 11Les tocó también Galaad y el territorio de los guesureos y de los maacateos, más el monte Hermón y toda la tierra de Basán hasta Salcá, 12incluyendo los dominios de Og, rey de Basán, que gobernaba en Astarot y Edrei, y que era el último de los refaítas, a los que Moisés había derrotado y echado del lugar. 13Los de Guesur y Maacá no fueron echados de allí, sino que siguieron viviendo entre los israelitas como hasta hoy.
14A la tribu de Leví no le dio posesiones Moisés, pues para ellos serían las ofrendas que se queman en honor del Señor y Dios de Israel, según él mismo había dicho.
15Moisés repartió tierras a la tribu de Rubén según el número de sus clanes, 16de modo que su territorio se extendió desde Aroer, a orillas del río Arnón, y la ciudad que está en medio del valle, y por toda la meseta de Medebá, 17hasta Hesbón y todas las ciudades que están en la meseta: Dibón, Bamot-baal, Bet-baal-meón, 18Jahas, Cademot, Mefáat, 19Quiriataim, Sibmá, Séret-sáhar, que está en la colina del valle, 20Bet-peor, Bet-jesimot y las laderas del monte Pisgá, 21es decir, las ciudades de la meseta y todo el reino de Sihón, rey amorreo de Hesbón. Moisés había derrotado a Sihón y a los príncipes de Madián que le servían: Eví, Réquem, Sur, Hur y Reba. 22Además los israelitas mataron al adivino Balaam, hijo de Beor, y a muchos más. 23El territorio de la tribu de Rubén, repartido según el número de sus clanes, incluía todas estas ciudades y aldeas, y llegaba hasta el río Jordán.
24También a los de la tribu de Gad les repartió tierras Moisés, según el número de sus clanes. 25Les tocó Jazer y todas las ciudades de Galaad, la mitad del territorio de los amonitas hasta la ciudad de Aroer, que está frente a Rabá, 26y la región que está entre Hesbón, Ramat-mispé y Betonim, y entre Mahanaim y la frontera de Debir. 27En el valle, les tocó Bet-aram, Bet-nimrá, Sucot y Safón, que era lo único que quedaba del reino de Sihón, rey de Hesbón. Así que su territorio se extendía del lado este del río Jordán hasta el extremo sur del lago Quinéret. 28Estas fueron las ciudades que, con sus aldeas, les tocaron a los de la tribu de Gad, según el número de sus clanes.
29También a los de la media tribu de Manasés les dio tierras Moisés, repartidas según el número de sus clanes. 30Les tocó todo lo que antes había sido de Og, rey de Basán, es decir, todo Basán desde Mahanaim, con las sesenta poblaciones que pertenecen a Jaír, 31la mitad de Galaad, y las ciudades de Astarot y Edrei. Todo esto fue para la mitad de los descendientes de Maquir, hijo de Manasés, según el número de sus clanes.
32Estas son las tierras que Moisés les dio en propiedad en los llanos de Moab, al este del río Jordán, frente a Jericó. 33Pero a los de la tribu de Leví no les dio tierras en propiedad, sino que les dijo: "El Señor y Dios de Israel es su herencia."

Josué reparte la tierra de Canaán

Josué 14 1Estos son los territorios de Canaán que los israelitas recibieron como posesión, tal y como se los dieron el sacerdote Eleazar, Josué y los jefes de clanes de las tribus israelitas. 2Los territorios se repartieron por sorteo entre las nueve tribus y media, como el Señor le había mandado a Moisés que lo hiciera. 3Ya antes Moisés les había dado tierras al otro lado del Jordán a las tribus de Rubén y de Gad y a la media tribu de Manasés; pero a los levitas no les dio tierras. 4Los descendientes de José formaban dos tribus, la de Manasés y la de Efraín, pero a los levitas no les tocó ninguna porción de tierra, sino solamente ciudades habitables, con campos para criar ganado y rebaños. 5Los israelitas hicieron el reparto de la tierra tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés.

El territorio de Caleb

6Los descendientes de Judá fueron a Guilgal para hablar con Josué, y Caleb el quenezita, hijo de Jefuné, le dijo a Josué: "Acuérdate de lo que el Señor le dijo a su siervo Moisés en Cadés-barnea, en cuanto a ti y a mí. 7Yo tenía cuarenta años cuando Moisés me envió desde Cadés-barnea a explorar la región, y cuando volví le hablé con toda sinceridad. 8Los que fueron conmigo hicieron que la gente se asustara, pero yo me mantuve fiel a mi Dios y Señor. 9Entonces Moisés me juró: 'La tierra en que has puesto el pie será siempre tuya y de tus descendientes, porque te mantuviste fiel a mi Dios y Señor.' 10Ya han pasado cuarenta y cinco años desde que el Señor le dijo esto a Moisés, que fue cuando los israelitas andaban todavía por el desierto, y conforme a su promesa me ha conservado con vida. Ahora ya tengo ochenta y cinco años, 11pero todavía estoy tan fuerte como cuando Moisés me mandó a explorar la tierra, y puedo moverme y pelear igual que entonces. 12Por eso te pido que me des ahora la región montañosa que el Señor me prometió. Tú sabes desde entonces que los descendientes del gigante Anac viven allí, y que tienen ciudades grandes y bien fortificadas. Pero yo espero que el Señor me acompañe y me ayude a echarlos de allí, como él lo ha dicho."
13Entonces Josué bendijo a Caleb, y le dio Hebrón para que fuera de él y de sus descendientes. 14Así fue como Hebrón llegó a ser de Caleb y de sus descendientes hasta el día de hoy, porque Caleb se mantuvo fiel al Señor, Dios de Israel. 15El nombre antiguo de Hebrón era Quiriat-arbá, pues Arbá fue un famoso descendiente del gigante Anac.
Después de esto hubo paz en la región.


Job 27
Job
1-2¡Juro por Dios, por el Todopoderoso,
quien se niega a hacerme justicia
y me llena de amargura,
3que mientras él me dé fuerza para respirar,
4jamás diré mentiras
ni pronunciaré palabras falsas!
5Mientras yo viva, insistiré en mi inocencia;
¡no admitiré que ustedes tengan razón al acusarme!
6No dejaré de insistir en mi honradez,
pues no tengo nada que reprocharme.

7¡Que todo el que se declare mi enemigo
corra la suerte del malvado y del injusto!
8¿Qué esperanza habrá para el impío
cuando Dios le quite la vida?
9Cuando se encuentre en dificultades,
Dios no hará caso de sus ruegos.
10Pues él no encuentra su alegría en el Todopoderoso,
ni lo invoca en ningún momento.

11Voy a mostrarles el gran poder de Dios,
los planes del Todopoderoso.
12Y si todos ustedes ya lo han visto,
¿por qué dicen cosas absurdas?

Sofar
13Este es el castigo que Dios, el Todopoderoso,
dará a los hombres crueles y malvados:
14aunque sus hijos sean muchos,
morirán en la guerra o por no encontrar qué comer.
15A los que queden con vida, los matará la peste,
y sus viudas no los llorarán.

16Aunque el malvado amontone plata como tierra,
y tenga ropa en grandes cantidades,
17será un hombre honrado el que use esa ropa
y algún hombre honrado el que disfrute de esa plata.
18La casa del malvado es frágil como un nido,
como la choza de quien cuida los campos.
19Se acostará rico por última vez,
y al despertar, ya no tendrá nada.
20El terror le llegará de día,
la tempestad se lo llevará de noche.
21El viento huracanado del oriente
lo arrancará de su casa;
22soplará contra él sin compasión,
por más que trate de escapar.
23El viento lo perseguirá con estruendos y silbidos.

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