el ocho de diciembre - Efesios 4.17-32, Ezequiel 12-13 e Isaías 43

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La nueva vida en Cristo

Efesios 4 17Esto, pues, es lo que les digo y les encargo en el nombre del Señor: que ya no vivan más como los paganos, los cuales viven de acuerdo con sus equivocados criterios 18y tienen oscurecido el entendimiento. Ellos no gozan de la vida que viene de Dios, porque son ignorantes a causa de lo insensible de su corazón. 19Se han endurecido y se han entregado al vicio, cometiendo sin freno toda clase de cosas impuras. 20Pero ustedes no conocieron a Cristo para vivir así, 21pues ciertamente oyeron el mensaje acerca de él y aprendieron a vivir como él lo quiere, según la verdad que está en Jesús. 22Por eso, deben ustedes renunciar a su antigua manera de vivir y despojarse de lo que antes eran, ya que todo eso se ha corrompido, a causa de los deseos engañosos. 23Deben renovarse espiritualmente en su manera de juzgar, 24y revestirse de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios y que se distingue por una vida recta y pura, basada en la verdad.

Aplicaciones concretas

25Por lo tanto, ya no mientan más, sino diga cada uno la verdad a su prójimo, porque todos somos miembros de un mismo cuerpo.
26Si se enojan, no pequen; que el enojo no les dure todo el día. 27No le den oportunidad al diablo.
28El que robaba, deje de robar y póngase a trabajar, realizando un buen trabajo con sus manos para que tenga algo que dar a los necesitados.
29No digan malas palabras, sino solo palabras buenas y oportunas que edifiquen la comunidad y traigan beneficios a quienes las escuchen. 30No hagan que se entristezca el Espíritu Santo de Dios, con el que ustedes han sido sellados para distinguirlos como propiedad de Dios el día en que él les dé la liberación definitiva.
31Alejen de ustedes la amargura, las pasiones, los enojos, los gritos, los insultos y toda clase de maldad. 32Sean buenos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.


Ezequiel anuncia el destierro

Ezequiel 12 1El Señor se dirigió a mí, y me dijo: 2"Tú, hombre, vives en medio de un pueblo rebelde. Tienen ojos para ver, pero no ven; y oídos para oir, pero no oyen, porque son un pueblo rebelde. 3Por eso, prepara lo necesario para salir al destierro y, a pleno día y a la vista de todos, sal de tu casa y vete a otro lugar; tal vez se den cuenta de que son un pueblo rebelde. 4A pleno día y a la vista de todos, saca tus cosas como para ir al destierro; y por la tarde, también a la vista de todos, sal como si fueras al destierro. 5Después, haz un boquete en el muro, a la vista de todos, y sal por él con tus cosas. 6Y cuando oscurezca, échate al hombro tus cosas y sal con ellas a la vista de todos. Tápate la cara, de modo que no puedas ver el país. Quiero que seas una señal de alarma para el pueblo de Israel."
7Yo preparé mis cosas tal como el Señor me lo había ordenado, y a pleno día salí con ellas, como quien va al destierro. Por la tarde hice con mis manos un boquete en el muro y, cuando oscureció, a la vista de todos me eché las cosas al hombro y salí con ellas.
8A la mañana siguiente, el Señor se dirigió a mí, y me dijo: 9"Seguramente los israelitas, ese pueblo rebelde, te habrán preguntado qué estabas haciendo. 10Pues diles de mi parte que esto es un anuncio para el rey de Jerusalén y para todos los israelitas que allí viven. 11Diles que tú eres una señal de alarma para ellos, y que tendrán que hacer lo mismo que tú hiciste, porque serán llevados al destierro. 12El jefe que tienen habrá de echarse sus cosas al hombro, y cuando oscurezca saldrá con ellas por un boquete que harán en el muro. Irá con la cara tapada, para que nadie pueda verlo a él ni él pueda ver el país. 13Yo le echaré encima mi red y lo atraparé con ella. Lo llevaré a Babilonia, tierra de los caldeos, tierra que no podrá ver, y allí morirá. 14Y dispersaré a los cuatro vientos la guardia que lo rodea para defenderlo, lo mismo que sus otras tropas, y los perseguiré con la espada en la mano. 15Y cuando ya los haya dispersado por otros países y naciones, reconocerán que yo soy el Señor. 16Pero haré que unos cuantos escapen de la guerra, el hambre y las enfermedades, para que en las naciones adonde vayan cuenten todas las cosas detestables que cometieron y reconozcan que yo soy el Señor."

Nuevo anuncio de castigo

17El Señor se dirigió a mí una vez más, y me dijo: 18"Tú, hombre, tiembla de miedo al comer, y muéstrate angustiado al beber. 19Y diles a los habitantes del país y de Jerusalén, y a todos los israelitas: 'Esto dice el Señor: Comerán su comida llenos de angustia, y tomarán sus bebidas llenos de miedo; el país quedará destruido y vacío, por causa de la violencia de sus habitantes. 20Toda ciudad habitada será destruida; el país quedará convertido en desierto. Entonces reconocerán ustedes que yo soy el Señor.'  "
21El Señor se dirigió a mí, y me dijo: 22"¿Qué quieren decir los israelitas con eso de 'Pasan los días, y las visiones del profeta no se cumplen'? 23Pues diles: 'Esto dice el Señor: Yo voy a hacer que no se repitan más esas palabras en Israel.' Y diles también que ya está cerca el día en que se cumplirá todo lo anunciado en las visiones. 24No volverá a haber entre los israelitas visiones falsas ni profecías que sean mentira, 25porque yo, el Señor, voy a hablar, y lo que diga se cumplirá sin tardanza. Ustedes mismos lo verán, pueblo rebelde; yo hablaré y haré que se cumpla lo que diga. Yo, el Señor, doy mi palabra."
26El Señor se dirigió a mí, y me dijo: 27"Los israelitas andan diciendo que tus visiones proféticas son de cumplimiento a largo plazo. 28Por lo tanto, diles: 'Esto dice el Señor: Mis palabras no tardarán en cumplirse; lo que he dicho se cumplirá. Yo, el Señor, doy mi palabra.'  "

El Señor condena a los falsos profetas

Ezequiel 13 1El Señor se dirigió a mí, y me dijo: 2"Habla en mi nombre contra los profetas de Israel, esos profetas que hablan por su propia cuenta, y diles: 'Oigan la palabra del Señor: 3¡Ay de los profetas estúpidos que siguen su propia inspiración y no tienen verdaderas visiones! 4Tus profetas, Israel, son como zorras que viven entre ruinas. 5No han hecho nada para defender a Israel, para que pueda resistir en la batalla cuando venga el día del Señor. 6Sus visiones son falsas y sus profecías son mentira. Dicen que hablan de mi parte, pero yo no los he enviado. ¡Y esperan que sus palabras se cumplan! 7¡Las visiones que ustedes tienen son falsas! ¡Sus profecías son mentira! Dicen que hablan de mi parte, pero yo no he dicho nada. 8Por eso yo, el Señor, digo: Como ustedes dicen cosas falsas y sus visiones son mentira, yo estoy contra ustedes. Yo, el Señor, lo afirmo. 9Voy a levantar la mano para castigar a los profetas que tienen visiones falsas y cuyas profecías son mentira. No podrán tomar parte en las reuniones de mi pueblo Israel; sus nombres no serán anotados en las listas de los israelitas, ni entrarán en la tierra de Israel. Entonces reconocerán ustedes que yo soy el Señor.'
10"Sí, ellos engañaron a mi pueblo diciéndole que todo iba bien, cuando en realidad no era así. Son como quien levanta una pared insegura y luego la recubre con cal. 11Pues diles a esos que blanquean la pared, que la pared se vendrá abajo. Vendrá la lluvia a torrentes, y caerán granizos como piedras, y soplará un viento huracanado, 12y la pared se vendrá abajo. Entonces les preguntarán: '¿Qué pasó con la cal que le pusieron?' 13Por eso yo, el Señor, digo: En mi ira voy a hacer que sople un viento huracanado; en mi furor voy a hacer que llueva a torrentes y que caigan granizos como piedras, para destruirlo todo con furia. 14Y derribaré esa pared que ustedes blanquearon; la echaré por tierra, y sus cimientos quedarán al descubierto. Sí, la pared se vendrá abajo, y ustedes morirán entre sus escombros. Entonces reconocerán que yo soy el Señor. 15Descargaré toda mi ira contra esa pared y contra los que la blanquearon, y la gente dirá: 'No quedó nada de la pared ni de los que la blanquearon, 16esos profetas de Israel que tenían visiones falsas y anunciaban a Jerusalén que todo iba bien, cuando en realidad no era así.' Yo, el Señor, lo afirmo.

El Señor condena a las profetisas

17"Ahora, hombre, dirígete a las mujeres de tu pueblo que se ponen a hablar en mi nombre por su propia cuenta, 18y diles: 'Esto dice el Señor: ¡Ay de ustedes, que andan a caza de la gente; que cosen vendas mágicas para que todo el mundo se las ponga como pulseras, y hacen velos para que todos se los pongan en la cabeza! ¿Creen que pueden disponer de la vida y de la muerte de mi pueblo, según les convenga? 19Ustedes, por unos puñados de cebada y unos bocados de pan, me deshonran delante de mi pueblo; dan muerte a gente que no debía morir, y dejan con vida a gente que no debía vivir. Así engañan a mi pueblo, que hace caso a las mentiras. 20Por eso yo, el Señor, digo: Yo me declaro enemigo de esas vendas mágicas que ustedes hacen, con las que atrapan a la gente como a pájaros. Yo libraré del poder de ustedes a esas personas, y las dejaré volar libremente; 21libraré a mi pueblo del poder de ustedes y de los velos que le han puesto, y no lo volverán a atrapar. Entonces reconocerán ustedes que yo soy el Señor. 22Ustedes, con sus mentiras, han acobardado a los buenos, cosa que yo no quería hacer, y en cambio han animado a los malvados a seguir en su mala conducta, para que yo no les dé vida. 23Por eso no volverán ustedes a tener sus falsas visiones ni a proclamar sus profecías de mentira. Yo salvaré a mi pueblo del poder de ustedes, y reconocerán ustedes que yo soy el Señor.'  "


El Señor es el único Salvador

Isaías 43 1Pero ahora, Israel, pueblo de Jacob,
el Señor que te creó te dice:
"No temas, que yo te he libertado;
yo te llamé por tu nombre, tú eres mío.
2Si tienes que pasar por el agua, yo estaré contigo,
si tienes que cruzar ríos, no te ahogarás;
si tienes que pasar por el fuego, no te quemarás,
las llamas no arderán en ti.
3Pues yo soy tu Señor, tu salvador,
el Dios Santo de Israel.
Yo te he adquirido;
he dado como precio de rescate
a Egipto, a Etiopía y a Sabá,
4porque te aprecio,
eres de gran valor y yo te amo.
Para tenerte a ti y para salvar tu vida
entrego hombres y naciones.
5No tengas miedo, pues yo estoy contigo.
Desde oriente y occidente
haré volver a tu gente para reunirla.
6Diré al norte: 'Devuélvelos',
y al sur: 'No te quedes con ellos.
Trae a mis hijos y mis hijas
desde lejos, desde el extremo del mundo,
7a todos los que llevan mi nombre,
a los que yo creé y formé,
a los que hice para gloria mía.'

8"Hagan venir a mi pueblo,
que tiene ojos pero está ciego,
y tiene oídos pero está sordo.
9Reúnanse todos los pueblos,
júntense las naciones.
¿Quién entre ellas había predicho esto,
o había anunciado los sucesos pasados?
Que presenten testigos y prueben tener razón,
para que se oiga y se diga que es la verdad."

10El Señor afirma:
"Ustedes son mis testigos,
mis siervos, que yo elegí
para que me conozcan y confíen en mí
y entiendan quién soy.
Antes de mí no ha existido ningún dios,
ni habrá ninguno después de mí.
11Solo yo soy el Señor;
fuera de mí nadie puede salvar."

12El Señor afirma:
"Yo lo anuncié y lo proclamé: yo los he salvado;
no lo hizo un dios extraño,
y ustedes son mis testigos.
13Desde siempre, yo soy Dios.
Nadie puede librar de mi poder.
Nadie puede deshacer lo que yo hago."

14El Señor, el Dios Santo de Israel,
el que les dio la libertad, dice:
"Para salvarlos a ustedes mandaré gente a Babilonia
y haré abrir todas las puertas,
y la alegría de los caldeos se convertirá en dolor.
15Yo soy el Señor, el creador de Israel,
el Dios Santo y rey de ustedes."

16El Señor abrió un camino a través del mar,
un sendero por entre las aguas impetuosas;
17hizo salir todo un poderoso ejército,
con sus carros y caballos, para destruirlo.
Quedaron derribados y no pudieron levantarse;
se acabaron como mecha que se apaga.
18Ahora dice el Señor a su pueblo:
"Ya no recuerdes el ayer,
no pienses más en cosas del pasado.
19Yo voy a hacer algo nuevo,
y verás que ahora mismo va a aparecer.
Voy a abrir un camino en el desierto
y ríos en la tierra estéril.
20Me honrarán los animales salvajes,
los chacales y los avestruces,
porque hago brotar agua en el desierto,
ríos en la tierra estéril,
para dar de beber a mi pueblo elegido,
21el pueblo que he formado
para que proclame mi alabanza.

22"Pero tú, Israel, pueblo de Jacob,
no me invocaste, sino que te cansaste de mí.
23No me ofreciste holocaustos de ovejas
ni me honraste con sacrificios.
Yo no te cansé pidiéndote ofrendas,
ni te molesté exigiéndote incienso.
24No has tenido que comprar caña aromática
para traérmela como ofrenda,
ni has tenido que complacerme
con la grasa de animales sacrificados.
Por el contrario, me cansaste con tus pecados;
me molestaste con tus maldades.

25"Pero yo, por ser tu Dios, borro tus crímenes
y no me acordaré más de tus pecados.
26Si tienes algo contra mí, sometámoslo a juicio.
Trae tus argumentos, a ver si sales inocente.
27Tu primer antepasado pecó,
tus maestros se rebelaron contra mí,
28tus gobernantes profanaron mi templo;
por eso dejé que Israel, el pueblo de Jacob,
fuera destruido e insultado.

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