Jesús habla de su origen
San Juan 7
25Algunos de los que vivían en Jerusalén comenzaron entonces a preguntar:
--¿No es a este al que andan buscando para matarlo?
26Pues ahí está, hablando en público, y nadie le dice nada. ¿Será que las autoridades creen de veras que este hombre es el Mesías?
27Pero nosotros sabemos de dónde viene este; en cambio, cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde viene.
28Al oir esto, Jesús, que estaba enseñando en el templo, dijo con voz fuerte:
--¡Así que ustedes me conocen y saben de dónde vengo! Pero no he venido por mi propia cuenta, sino que vengo enviado por uno que es digno de confianza y a quien ustedes no conocen.
29Yo lo conozco porque procedo de él, y él me ha enviado.
30Entonces quisieron arrestarlo, pero ninguno le echó mano porque todavía no había llegado su hora.
31Muchos creyeron en él, y decían:
--Cuando venga el Mesías, ¿acaso hará más señales milagrosas que este hombre?
Los fariseos intentan arrestar a Jesús
32Los fariseos oyeron lo que la gente decía de Jesús; y ellos y los jefes de los sacerdotes mandaron a unos guardianes del templo a que lo arrestaran.
33Entonces Jesús dijo:
--Voy a estar con ustedes solamente un poco de tiempo, y después regresaré al que me ha enviado.
34Ustedes me buscarán, pero no me encontrarán, porque no podrán ir a donde yo voy a estar.
35Los judíos comenzaron entonces a preguntarse unos a otros:
--¿A dónde se va a ir este, que no podremos encontrarlo? ¿Acaso va a ir a los judíos que viven dispersos en el extranjero, y a enseñar a los paganos?
36¿Qué quiere decir eso de que 'Me buscarán, pero no me encontrarán, porque no podrán ir a donde yo voy a estar'?
Ríos de agua viva
37-38El último día de la fiesta era el más importante. Aquél día Jesús, puesto de pie, dijo con voz fuerte:
--Si alguien tiene sed, venga a mí, y el que cree en mí, que beba. Como dice la Escritura, del interior de aquél correrán ríos de agua viva.
39Con esto, Jesús quería decir que los que creyeran en él recibirían el Espíritu; y es que el Espíritu todavía no estaba, porque Jesús aún no había sido glorificado.
División entre la gente
40Había algunos entre la gente que cuando oyeron estas palabras dijeron:
--Seguro que este hombre es el profeta.
41Otros decían:
--Este es el Mesías.
Pero otros decían:
--No, porque el Mesías no puede proceder de Galilea.
42La Escritura dice que el Mesías tiene que ser descendiente del rey David, y que procederá de Belén, el mismo pueblo de donde era David.
43Así que la gente se dividió por causa de Jesús.
44Algunos querían llevárselo preso, pero nadie lo hizo.
Las autoridades no creían en Jesús
45Los guardianes del templo volvieron a donde estaban los fariseos y los jefes de los sacerdotes, que les preguntaron:
--¿Por qué no lo trajeron?
46Los guardianes contestaron:
--¡Jamás ningún hombre ha hablado así!
47Entonces los fariseos les dijeron:
--¿También ustedes se han dejado engañar?
48¿Acaso ha creído en él alguno de nuestros jefes, o de los fariseos?
49Pero esta gente, que no conoce la ley, está maldita.
50Nicodemo, el fariseo que en una ocasión había ido a ver a Jesús, les dijo:
51--Según nuestra ley, no podemos condenar a un hombre sin antes haberlo oído para saber qué es lo que ha hecho.
52Ellos le contestaron:
--¿También tú eres de Galilea? Estudia las Escrituras y verás que de Galilea jamás procede un profeta.
La mujer adúltera
[53Cada uno se fue a su casa.
1 Crónicas 29
1Después el rey David dijo a toda la asamblea: "Mi hijo Salomón, el único a quien Dios ha escogido, es un muchacho de tierna edad, mientras que la obra es enorme, porque no se trata del palacio para un hombre sino del templo para Dios, el Señor.
2Con todo esfuerzo he preparado lo necesario para el templo de mi Dios: oro, plata, bronce, hierro y madera respectivamente para cada cosa. Y también cornalina, piedras para engastar, mezcla, piedras para mosaico, toda clase de piedras preciosas y alabastro en abundancia.
3Pero además de todo lo que ya tengo preparado para el templo, y por el amor que tengo al templo de mi Dios, entrego para el templo el oro y la plata que son de mi propiedad personal:
4cien mil kilos del oro más fino, doscientos treinta mil kilos de plata refinada para cubrir las paredes de los edificios.
5Todo el oro y la plata para hacer de uno u otro metal lo que sea necesario, y para todo trabajo que tengan que hacer los artesanos. Y ahora, ¿quién quiere contribuir voluntariamente haciendo un donativo para el Señor?"
6Entonces los jefes de familia, los jefes de las tribus de Israel, los jefes de batallones y de compañías, y los jefes de obras públicas del rey, hicieron donativos voluntarios,
7dando para las obras del templo ciento sesenta y cinco mil kilos y diez mil monedas de oro, trescientos treinta mil kilos de plata, y cerca de seiscientos mil kilos de bronce y tres millones trescientos mil kilos de hierro.
8También los que tenían piedras preciosas las entregaron a la tesorería del templo, que estaba a cargo de Jehiel, descendiente de Guersón.
9La gente se alegró de esta generosidad, porque habían dado estas cosas al Señor con toda sinceridad. También el rey David se puso muy contento.
10Entonces David bendijo al Señor en presencia de toda la asamblea, diciendo: "¡Bendito seas para siempre, Señor, Dios de nuestro padre Israel!
11¡Tuyos son, Señor, la grandeza, el poder, la gloria, el dominio y la majestad! Porque todo lo que hay en el cielo y en la tierra es tuyo. Tuyo es también el reino, pues tú, Señor, eres superior a todos.
12De ti vienen las riquezas y la honra. Tú lo gobiernas todo. La fuerza y el poder están en tu mano, y en tu mano está también el dar grandeza y poder a todos.
13Por eso, Dios nuestro, te damos ahora gracias y alabamos tu glorioso nombre;
14pues, ¿quién soy yo y qué es mi pueblo para que seamos capaces de ofrecerte tantas cosas? En realidad, todo viene de ti y solo te damos lo que de ti hemos recibido.
15Pues ante ti somos como extranjeros que están de paso, igual que lo fueron todos nuestros antepasados, y nuestra vida sobre la tierra es como una sombra, sin ninguna esperanza.
16"¡Oh Señor, Dios nuestro, tuyas son y de ti han venido todas estas riquezas que hemos preparado para construir un templo a tu santo nombre!
17Yo sé, Dios mío, que tú examinas las conciencias y que te agrada la rectitud. Por eso, con recta intención te he ofrecido todo esto. Y ahora puedo ver con alegría que tu pueblo, aquí reunido, te ha presentado generosamente sus ofrendas.
18Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, nuestros antepasados, conserva siempre esta disposición de ánimo en el corazón de tu pueblo, y dirige su corazón hacia ti.
19Concédele también a mi hijo Salomón un corazón íntegro para que pueda cumplir tus mandamientos, preceptos y leyes, poniéndolos todos en práctica, y para que pueda construir el templo para el que he hecho los preparativos."
20A continuación dijo David a toda la asamblea: "Ahora alaben al Señor su Dios." Entonces la asamblea en pleno alabó al Señor, Dios de sus antepasados, y de rodillas se inclinaron ante el Señor y ante el rey.
21Al día siguiente ofrecieron al Señor sacrificios y holocaustos: mil becerros, mil carneros y mil corderos, con sus correspondientes ofrendas de vino y multitud de sacrificios por todo Israel.
22Aquel día comieron y bebieron con mucha alegría en presencia del Señor. Después proclamaron por segunda vez a Salomón, hijo de David, como rey, y lo consagraron ante Dios como soberano, y a Sadoc como sacerdote.
23Así pues, Salomón ocupó como rey el trono del Señor, en lugar de David, su padre, y tuvo gran prosperidad. Todo Israel le obedeció.
24Y todos los jefes y guerreros, con todos los hijos del rey David, dieron su apoyo al rey Salomón.
25El Señor hizo que Salomón gozara de enorme prestigio ante todo Israel, y le dio tal esplendor a su reinado como jamás lo tuvo antes que él ningún rey en Israel.
Muerte de David
(1 R 2.10-12)
26David, hijo de Jesé, reinó, pues, sobre todo Israel.
27Fue rey de Israel durante cuarenta años, de los cuales reinó siete en Hebrón y treinta y tres en Jerusalén.
28Murió en tranquila vejez, cargado de años, riquezas y honores. En su lugar reinó su hijo Salomón.
29La historia del rey David, desde el principio hasta el final, está escrita en las crónicas del profeta Samuel, en las crónicas del profeta Natán y en las de Gad, el vidente,
30con todo lo referente a su reinado y su poder y a los sucesos que les ocurrieron a él, a Israel y a los demás países.
Zacarías 13
1"En aquel día se abrirá un manantial, para que en él puedan lavar sus pecados y su impureza los descendientes de David y los habitantes de Jerusalén.
2Y en todo este país destruiré hasta los nombres de los ídolos, para que no sigan siendo invocados. Y también quitaré del país a los profetas y a todo espíritu impuro. Yo, el Señor, doy mi palabra.
3Entonces, cuando alguno quiera profetizar, sus propios padres le dirán: '¡Tú has de morir, porque pretendes hacer pasar tus mentiras por mensajes del Señor!' ¡Sus propios padres lo apuñalarán cuando se esté haciendo pasar por profeta!
4"En aquel día, los profetas tendrán vergüenza de sus visiones cuando profeticen. Ninguno engañará poniéndose el manto de pieles de los profetas,
5sino que cada cual dirá: 'Yo no soy profeta, sino labrador. Desde niño me he dedicado a trabajar en el campo.'
6Y si alguien le pregunta: '¿Pues qué heridas son esas que traes en el cuerpo?', él contestará: 'Me las hicieron en casa de mis amigos.' "
"El Señor es mi Dios"
7El Señor todopoderoso afirma:
"¡Levántate, espada, contra mi pastor
y contra mi ayudante!
¡Mata al pastor, y el rebaño se dispersará,
y yo me volveré contra los corderos!
8-9Morirán dos terceras partes
de los que habitan en este país:
solo quedará con vida la tercera parte.
Y a esa parte que quede
la haré pasar por el fuego;
la purificaré como se purifica la plata,
la afinaré como se afina el oro.
Entonces ellos me invocarán,
y yo les contestaré.
Los llamaré 'Pueblo mío',
y ellos responderán: 'El Señor es nuestro Dios.'
Yo, el Señor, doy mi palabra."
|