La solidaridad con Cristo
Colosenses 2
20Ustedes han muerto con Cristo y ya no están sujetos a los poderes que dominan este mundo. ¿Por qué, pues, viven como si todavía fueran del mundo, sometidos a reglas tales
21como: "No toques eso, no comas aquello, no lo tomes en tus manos"?
22Todas estas reglas tienen que ver con cosas que se acaban con el uso, y solo son mandatos y enseñanzas de hombres.
23Es verdad que tales cosas pueden parecer sabias, porque exigen cierta religiosidad y humildad y duro trato del cuerpo, pero son cosas que no honran a nadie, pues solo sirven para satisfacer los deseos puramente humanos.
Colosenses 3
1Por lo tanto, ya que ustedes han sido resucitados con Cristo, busquen las cosas del cielo, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios.
2Piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra.
3Pues ustedes murieron, y Dios les tiene reservado el vivir con Cristo.
4Cristo mismo es la vida de ustedes. Cuando él aparezca, ustedes también aparecerán con él llenos de gloria.
Consecuencias de la unión con Cristo
5Hagan, pues, morir todo lo que hay de terrenal en ustedes: que nadie cometa inmoralidades sexuales, ni haga cosas impuras, ni siga sus pasiones y malos deseos, ni se deje llevar por la avaricia (que es una forma de idolatría).
6Por estas cosas viene el terrible castigo de Dios sobre aquellos que no lo obedecen;
7y en su vida pasada ustedes las hacían.
8Pero ahora dejen todo eso: el enojo, la pasión, la maldad, los insultos y las palabras indecentes.
9No se mientan los unos a los otros, puesto que ya se han despojado de lo que antes eran y de las cosas que antes hacían,
10y se han revestido de la nueva naturaleza: la del nuevo hombre, que se va renovando a imagen de Dios, su Creador, para llegar a conocerlo plenamente.
11Ya no tiene importancia el ser griego o judío, el estar circuncidado o no estarlo, el ser extranjero, inculto, esclavo o libre, sino que Cristo es todo y está en todos.
12Dios los ama a ustedes y los ha escogido para que pertenezcan al pueblo santo. Revístanse de sentimientos de compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia.
13Sopórtense unos a otros, y perdónense si alguno tiene una queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.
14Sobre todo revístanse de amor, que es el lazo de la perfecta unión.
15Y que la paz de Cristo reine en sus corazones, porque con este propósito los llamó Dios a formar un solo cuerpo. Y sean agradecidos.
16Que el mensaje de Cristo permanezca siempre en ustedes con todas sus riquezas. Instrúyanse y amonéstense unos a otros con toda sabiduría. Con corazón agradecido canten a Dios salmos, himnos y cantos espirituales.
17Y todo lo que hagan o digan, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él.
Profecía contra Egipto Ezequiel 29
1El día doce del mes décimo del año décimo, el Señor se dirigió a mí, y me dijo:
2"Tú, hombre, dirígete ahora al faraón, rey de Egipto, y habla en mi nombre contra él y contra todo Egipto.
3Dile:
'Esto dice el Señor:
Yo me declaro tu enemigo,
faraón, rey de Egipto,
monstruo gigantesco que estás echado en tu río
y dices: El Nilo es mío, yo lo hice.
4Voy a ponerte ganchos en el hocico,
y haré que los peces de tu río
se peguen a tus escamas.
¡De tu río te sacaré
con todos los peces pegados a tus escamas!
5Te arrojaré al desierto,
junto con todos los peces de tu río;
caerás en campo abierto,
y nadie te recogerá para enterrarte.
Haré que te devoren las fieras salvajes
y las aves del cielo.
6Todos los habitantes de Egipto reconocerán
que yo soy el Señor.
El pueblo de Israel buscó tu apoyo,
pero fuiste como una caña:
7cuando te tomaron entre sus manos,
tú te quebraste y les heriste el costado;
cuando quisieron apoyarse en ti,
tú te rompiste y los hiciste caer.
8'Por eso yo, el Señor, digo: Egipto, voy a hacer que te ataquen con espadas, y que maten a tus hombres y tus animales.
9Quedarás convertido en un desierto, y la gente reconocerá que yo soy el Señor. Tú dijiste: El Nilo es mío, yo lo hice.
10Pues bien, yo me declaro enemigo tuyo y de tu río. Voy a convertirte en un desierto espantoso y desolado, desde Migdol hasta Asuán, hasta la frontera con Etiopía.
11Ni hombres ni animales pasarán por allí. Durante cuarenta años nadie vivirá allí.
12Yo te convertiré, Egipto, en el país más desolado; durante cuarenta años tus ciudades quedarán en ruinas, en peor estado que otras ciudades en ruinas, y desterraré a tus habitantes y los dispersaré entre los demás países y naciones.
13'Yo, el Señor, digo: Después de los cuarenta años, reuniré a los egipcios de los países adonde los había dispersado.
14Haré que los prisioneros egipcios vuelvan y se instalen en el sur de Egipto, en su lugar de origen, donde formarán un reino sin importancia.
15Será el reino menos importante de todos, y no volverá a levantarse por encima de las demás naciones. Lo haré tan pequeño que no podrá dominar a otros países;
16y el pueblo de Israel no volverá a confiar en Egipto, pues esto les hará ver lo equivocados que estaban cuando fueron allá a buscar ayuda. Entonces reconocerán que yo soy el Señor.' "
17El día primero del mes primero del año veintisiete, el Señor se dirigió a mí, y me dijo:
18"Nabucodonosor, el rey de Babilonia, ha lanzado su ejército a una gran campaña contra Tiro; tanto que a todos se les ha pelado la cabeza y se les han llagado los hombros; pero ni él ni su ejército han sacado ningún provecho de esa campaña contra Tiro.
19Por eso yo, el Señor, digo: Voy a hacer que Nabucodonosor se apodere de Egipto, y que le quite sus riquezas y todo lo que tenga; con lo que le robe tendrá para pagar a su ejército.
20Voy a hacer que Nabucodonosor se apodere de Egipto en pago de la campaña que lanzó contra Tiro, porque ha trabajado para mí. Yo, el Señor, lo afirmo.
21"En ese tiempo haré que aumente la fuerza del pueblo de Israel, y que tú, Ezequiel, puedas hablarles abiertamente. Entonces reconocerán que yo soy el Señor."
Castigo de Egipto Ezequiel 30
1El Señor se dirigió a mí, y me dijo:
2"Tú, hombre, habla en nombre mío y di:
'Esto dice el Señor:
Griten por el día
3que ya se acerca;
¡se acerca el día del Señor!
¡Será un día nublado,
un día terrible para las naciones!
4Vendrá la guerra contra Egipto.
Y cuando allí maten a muchos,
y les roben sus riquezas,
y destruyan Egipto hasta sus cimientos,
Etiopía se pondrá a temblar.
5Caerán también en la guerra
los soldados de Etiopía y de Libia,
de Lidia, de toda Arabia, de Cub y de otros pueblos,
y de los demás países aliados.
6'Esto dice el Señor:
Los que apoyen a Egipto
morirán en la guerra,
desde Migdol hasta Asuán.
El orgulloso poder de Egipto
quedará humillado.
Yo, el Señor, doy mi palabra.'
7"Egipto será el país más desolado de todos, y sus ciudades las más arruinadas.
8Cuando yo haga que el país se incendie y queden destruidos todos los que le ayudan, entonces reconocerán que yo soy el Señor.
9"Cuando llegue el día del castigo de Egipto, enviaré mensajeros por mar para que alarmen a la gente despreocupada de Etiopía, la cual se llenará de terror. Ese día está a punto de llegar.
10"Yo, el Señor, digo: Me voy a valer de Nabucodonosor, rey de Babilonia, para destruir la riqueza de Egipto.
11El irá con su ejército, que es gente de lo más cruel, a destruir el país. Atacarán a Egipto con sus espadas, y dejarán el país lleno de muertos.
12Haré que el Nilo se seque, y pondré el país en manos de gente malvada; por medio de esos extranjeros dejaré en ruinas el país y todo lo que hay en él. Yo, el Señor, he hablado.
13"Yo, el Señor, digo:
Voy a destruir los ídolos
y a terminar con los falsos dioses de Menfis.
Egipto no volverá a tener quien lo gobierne,
y llenaré de terror el país.
14Convertiré en ruinas el sur de Egipto, pondré fuego a Soan
y ejecutaré la sentencia contra Tebas.
15"Descargaré mi ira sobre Sin, la fortaleza de Egipto, y destruiré la riqueza de Tebas.
16Pondré fuego a Egipto, y Sin se retorcerá de dolor; se abrirán boquetes en las murallas de Tebas, y Menfis será atacada en pleno día.
17Los jóvenes de On y de Bubastis morirán en la guerra, y a los demás habitantes se los llevarán presos.
18Cuando yo destruya el poder de Egipto y acabe con la fuerza de la cual estaba tan orgulloso, el sol se oscurecerá en Tafnes, una nube cubrirá a Egipto, y a los habitantes de sus ciudades se los llevarán presos.
19Yo ejecutaré la sentencia contra Egipto, y entonces reconocerán que yo soy el Señor."
20El día siete del mes primero del año once, el Señor se dirigió a mí, y me dijo:
21"Yo le he roto el brazo al faraón, rey de Egipto, y nadie se lo ha curado ni vendado para que recobre su fuerza y pueda volver a empuñar la espada.
22Por eso yo, el Señor, digo: Yo me declaro enemigo del faraón, el rey de Egipto. Voy a romperle los dos brazos, el bueno y el que ya tenía roto, y haré que se le caiga la espada de la mano.
23Voy a dispersar a los egipcios entre las demás naciones, a esparcirlos por los diversos países.
24Y voy a dar fuerza a los brazos del rey de Babilonia, y a ponerle mi espada en la mano. Voy a romperle al faraón los brazos, y él se quejará al sentirse herido delante de su enemigo.
25Daré fuerzas a los brazos del rey de Babilonia y se las quitaré a los brazos del faraón. Cuando yo ponga mi espada en la mano del rey de Babilonia y él la levante contra Egipto, reconocerán que yo soy el Señor.
26Dispersaré a los egipcios entre los demás pueblos y naciones, y entonces reconocerán que yo soy el Señor."
Ofrecimiento generoso del Señor Isaías 55
1"Todos los que tengan sed, vengan a beber agua;
los que no tengan dinero, vengan,
consigan trigo de balde y coman;
consigan vino y leche sin pagar nada.
2¿Por qué dar dinero a cambio de lo que no es pan?
¿Por qué dar su salario por algo que no deja satisfecho?
Óiganme bien y comerán buenos alimentos,
comerán cosas deliciosas.
3Vengan a mí y pongan atención,
escúchenme y vivirán.
Yo haré con ustedes una alianza eterna,
cumpliendo así las promesas que por amor hice a David.
4Yo lo puse a él como testigo para las naciones,
como jefe e instructor de los pueblos.
5Tú llamarás a pueblos desconocidos;
pueblos que no te conocían irán corriendo a ti,
porque yo, tu Señor, el Dios Santo de Israel,
te he honrado.
6"Busquen al Señor mientras puedan encontrarlo,
llámenlo mientras está cerca.
7Que el malvado deje su camino,
que el perverso deje sus ideas;
vuélvanse al Señor, y él tendrá compasión de ustedes;
vuélvanse a nuestro Dios, que es generoso para perdonar.
8-9Porque mis ideas no son como las de ustedes,
y mi manera de actuar no es como la suya.
Así como el cielo está por encima de la tierra,
así también mis ideas y mi manera de actuar
están por encima de las de ustedes."
El Señor lo afirma.
10"Así como la lluvia y la nieve bajan del cielo,
y no vuelven allá, sino que empapan la tierra,
la fecundan y la hacen germinar,
y producen la semilla para sembrar
y el pan para comer,
11así también la palabra que sale de mis labios
no vuelve a mí sin producir efecto,
sino que hace lo que yo quiero
y cumple la orden que le doy.
12"Ustedes saldrán de allí con alegría,
volverán a su país con paz.
Al verlos, los montes y las colinas
estallarán en cantos de alegría
y todos los árboles del campo aplaudirán.
13En vez de zarzas crecerán pinos,
en vez de ortigas crecerán arrayanes;
esto hará glorioso el nombre del Señor;
será una señal eterna, indestructible."
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