San Juan 9
24 Entonces volvieron a llamar al hombre que había sido
ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos
que ese hombre es pecador.
25 Entonces él respondió y dijo: Si es pecador, no lo
sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego,
ahora veo.
26 Le volvieron a decir: ¿Qué te hizo? ¿Cómo te
abrió los ojos?
27 El les respondió: Ya os lo he dicho, y no habéis
querido oir; ¿por qué lo queréis oir otra vez?
¿Queréis también vosotros haceros sus discípulos?
28 Y le injuriaron, y dijeron: Tú eres su discípulo;
pero nosotros, discípulos de Moisés somos.
29 Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Moisés; pero
respecto a ése, no sabemos de dónde sea.
30 Respondió el hombre, y les dijo: Pues esto es lo
maravilloso, que vosotros no sepáis de dónde sea, y a
mí me abrió los ojos.
31 Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si
alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a
ése oye.
32 Desde el principio no se ha oído decir que alguno
abriese los ojos a uno que nació ciego.
33 Si éste no viniera de Dios, nada podría hacer.
34 Respondieron y le dijeron: Tú naciste del todo en
pecado, ¿y nos enseñas a nosotros? Y le expulsaron. Ceguera espiritual
35
Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le
dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios?
36 Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que
crea en él?
37 Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla
contigo, él es.
38 Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró.
39 Dijo Jesús: Para juicio he venido yo a este mundo;
para que los que no ven, vean, y los que ven, sean
cegados.
40 Entonces algunos de los fariseos que estaban con él,
al oir esto, le dijeron: ¿Acaso nosotros somos también
ciegos?
41 Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no
tendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos,
vuestro pecado permanece.
El advenimiento del día de
Jehová
Malaquías 4 1 Porque he aquí,
viene el día ardiente como un horno, y todos los
soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa;
aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de
los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama.
2 Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el
Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y
saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.
3 Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo
las plantas de vuestros pies, en el día en que yo
actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos.
4
Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual
encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel.
5
He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga
el día de Jehová, grande y terrible.
6 El hará volver el corazón de los padres hacia los
hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no
sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.
2 Crónicas 7 1 Cuando Salomón
acabó de orar, descendió fuego de los cielos, y
consumió el holocausto y las víctimas; y la gloria de
Jehová llenó la casa.
2 Y no podían entrar los sacerdotes en la casa de
Jehová, porque la gloria de Jehová había llenado la
casa de Jehová.
3 Cuando vieron todos los hijos de Israel descender el
fuego y la gloria de Jehová sobre la casa, se postraron
sobre sus rostros en el pavimento y adoraron, y alabaron
a Jehová, diciendo: Porque él es bueno, y su
misericordia es para siempre.
4
Entonces el rey y todo el pueblo sacrificaron víctimas
delante de Jehová.
5 Y ofreció el rey Salomón en sacrificio veintidós mil
bueyes, y ciento veinte mil ovejas; y así dedicaron la
casa de Dios el rey y todo el pueblo.
6 Y los sacerdotes desempeñaban su ministerio; también
los levitas, con los instrumentos de música de Jehová,
los cuales había hecho el rey David para alabar a
Jehová porque su misericordia es para siempre, cuando
David alababa por medio de ellos. Asimismo los sacerdotes
tocaban trompetas delante de ellos, y todo Israel estaba
en pie.
7
También Salomón consagró la parte central del atrio
que estaba delante de la casa de Jehová, por cuanto
había ofrecido allí los holocaustos, y la grosura de
las ofrendas de paz; porque en el altar de bronce que
Salomón había hecho no podían caber los holocaustos,
las ofrendas y las grosuras.
8
Entonces hizo Salomón fiesta siete días, y con él todo
Israel, una gran congregación, desde la entrada de Hamat
hasta el arroyo de Egipto.
9 Al octavo día hicieron solemne asamblea, porque
habían hecho la dedicación del altar en siete días, y
habían celebrado la fiesta solemne por siete días.
10 Y a los veintitrés días del mes séptimo envió al
pueblo a sus hogares, alegres y gozosos de corazón por
los beneficios que Jehová había hecho a David y a
Salomón, y a su pueblo Israel.
Pacto de Dios con Salomón
(1 R. 9. 1-9)
11
Terminó, pues, Salomón la casa de Jehová, y la casa
del rey; y todo lo que Salomón se propuso hacer en la
casa de Jehová, y en su propia casa, fue prosperado.
12 Y apareció Jehová a Salomón de noche, y le dijo: Yo
he oído tu oración, y he elegido para mí este lugar
por casa de sacrificio.
13 Si yo cerrare los cielos para que no haya lluvia, y si
mandare a la langosta que consuma la tierra, o si enviare
pestilencia a mi pueblo;
14 si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es
invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se
convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré
desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su
tierra.
15 Ahora estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos
a la oración en este lugar;
16 porque ahora he elegido y santificado esta casa, para
que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi
corazón estarán ahí para siempre.
17 Y si tú anduvieres delante de mí como anduvo David
tu padre, e hicieres todas las cosas que yo te he
mandado, y guardares mis estatutos y mis decretos,
18 yo confirmaré el trono de tu reino, como pacté con
David tu padre, diciendo: No te faltará varón que
gobierne en Israel.
19
Mas si vosotros os volviereis, y dejareis mis estatutos y
mandamientos que he puesto delante de vosotros, y fuereis
y sirviereis a dioses ajenos, y los adorareis,
20 yo os arrancaré de mi tierra que os he dado; y esta
casa que he santificado a mi nombre, yo la arrojaré de
mi presencia, y la pondré por burla y escarnio de todos
los pueblos.
21 Y esta casa que es tan excelsa, será espanto a todo
el que pasare, y dirá: ¿Por qué ha hecho así Jehová
a esta tierra y a esta casa?
22 Y se responderá: Por cuanto dejaron a Jehová Dios de
sus padres, que los sacó de la tierra de Egipto, y han
abrazado a dioses ajenos, y los adoraron y sirvieron; por
eso él ha traído todo este mal sobre ellos.
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