12No dejaré de mencionar sus patas
y su fuerza sin igual.
13¿Quién puede quitarle el cuero que lo cubre,
o atravesar su doble coraza protectora?
14¿Quién puede abrirle el hocico,
con su cerco de terribles dientes?
15Sus lomos son hileras de escudos
cerrados y duros como la piedra.
16Tan apretados están unos contra otros,
que ni el aire puede pasar entre ellos.
17Tan unidos y trabados están,
que nadie puede separarlos.
18Sus estornudos son como relámpagos;
sus ojos brillan como el sol cuando amanece.
19De su hocico salen llamaradas
y se escapan chispas de fuego.
20De sus narices sale humo,
como de una caldera que hierve al fuego.
21Su aliento enciende las brasas,
de su hocico salen llamas.
22Su cuello es tan fuerte
que ante él todos se llenan de miedo.
23Aun la parte carnosa de su cuerpo
es dura e impenetrable, como hierro fundido.
24Tiene el corazón duro como la roca,
duro como piedra de moler.
25Cuando él se levanta, los dioses se espantad
y huyen llenos de terror.
26Ni espada ni lanza ni flecha ni dardo
sirven de nada para atacarlo.
27Para él, el hierro es como paja,
y el bronce como madera podrida.
28Las flechas no lo hacen huir;
lanzarle piedras es como lanzarle paja.
29Un golpe de mazo le es como un golpe de caña;
se ríe al oir silbar las jabalinas.
30Cuando se arrastra, abre surcos en el barro,
como si lo hiciera con afilados trillos.
31Hace hervir como una olla al mar profundo;
como una caldera para mezclar ungüentos.
32Va dejando en el agua una estela
blanca y brillante como melena de canas.
33No hay en la tierra nada que se le parezca;
fue hecho para no sentir miedo jamás.
34Hace frente aun a los más arrogantes,
y es el rey de todas las fieras.
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