Jesús, el pan de la vida
San Juan 6
25Al llegar ellos al otro lado del lago, encontraron a Jesús y le preguntaron:
--Maestro, ¿cuándo viniste acá?
26Jesús les dijo:
--Les aseguro que ustedes me buscan porque comieron hasta llenarse, y no porque hayan entendido las señales milagrosas.
27No trabajen por la comida que se acaba, sino por la comida que permanece y que les da vida eterna. Esta es la comida que les dará el Hijo del hombre, porque Dios, el Padre, ha puesto su sello en él.
28Le preguntaron:
--¿Qué debemos hacer para realizar las obras que Dios quiere que hagamos?
29Jesús les contestó:
--La única obra que Dios quiere es que crean en aquel que él ha enviado.
30Le preguntaron entonces:
--¿Qué señal puedes darnos, para que al verla te creamos? ¿Cuáles son tus obras?
31Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: 'Les dio a comer pan del cielo.'
32Jesús les contestó:
--Les aseguro que no fue Moisés quien les dio a ustedes el pan del cielo, sino que mi Padre es quien les da el verdadero pan del cielo.
33Porque el pan que Dios da es el que ha bajado del cielo y da vida al mundo.
34Ellos le pidieron:
--Señor, danos siempre ese pan.
35Y Jesús les dijo:
--Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí, nunca tendrá hambre; y el que cree en mí, nunca tendrá sed.
36Pero como ya les dije, ustedes no creen aunque me han visto.
37Todos los que el Padre me da, vienen a mí; y a los que vienen a mí, no los echaré fuera.
38Porque yo no he bajado del cielo para hacer mi propia voluntad, sino para hacer la voluntad de mi Padre, que me ha enviado.
39Y la voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda a ninguno de los que me ha dado, sino que los resucite en el día último.
40Porque la voluntad de mi Padre es que todos los que miran al Hijo de Dios y creen en él, tengan vida eterna; y yo los resucitaré en el día último.
41Por esto los judíos comenzaron a murmurar de Jesús, porque afirmó: "Yo soy el pan que ha bajado del cielo."
42Y dijeron:
--¿No es este Jesús, el hijo de José? Nosotros conocemos a su padre y a su madre. ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?
43Jesús les dijo entonces:
--Dejen de murmurar.
44Nadie puede venir a mí, si no lo trae el Padre, que me ha enviado; y yo lo resucitaré en el día último.
45En los libros de los profetas se dice: 'Dios instruirá a todos.' Así que todos los que escuchan al Padre y aprenden de él, vienen a mí.
46"No es que alguno haya visto al Padre; el único que lo ha visto es el que procede de Dios.
47Les aseguro que quien cree, tiene vida eterna.
48Yo soy el pan que da vida.
49Los antepasados de ustedes comieron el maná en el desierto, y a pesar de ello murieron;
50pero yo hablo del pan que baja del cielo; quien come de él, no muere.
51Yo soy ese pan vivo que ha bajado del cielo; el que come de este pan, vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi propia carne. Lo daré por la vida del mundo."
52Los judíos se pusieron a discutir unos con otros:
--¿Cómo puede este darnos a comer su propia carne?
53Jesús les dijo:
--Les aseguro que si ustedes no comen la carne del Hijo del hombre y beben su sangre, no tendrán vida.
54El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo lo resucitaré en el día último.
55Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
56El que come mi carne y bebe mi sangre, vive unido a mí, y yo vivo unido a él.
57El Padre, que me ha enviado, tiene vida, y yo vivo por él; de la misma manera, el que se alimenta de mí, vivirá por mí.
58Hablo del pan que ha bajado del cielo. Este pan no es como el maná que comieron los antepasados de ustedes, que a pesar de haberlo comido murieron; el que come de este pan, vivirá para siempre.
59Jesús enseñó estas cosas en la sinagoga en Cafarnaúm.
1 Crónicas 24
1Los descendientes de Aarón también tenían sus turnos. Los hijos de Aarón fueron Nadab, Abihú, Eleazar e Itamar.
2Pero como Nadab y Abihú murieron antes que su padre, sin haber tenido hijos, Eleazar e Itamar se encargaron del sacerdocio.
3David, con la ayuda de Sadoc, descendiente de Eleazar, y de Ahimélec, descendiente de Itamar, los repartió en turnos para que desempeñaran sus oficios.
4Pero como se dieron cuenta de que los varones descendientes de Eleazar eran más numerosos que los de Itamar, fueron repartidos de modo que quedaron dieciséis jefes de descendientes de Eleazar y ocho de descendientes de Itamar.
5Los turnos se repartieron por suertes entre todos, pues tanto entre los descendientes de Eleazar como entre los de Itamar había funcionarios sagrados, funcionarios de Dios.
6Luego Semaías el secretario, hijo de Natanael y uno de los levitas, escribió sus nombres en presencia del rey, de los jefes, del sacerdote Sadoc, de Ahimélec, hijo de Abiatar, y de los jefes de familia de los sacerdotes y de los levitas. Los turnos se sacaban por suerte, dos turnos para los descendientes de Eleazar y uno para los de Itamar.
7-18Al sacar las suertes, quedaron los turnos en el siguiente orden, del primero al vigesimocuarto:
Joiarib
Jedaías
Harim
Seorim
Malquías
Mijamín
Cos
Abías
Jesús
Secanías
Eliasib
Jaquim
Hupá
Jesebab
Bilgá
Imer
Hezir
Pisés
Petahías
Hezequiel
Jaquín
Gamul
Delaías
Maazías
19Así pues, se repartieron los turnos para servir en el templo, según las normas que el Señor, Dios de Israel, había ordenado por medio de Aarón, antepasado de ellos.
20Los levitas que quedaban eran: Subael, de los descendientes de Amram; Jehedías, de los de Subael;
21Isías, que era el mayor, de los de Rehabías;
22Selomot, de los de Ishar; Jáhat, de los de Selomot;
23de los descendientes de Hebrón: Jerías, el primero; Amarías, el segundo; Jahaziel, el tercero; y Jecamán, el cuarto.
24Estaban también: Micaías, hijo de Uziel; Samir, hijo de Micaías;
25Isías, hermano de Micaías; Zacarías, hijo de Isías;
26Mahli y Musí, hijos de Merarí; los hijos de Jaazías, hijo también de Merarí.
27De los descendientes de Merarí, por parte de Jaazías, su hijo, estaban Sóham, Zacur e Ibrí;
28y por parte de Mahli, Eleazar, que no tuvo hijos,
29y Quis; Jerahmeel, hijo de Quis;
30los hijos de Musí, que eran Mahli, Éder y Jerimot.
Estos eran los levitas por familias.
31También ellos se repartieron por suertes, tanto la familia del jefe como la del hermano menor, igual que sus parientes los descendientes de Aarón, en presencia del rey David, de Sadoc, Ahimélec y los jefes de familia de los sacerdotes y de los levitas.
La promesa de liberación Zacarías 10
1Pídanle al Señor lluvias de primavera,
y el Señor, que produce los relámpagos,
las enviará en abundancia,
y a todos les dará hierba en el campo.
2La palabra de los ídolos es mentira,
y es falso lo que ven los adivinos.
Sus predicciones son sueños sin sentido,
y sus palabras de consuelo están vacías.
Por eso el pueblo vaga como un rebaño,
y sufre por falta de un pastor.
3Por eso dice el Señor:
"Mi furor se ha encendido contra los pastores,
y castigaré a los guías de mi pueblo."
El Señor todopoderoso, que cuida de su rebaño,
de los descendientes de Judá,
hará de ellos su fuerte caballo en la batalla.
4De ellos saldrán la Piedra Angular,
la Estaca de Tienda y el Arco de Guerra.
De ellos saldrán todos los caudillos.
5Serán como soldados
que en la batalla pisan el barro de las calles;
lucharán, porque el Señor está con ellos,
y pondrán en vergüenza a los jinetes.
6Dice el Señor:
"Yo daré fuerzas a los descendientes de Judá
y salvaré a los descendientes de José.
Los guiaré de vuelta a su patria,
porque tengo compasión de ellos.
Volverán a ser como si yo nunca los hubiera rechazado,
pues yo soy el Señor su Dios,
que atiendo sus oraciones.
7Efraín será como un soldado.
Su corazón se alegrará como con vino,
y al verlo se alegrarán también sus hijos.
¡Su corazón se alegrará a causa del Señor!
8"Yo los llamaré y los reuniré,
porque los he salvado.
Volverán a ser tan numerosos
como lo fueron en otros tiempos.
9Yo los dispersé entre las naciones
pero, aun estando lejos, se acordarán de mí,
y un día volverán con sus hijos.
10Los haré regresar de Egipto,
los traeré de Asiria,
los llevaré a Galaad y al Líbano,
y serán tantos que faltará lugar para ellos.
11Atravesarán el mar de Egipto,
cuyas olas heriré.
Secaré el Nilo hasta el fondo,
destruiré el orgullo de Asiria
y acabaré con el poder de Egipto.
12Yo les daré fuerzas,
y avanzarán en mi nombre.
Yo, el Señor, doy mi palabra."
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