Exhortación a la obediencia
31
Hijo mío, no te olvides de mi ley,
Y tu corazón guarde mis mandamientos;
2
Porque largura de días y años de vida
Y paz te aumentarán.
3
Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad;
Atalas a tu cuello,
Escríbelas en la tabla de tu corazón;
4
Y hallarás gracia y buena opinión
Ante los ojos de Dios y de los hombres.
5
Fíate de Jehová de todo tu corazón,
Y no te apoyes en tu propia prudencia.
6
Reconócelo en todos tus caminos,
Y él enderezará tus veredas.
7
No seas sabio en tu propia opinión;
Teme a Jehová, y apártate del mal;
8
Porque será medicina a tu cuerpo,
Y refrigerio para tus huesos.
9
Honra a Jehová con tus bienes,
Y con las primicias de todos tus frutos;
10
Y serán llenos tus graneros con abundancia,
Y tus lagares rebosarán de mosto.
11
No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová,
Ni te fatigues de su corrección;
12
Porque Jehová al que ama castiga,
Como el padre al hijo a quien quiere.
13
Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría,
Y que obtiene la inteligencia;
14
Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata,
Y sus frutos más que el oro fino.
15
Más preciosa es que las piedras preciosas;
Y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella.
16
Largura de días está en su mano derecha;
En su izquierda, riquezas y honra.
17
Sus caminos son caminos deleitosos,
Y todas sus veredas paz.
18
Ella es árbol de vida a los que de ella echan mano,
Y bienaventurados son los que la retienen.
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