el veintisiete de agosto - San Juan 7.1-24, 1 Crónicas 27-28 y Zacarías 12

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Los hermanos de Jesús no creían en él

San Juan 7 1Después de esto, Jesús andaba por la región de Galilea. No quería estar en Judea, porque allí los judíos lo buscaban para matarlo. 2Pero como se acercaba la fiesta de las Enramadas, una de las fiestas de los judíos, 3sus hermanos le dijeron:
--No te quedes aquí; vete a Judea, para que los seguidores que tienes allá también vean lo que haces. 4Pues cuando uno quiere ser conocido, no hace las cosas en secreto. Ya que haces cosas como estas, hazlas delante de todo el mundo.
5Y es que ni siquiera sus hermanos creían en él. 6Jesús les dijo:
--Todavía no ha llegado mi hora, pero para ustedes cualquier hora es buena. 7Los que son del mundo no pueden odiarlos a ustedes; pero a mí me odian, porque yo hago ver claramente que lo que hacen es malo. 8Vayan ustedes a la fiesta; yo no voy, porque todavía no se ha cumplido mi hora.
9Les dijo esto, y se quedó en Galilea.

Jesús en la fiesta de las Enramadas

10Pero después que se fueron sus hermanos, también Jesús fue a la fiesta, aunque no públicamente, sino casi en secreto. 11Los judíos lo buscaban en la fiesta, y decían:
--¿Dónde estará ese hombre?
12Entre la gente se hablaba mucho de él. Unos decían: "Es un hombre de bien"; pero otros decían: "No es bueno; engaña a la gente."
13Sin embargo, nadie hablaba abiertamente de él, por miedo a los judíos.
14Hacia la mitad de la fiesta, Jesús entró en el templo y comenzó a enseñar. 15Los judíos decían admirados:
--¿Cómo sabe este tantas cosas, sin haber estudiado?
16Jesús les contestó:
--Mi enseñanza no es mía, sino de aquel que me envió. 17Si alguien está dispuesto a hacer la voluntad de Dios, podrá reconocer si mi enseñanza viene de Dios o si hablo por mi propia cuenta. 18El que habla por su cuenta, busca su propia gloria; pero quien busca la gloria del que lo envió, ese dice la verdad y en él no hay nada reprochable.
19"¿No es verdad que Moisés les dio a ustedes la ley? Sin embargo, ninguno de ustedes la obedece. ¿Por qué quieren matarme?"
20La gente le contestó:
--¡Estás endemoniado! ¿Quién quiere matarte?
21Jesús les dijo:
--Todos ustedes se admiran por una sola cosa que hice en sábado. 22Sin embargo, Moisés les mandó practicar el rito de la circuncisión (aunque no procede de Moisés, sino de los patriarcas), y ustedes circuncidan a un hombre aunque sea en sábado. 23Ahora bien, si por no faltar a la ley de Moisés ustedes circuncidan al niño aunque sea en sábado, ¿por qué se enojan conmigo por haber sanado en sábado al hombre entero? 24No juzguen ustedes por las apariencias. Cuando juzguen, háganlo con rectitud.


Organización militar y civil en el reino de David

1 Crónicas 27 1A continuación viene la lista de los israelitas enumerados según los jefes de familia, de los jefes de batallones y de compañías, y de los oficiales de los que estaban al servicio del rey, para todo lo relacionado con las divisiones militares que servían por turnos mensuales durante todo el año. Cada división estaba formada por veinticuatro mil hombres.
2Primera división, de guardia el primer mes: su jefe era Jasobeam, hijo de Zabdiel, 3descendiente de Fares y comandante de todos los jefes de las tropas que prestaban servicio el primer mes.
4División de guardia el segundo mes: su jefe era Dodai el ahohíta.
5División de guardia el tercer mes: su jefe militar era Benaías, hijo del sumo sacerdote Joiadá, 6el cual era uno de los treinta valientes y su jefe. Pero su hijo Amizabad mandaba esta división.
7División de guardia el cuarto mes: su jefe era Asael, hermano de Joab. A él lo sucedió su hijo Zebadías.
8División de guardia el quinto mes: su jefe era Samhut el izraíta.
9División de guardia el sexto mes: su jefe era Irá, hijo de Iqués, del pueblo de Tecoa.
10División de guardia el séptimo mes: su jefe era Heles el paltita, descendiente de Efraín.
11División de guardia el octavo mes: su jefe era Sibecai el de Husá, descendiente de Zérah.
12División de guardia el noveno mes: su jefe era Ebiézer el de Anatot, descendiente de Benjamín.
13División de guardia el décimo mes: su jefe era Maharai el de Netofá, descendiente de Zérah.
14División de guardia el undécimo mes: su jefe era Benaías el de Piratón, descendiente de Efraín.
15División de guardia el duodécimo mes: su jefe era Heldai el de Netofá, descendiente de Otoniel.
16Los jefes de las tribus de Israel eran los siguientes: de la tribu de Rubén, Eliézer, hijo de Zicrí; de la de Simeón, Sefatías, hijo de Maacá; 17de la de Leví, Hasabías, hijo de Quemuel; de los descendientes de Aarón, Sadoc; 18de la tribu de Judá, Elihú, un hermano de David; de la de Isacar, Omrí, hijo de Micael; 19de la de Zabulón, Ismaías, hijo de Abdías; de la de Neftalí, Jerimot, hijo de Azriel; 20de la de Efraín, Oseas, hijo de Azazías; de la media tribu de Manasés, Joel, hijo de Pedaías; 21de la otra media tribu que estaba en Galaad, Idó, hijo de Zacarías; de la de Benjamín, Jaasiel, hijo de Abner; 22de la de Dan, Azarel, hijo de Jeroham. Estos eran los jefes de las tribus de Israel.
23David no hizo el censo de los que tenían menos de veinte años, porque el Señor había prometido que multiplicaría a los israelitas como las estrellas del cielo. 24Joab comenzó a hacer el censo, pero no lo terminó, porque eso trajo una calamidad a Israel. Por eso no aparece el número en el libro de las crónicas del rey David.
25El tesorero real era Azmávet, hijo de Adiel, y el encargado de los almacenes que había en el campo, en las ciudades, en los pueblos y en las fronteras, era Jonatán, hijo de Ozías.
26Al frente de los trabajadores que cultivaban las tierras estaba Ezrí, hijo de Quelub. 27Al frente de los viñedos estaba Simí, de Ramat, y el encargado de recoger el vino para las bodegas era Zabdí, de Sefam. 28Al frente de los olivares y de los bosques de higueras silvestres que había en la llanura estaba Baal-hanán, de Guéder, y de los depósitos de aceite, Joás. 29Al frente del ganado que pastaba en Sarón estaba Sitrai, del propio Sarón, y al frente del ganado que pastaba en los valles estaba Safat, hijo de Adlai. 30Al frente de los camellos estaba Obil, el ismaelita; de las asnas, Jehedías, de Meronot; 31y de las ovejas, Jaziz, el agareno. Todos estos eran los administradores de los bienes del rey David.
32Jonatán, el tío de David, hombre sabio e instruido, era consejero, y Jehiel, hijo de Hacmoní, era quien acompañaba a los hijos del rey. 33También Ahitófel era consejero del rey, y Husai, el arquita, era el hombre de confianza del rey. 34A Ahitófel le sucedieron en su cargo Joiadá, hijo de Benaías, y Abiatar. El jefe del ejército real era Joab.

Salomón sucede a David

1 Crónicas 28 1David reunió en Jerusalén a todas las autoridades de Israel: los jefes de las tribus, los jefes de las divisiones militares al servicio del rey, los comandantes de batallones y jefes de compañías, los administradores de todas las tierras y ganados del rey y de sus hijos, los personajes más importantes y todos los militares notables.
2Entonces David se puso de pie y dijo: "Escúchenme, hermanos y pueblo mío: Yo tenía el propósito de construir un lugar donde el arca de la alianza del Señor estuviera permanentemente y que fuera el sitio donde nuestro Dios pusiera su trono, y había hecho preparativos para construirlo. 3Pero Dios me dijo: 'No eres tú quien va a construirme un templo, porque eres un guerrero y has derramado sangre.' 4Sin embargo, el Señor, Dios de Israel, me escogió entre toda mi familia para hacerme rey de Israel por siempre. Pues él escogió la tribu de Judá como tribu gobernante; de la tribu de Judá escogió a mi familia; y de entre mis hermanos me escogió a mí para ser rey sobre todo Israel. 5Y ahora, entre todos mis hijos, pues son muchos los que el Señor me ha dado, el Señor ha escogido a mi hijo Salomón para que se siente en el trono del dominio del Señor sobre Israel. 6El Señor también me dijo: 'Tu hijo Salomón será quien construya mi templo y mis atrios, porque lo he escogido como hijo, y yo seré un padre para él, 7y afirmaré su reino para siempre, si él sigue esforzándose en cumplir mis mandamientos y disposiciones como hasta el día de hoy.'
8"Ahora pues, en presencia de todo Israel, de esta asamblea del Señor, y de nuestro Dios que nos escucha, guarden con empeño todos los mandamientos del Señor, el Dios de ustedes, para que este hermoso país continúe siendo propiedad de ustedes y luego puedan dejárselo para siempre en herencia a sus hijos. 9Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre y sírvele de todo corazón y con buena disposición, porque el Señor examina todas las conciencias y distingue cualquier intención y pensamiento. Así que, si tú lo buscas, él permitirá que lo encuentres; pero si te apartas de él, te rechazará de una vez para siempre. 10Ten ahora presente que el Señor te ha escogido para que construyas un edificio que será su santuario. Por tanto, ¡ánimo y manos a la obra!"
11Entonces David entregó a su hijo Salomón el plano del vestíbulo del templo, de sus edificios, de los almacenes, de las salas del piso alto, de los cuartos interiores y del Lugar Santísimo. 12Además le dio el proyecto de todo lo que tenía en mente para los atrios del templo y los cuartos que debían estar alrededor, los tesoros y los depósitos para las ofrendas sagradas, 13y también los cuartos para los turnos de los sacerdotes y los levitas y para todos los servicios del templo, lo mismo que para todos los objetos del culto en el templo.
14También le dio oro y plata en cantidad suficiente para todos los objetos de oro y plata que se iban a usar en el culto; 15para los candelabros y sus lámparas, tanto los de oro como los de plata, le dio conforme al peso que debía tener cada uno de ellos; 16y lo mismo hizo para cada una de las mesas, tanto las de oro como las de plata, donde debía ponerse en hileras el pan consagrado. 17Le dio además oro para los tenedores, los tazones y las jarras, así como oro y plata suficiente para las copas de uno u otro metal, según el peso de cada una. 18También le entregó suficiente cantidad de oro refinado para el altar del incienso, e igualmente le dio oro para la construcción del carro, es decir, de los seres alados que con las alas extendidas cubren el arca de la alianza del Señor.
19Todo esto estaba en un escrito redactado por revelación del Señor a David, en el que se explicaban todos los trabajos que había que hacer de acuerdo con el plano.
20Entonces dijo David a Salomón: "¡Ten valor y firmeza, y pon manos a la obra! ¡No te desanimes ni tengas miedo, porque el Señor mi Dios estará contigo! Él no te dejará ni te abandonará hasta que se acabe toda la obra para el servicio del templo. 21Aquí están los turnos de los sacerdotes y levitas dispuestos para el servicio en el templo; para todos los trabajos tendrás también la ayuda de toda clase de voluntarios, expertos en todo tipo de servicio; y los jefes y todo el pueblo estarán a tus órdenes."


La liberación de Jerusalén

Zacarías 12 1Este es un mensaje del Señor acerca de Israel. El Señor, que ha extendido el cielo, y ha puesto base a la tierra, y ha dado vida al hombre, afirma: 2"Yo hago de Jerusalén una copa de vino que emborrachará a todas las naciones vecinas. Cuando ellas pongan sitio a Jerusalén, también las otras ciudades de Judá serán atacadas.
3"En aquel día convertiré a Jerusalén en una piedra muy pesada para todas las naciones. Herirá a cualquiera de ellas que intente levantarla. Todas las naciones se juntarán en contra de Jerusalén, 4pero entonces yo espantaré a todos los caballos y volveré locos a sus jinetes. Cuidaré de los descendientes de Judá, y dejaré ciegos a todos los caballos de las naciones. 5Al ver esto, los jefes de Judá dirán para sí: 'El Señor todopoderoso es el Dios de los que viven en Jerusalén, y el que les da fuerzas.'
6"En aquel día haré que los jefes de Judá sean como un brasero encendido entre la leña, como un fuego entre manojos de espigas. Devorarán a derecha e izquierda a todas las naciones vecinas, mientras que los habitantes de Jerusalén vivirán otra vez en su ciudad. 7Pero primero yo, el Señor, salvaré a las familias de Judá, para que no crezca el prestigio de los descendientes de David y de los habitantes de Jerusalén por encima de los demás descendientes de Judá. 8Yo, el Señor, protegeré a los que viven en Jerusalén. Los más débiles de ellos serán tan fuertes como el rey David, y los descendientes de David serán como Dios, como el ángel del Señor, que va al frente de ellos.
9"En aquel día destruiré a cualquier nación que ataque a Jerusalén. 10Llenaré de espíritu de bondad y oración a los descendientes de David y a los habitantes de Jerusalén. Entonces mirarán al que traspasaron, y harán duelo y llorarán por él como por la muerte del hijo único o del hijo mayor. 11Se hará en Jerusalén un duelo tan grande como el duelo que se hace por el dios Hadad-rimón en la llanura de Meguido. 12Familia por familia, cada una por su lado, hará duelo en el país: los descendientes de David, y también sus mujeres; los descendientes de Natán, y también sus mujeres; 13los descendientes de Leví, y también sus mujeres; los descendientes de Simí, y también sus mujeres; 14y así todas las otras familias, cada una por su lado, y también sus mujeres.

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