Discurso de Pedro
Hechos 2
14Entonces Pedro se puso de pie junto con los otros once apóstoles, y con voz fuerte dijo: "Judíos y todos los que viven en Jerusalén, sepan ustedes esto y oigan bien lo que les voy a decir.
15Estos no están borrachos como ustedes creen, ya que apenas son las nueve de la mañana.
16Al contrario, aquí está sucediendo lo que anunció el profeta Joel, cuando dijo:
17'Sucederá que en los últimos días, dice Dios,
derramaré mi Espíritu sobre toda la humanidad;
los hijos e hijas de ustedes
comunicarán mensajes proféticos,
los jóvenes tendrán visiones,
y los viejos tendrán sueños.
18También sobre mis siervos y siervas
derramaré mi Espíritu en aquellos días,
y comunicarán mensajes proféticos.
19En el cielo mostraré grandes maravillas,
y sangre, fuego y nubes de humo en la tierra.
20El sol se volverá oscuridad,
y la luna como sangre,
antes que llegue el día del Señor,
día grande y glorioso.
21Pero todos los que invoquen el nombre del Señor,
alcanzarán la salvación.'
22"Escuchen, pues, israelitas, lo que voy a decir: Como ustedes saben muy bien, Dios demostró ante ustedes la autoridad de Jesús de Nazaret, haciendo por medio de él grandes maravillas, milagros y señales.
23Y a ese hombre, que conforme a los planes y propósitos de Dios fue entregado, ustedes lo mataron, crucificándolo por medio de hombres malvados.
24Pero Dios lo resucitó, liberándolo de los dolores de la muerte, porque la muerte no podía tenerlo dominado.
25El rey David, refiriéndose a Jesús, dijo:
'Yo veía siempre al Señor delante de mí;
con él a mi derecha, nada me hará caer.
26Por eso se alegra mi corazón,
y mi lengua canta llena de gozo.
Todo mi ser vivirá confiadamente,
27porque no me dejarás en el sepulcro
ni permitirás que se descomponga
el cuerpo de tu santo siervo.
28Me mostraste el camino de la vida,
y me llenarás de alegría con tu presencia.'
29"Hermanos, permítanme decirles con franqueza que el patriarca David murió y fue enterrado, y que su sepulcro está todavía entre nosotros.
30Pero David era profeta, y sabía que Dios le había prometido con juramento que pondría por rey a uno de sus descendientes.
31Así que, viendo anticipadamente la resurrección del Mesías, David habló de ella y dijo que el Mesías no se quedaría en el sepulcro ni su cuerpo se descompondría.
32Pues bien, Dios ha resucitado a ese mismo Jesús, y de ello todos nosotros somos testigos.
33Después de haber sido enaltecido y colocado por Dios a su derecha y de haber recibido del Padre el Espíritu Santo que nos había prometido, él a su vez lo derramó sobre nosotros. Eso es lo que ustedes han visto y oído.
34Porque no fue David quien subió al cielo; pues él mismo dijo:
'El Señor dijo a mi Señor:
Siéntate a mi derecha,
35hasta que yo haga de tus enemigos el estrado de tus pies.'
36"Sepa todo el pueblo de Israel, con toda seguridad, que a este mismo Jesús a quien ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Mesías."
37Cuando los allí reunidos oyeron esto, se afligieron profundamente, y preguntaron a Pedro y a los otros apóstoles:
--Hermanos, ¿qué debemos hacer?
38Pedro les contestó:
--Vuélvanse a Dios y bautícese cada uno en el nombre de Jesucristo, para que Dios les perdone sus pecados, y así él les dará el Espíritu Santo.
39Porque esta promesa es para ustedes y para sus hijos, y también para todos los que están lejos; es decir, para todos aquellos a quienes el Señor nuestro Dios quiera llamar.
40Con estas y otras palabras, Pedro les habló y les aconsejó, diciéndoles:
--¡Apártense de esta gente perversa!
41Así pues, los que hicieron caso de su mensaje fueron bautizados; y aquel día se agregaron a los creyentes unas tres mil personas.
42Y eran fieles en conservar la enseñanza de los apóstoles, en compartir lo que tenían, en reunirse para partir el pan y en la oración.
La vida de los primeros cristianos
43Todos estaban asombrados a causa de los muchos milagros y señales que Dios hacía por medio de los apóstoles.
44Todos los creyentes estaban muy unidos y compartían sus bienes entre sí;
45vendían sus propiedades y todo lo que tenían, y repartían el dinero según las necesidades de cada uno.
46Todos los días se reunían en el templo, y en las casas partían el pan y comían juntos con alegría y sencillez de corazón.
47Alababan a Dios y eran estimados por todos; y cada día el Señor hacía crecer la comunidad con el número de los que él iba llamando a la salvación.
El año del perdón de deudas Deuteronomio 15
1"Cada siete años perdonarás lo que otros te deban.
2"Este perdón consistirá en lo siguiente: Toda persona que haya prestado algo a su prójimo, le perdonará lo que le haya prestado. Ya no deberá exigir a su prójimo o a su compatriota que le pague, porque será proclamado el año del perdón de deudas en honor del Señor.
3Al extranjero le podrás exigir que te pague el préstamo que le hiciste, pero a tu compatriota deberás perdonarle lo que haya recibido de ti.
4De esta manera no habrá pobres entre ustedes, pues el Señor tu Dios te bendecirá en el país que él te va a dar como herencia,
5siempre y cuando le obedezcas y pongas en práctica todos estos mandamientos que yo te he dado hoy.
6Sí, el Señor tu Dios te bendecirá, tal como te lo ha prometido, y tendrás para prestar a muchas naciones, pero tú no tendrás que pedir prestado; dominarás a muchas naciones, pero ellas no te dominarán a ti.
7"Si hay algún pobre entre tus compatriotas en alguna de las ciudades del país que el Señor tu Dios te da, no seas inhumano ni le niegues tu ayuda a tu compatriota necesitado;
8al contrario, sé generoso con él y préstale lo que necesite.
9No des lugar en tu mente a este malvado pensamiento: 'Ya está cerca el año séptimo, el año en que se perdonan las deudas', y entonces pongas mala cara a tu compatriota que se halla en la pobreza, y no le prestes nada; porque él clamará contra ti al Señor, y tal acción se te contará como pecado.
10Debes ayudarlo siempre y sin que te pese, porque por esta acción el Señor tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas y emprendas.
11Nunca dejará de haber necesitados en la tierra, y por eso yo te mando que seas generoso con aquellos compatriotas tuyos que sufran pobreza y miseria en tu país.
Leyes sobre los esclavos
(Ex 21.1-11)
12"Si alguno de tus compatriotas hebreos, sea hombre o mujer, se vende a ti como esclavo, solo te servirá seis años; al séptimo año lo dejarás en libertad.
13Y cuando lo despidas, no lo dejarás ir con las manos vacías,
14sino que le darás animales de tu rebaño y mucho trigo y vino; es decir, compartirás con él los bienes que el Señor tu Dios te haya dado.
15No olvides que también tú fuiste esclavo en Egipto, y que el Señor tu Dios te dio libertad. Por eso ahora te doy esa orden.
16"Pero si tu esclavo dice que no quiere dejarte porque siente cariño por ti y por tu familia, y porque lo tratas bien,
17entonces tomarás un punzón y, arrimándolo a la puerta de tu casa, le atravesarás la oreja; de esta manera será esclavo tuyo para siempre. Lo mismo harás si se trata de tu esclava.
18No te parezca mal dejar en libertad a tus esclavos, pues durante seis años te han servido por la mitad de lo que le habrías pagado a un jornalero; además, el Señor tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas.
Consagración de los primeros animales machos
19"Todo primer macho que nazca de tus vacas o de tus ovejas, deberás consagrarlo al Señor tu Dios.
"No hagas trabajar al primer ternerito de tus vacas, ni esquiles al primer corderito de tus ovejas.
20Cada año los comerás junto con tu familia y delante del Señor tu Dios, en el lugar que él haya escogido.
21Pero si tiene algún defecto, o es cojo o ciego, o tiene cualquier otra falta, no lo presentarás en sacrificio al Señor.
22Lo comerás en la ciudad donde vivas, y todos podrán comer de él, estén o no estén ritualmente puros, como cuando se come la carne de gacela o de ciervo.
23Pero no debes comer su sangre, sino derramarla en la tierra como agua.
Fiestas anuales
(Ex 23.14-17; 34.18-24) Deuteronomio 16
1"Cuando llegue el mes de Abib, cumplan con la celebración de la Pascua en honor del Señor su Dios, porque fue en una noche de ese mes cuando el Señor su Dios los sacó de Egipto.
2"Durante la Pascua ofrecerán vacas y ovejas en sacrificio al Señor su Dios, en el lugar que él haya escogido como residencia de su nombre.
3"El animal sacrificado lo comerán con pan sin levadura. Durante siete días comerán pan sin levadura, que es el pan del sufrimiento, pues tuvieron que salir de Egipto muy aprisa; así, mientras ustedes vivan, se acordarán del día en que salieron de Egipto.
4En estos siete días no deberá haber levadura en todo el territorio de ustedes, y de la carne que se ofrece en sacrificio la tarde del primer día no debe quedar nada para la mañana siguiente.
5No deben ofrecer el sacrificio de la Pascua en cualquier ciudad de las que el Señor su Dios les da,
6sino únicamente en el lugar que él escoja como residencia de su nombre, y deben ofrecerlo por la tarde, al ponerse el sol, que es la hora en que ustedes salieron de Egipto.
7La carne ofrecida la cocerán y comerán en el lugar que el Señor su Dios haya escogido, y a la mañana siguiente regresarán a su casa.
8Durante seis días comerán pan sin levadura, y el día séptimo se celebrará una reunión especial en honor del Señor su Dios; ese día no deberán ustedes hacer ninguna clase de trabajo.
9"Cuando hayan pasado siete semanas, a partir del día en que comenzó la cosecha de trigo,
10celebrarán la fiesta de las Semanas en honor del Señor su Dios, y presentarán sus ofrendas voluntarias según los bienes con que el Señor su Dios los haya bendecido.
11Y harán fiesta delante del Señor su Dios, en el lugar que él haya escogido como residencia de su nombre, junto con sus hijos y sus esclavos, y con los levitas, extranjeros, huérfanos y viudas que habiten en su población.
12Recuerden que también ustedes fueron esclavos en Egipto; por lo tanto, pongan en práctica todas estas leyes.
13"Una vez que hayan terminado de cosechar su trigo y de exprimir sus uvas, celebrarán durante siete días la fiesta de las Enramadas.
14Alégrense en esta fiesta junto con sus hijos y sus esclavos, y con los levitas, extranjeros, huérfanos y viudas que vivan en su ciudad.
15Esta fiesta la celebrarán en honor del Señor su Dios durante siete días, en el lugar que él haya escogido; porque el Señor su Dios los bendecirá en todas sus cosechas y en todo su trabajo, y serán ustedes completamente dichosos.
16"Todos los varones deberán presentarse tres veces al año ante el Señor su Dios, en el lugar que él haya escogido, durante las siguientes fiestas: la de los Panes sin levadura, la de las Semanas y la de las Enramadas. Nadie deberá presentarse ante el Señor con las manos vacías,
17sino que cada uno llevará sus ofrendas conforme a los bienes con que el Señor su Dios lo haya bendecido.
Reglas para administrar justicia
18"Nombren jueces y oficiales para todas las ciudades que el Señor su Dios le va a dar a cada tribu, para que juzguen al pueblo con verdadera justicia.
19No perviertan la justicia; no hagan ninguna diferencia entre unas personas y otras, ni se dejen sobornar, pues el soborno ciega los ojos de los sabios y pervierte las palabras de las personas justas.
20La justicia, y solo la justicia, es lo que ustedes deben seguir, para que vivan y posean el país que el Señor su Dios les da.
21"No planten ningún árbol para honrar a un ídolo, ni lo pongan junto al altar del Señor su Dios.
22No levanten piedras de culto pagano, pues esto le repugna al Señor su Dios.
Job 11
Sofar
1-2Toda esa palabrería merece una respuesta,
pues no por hablar mucho se tiene la razón.
3¿Crees que con tu verborrea nos vas a hacer callar,
y que nadie es capaz de responder a tus burlas?
4Tú dices que tu doctrina es recta,
y tú mismo te consideras puro.
5¡Ojalá Dios hablara para responderte!
6Él te enseñaría los secretos de la sabiduría,
que son muy difíciles de entender.
Así verías que Dios no te ha castigado
tanto como mereces.
7¿Crees que puedes penetrar en los misterios de Dios
y llegar hasta lo más profundo de su ser?
8¿Qué puedes hacer,
si son más altos que el cielo?
¿Qué sabes tú, si son más profundos que el abismo?
9Son más grandes que la tierra
y más anchos que el mar.
10Si Dios viene, y arresta y llama a juicio,
¿quién habrá que se lo impida?
11Él sabe quién es mentiroso;
él ve la maldad, ¿o crees que no se da cuenta?
12El día que el asno salvaje deje de serlo,
ese día el necio entrará en razón.
13Decídete a actuar con rectitud,
y dirige tus súplicas a Dios.
14Si estás cargado de pecado, aléjalo de ti;
no des lugar en tu casa a la maldad.
15Así podrás alzar limpia la frente,
y estarás tranquilo y sin temor;
16echarás en el olvido tus sufrimientos;
los olvidarás como al agua que pasa.
17Tu vida brillará más que el sol a mediodía;
tus horas más oscuras serán como el amanecer.
18Tendrás esperanza y podrás vivir confiado;
bajo el cuidado de Dios dormirás tranquilo.
19Nada te asustará cuando descanses.
Muchos vendrán a buscar tu favor.
20Los malos, en cambio, buscarán ayuda en vano;
no encontrarán lugar donde refugiarse,
y la muerte será su única esperanza.
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