el quince de agosto - San Juan 1.35-51, 1 Crónicas 9 y Hageo 1-2

Patrocinada por la Sociedad Bíblica Americana

Los primeros discípulos de Jesús

San Juan 1 35Al día siguiente, Juan estaba allí otra vez con dos de sus seguidores. 36Cuando vio pasar a Jesús, Juan dijo:
--¡Miren, ese es el Cordero de Dios!
37Los dos seguidores de Juan lo oyeron decir esto, y siguieron a Jesús. 38Jesús se volvió, y al ver que lo seguían les preguntó:
--¿Qué están buscando?
Ellos dijeron:
--Maestro, ¿dónde vives?
39Jesús les contestó:
--Vengan a verlo.
Fueron, pues, y vieron dónde vivía, y pasaron con él el resto del día, porque ya eran como las cuatro de la tarde.
40Uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús, era Andrés, hermano de Simón Pedro. 41Al primero que Andrés se encontró fue a su hermano Simón, y le dijo:
--Hemos encontrado al Mesías (que significa: Cristo).
42Luego Andrés llevó a Simón a donde estaba Jesús; cuando Jesús lo vio, le dijo:
--Tú eres Simón, hijo de Juan, pero tu nombre será Cefas (que significa: Pedro).

Jesús llama a Felipe y a Natanael

43Al día siguiente, Jesús decidió ir a la región de Galilea. Encontró a Felipe, y le dijo:
--Sígueme.
44Este Felipe era del pueblo de Betsaida, de donde eran también Andrés y Pedro. 45Felipe fue a buscar a Natanael, y le dijo:
--Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en los libros de la ley, y de quien también escribieron los profetas. Es Jesús, el hijo de José, el de Nazaret.
46Dijo Natanael:
--¿Acaso de Nazaret puede salir algo bueno?
Felipe le contestó:
--Ven y compruébalo.
47Cuando Jesús vio acercarse a Natanael, dijo:
--Aquí viene un verdadero israelita, en quien no hay engaño.
48Natanael le preguntó:
--¿Cómo es que me conoces?
Jesús le respondió:
--Te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera.
49Natanael le dijo:
--Maestro, ¡tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel!
50Jesús le contestó:
--¿Me crees solamente porque te he dicho que te vi debajo de la higuera? Pues vas a ver cosas más grandes que estas.
51También dijo Jesús:
--Les aseguro que ustedes verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.


1 Crónicas 9 1De esta manera, todo Israel quedó registrado en el libro de los reyes de Israel.

Los que regresaron de Babilonia
(Neh 11.1-24)

Pero la gente de Judá fue desterrada a Babilonia por causa de su maldad.
2Los primeros en volver a establecerse en sus propiedades y ciudades fueron israelitas, sacerdotes, levitas y sirvientes del templo. 3En Jerusalén se establecieron descendientes de Judá, Benjamín, Efraín y Manasés.
4De los descendientes de Judá: Utai, hijo de Amihud, que fue hijo de Omrí, que fue hijo de Imrí, que fue hijo de Baní, de los descendientes de Fares, hijo de Judá. 5Silonitas: Asaías, el mayor de sus hijos. 6De los descendientes de Zérah: Jeuel y sus parientes, seiscientas noventa personas.
7De los descendientes de Benjamín: Salú, hijo de Mesulam, que fue hijo de Hodavías, que fue hijo de Senúa; 8Ibneías, hijo de Jeroham; Elá, hijo de Uzí, que fue hijo de Micrí; Mesulam, hijo de Sefatías, que fue hijo de Reuel, que fue hijo de Ibnías. 9Sus parientes, según sus varias generaciones, fueron novecientos cincuenta y seis, todos ellos jefes de familia.
10De los sacerdotes: Jedaías, Joiarib, Jaquín, 11Azarías, hijo de Hilquías, que fue hijo de Mesulam, que fue hijo de Sadoc, que fue hijo de Meraiot, que fue hijo de Ahitub, jefe principal de la casa de Dios; 12Adaías, hijo de Jeroham, que fue hijo de Pashur, que fue hijo de Malquías; Masai, hijo de Adiel, que fue hijo de Jahzera, que fue hijo de Mesulam, que fue hijo de Mesilemit, que fue hijo de Imer; 13y sus parientes, que eran mil setecientos sesenta jefes de familia, hombres muy capacitados para el servicio de la casa de Dios.
14De los levitas: Semaías, hijo de Hasub, que fue hijo de Azricam, que fue hijo de Hasabías, de la familia de Merarí; 15Bacbacar, Heres, Galal y Matanías, hijo de Micaías, que fue hijo de Zicrí, que fue hijo de Asaf; 16Abdías, hijo de Semaías, que fue hijo de Galal, que fue hijo de Jedutún; Berequías, hijo de Asá, que fue hijo de Elcaná, que vivió en las aldeas de los netofatitas.
17Los porteros: Salum, Acub, Talmón, Ahimán. Salum, hermano de ellos, era su jefe 18y, hasta el presente, guardián de la puerta del rey, que está al oriente. Estos fueron los porteros de los campamentos de los levitas.
19Salum, hijo de Coré, que fue hijo de Ebiasaf, que fue hijo de Coré, y sus parientes coreítas, eran los encargados de cuidar la entrada del santuario, como antes sus antepasados habían cuidado la entrada del campamento del Señor.
20Antes de eso, Finees, hijo de Eleazar, fue jefe de ellos. ¡Que el Señor esté con él!
21Zacarías, hijo de Meselemías, era portero de la tienda del encuentro con Dios.
22El total de los porteros escogidos era de doscientos doce, según el registro familiar de las poblaciones donde vivían. David y Samuel el vidente fueron quienes los nombraron para este cargo, porque eran dignos de confianza. 23Tanto ellos como sus hijos se turnaban para cuidar la entrada de la casa del Señor, es decir, el santuario. 24Había porteros en los cuatro puntos cardinales: al este y al oeste, al norte y al sur. 25Sus familiares, que vivían en sus pueblos, venían para ayudarlos con un turno de siete días. 26Pero los cuatro porteros principales, que eran levitas, estaban de guardia permanente, cuidando los cuartos y tesoros de la casa de Dios. 27Pasaban la noche en los alrededores del templo, porque estaban encargados de cuidarlo y de abrir sus puertas todas las mañanas. 28Algunos de ellos tenían a su cargo los utensilios que se usaban en el culto, y debían sacarlos y meterlos llevando la cuenta. 29Otros estaban encargados de los demás utensilios y de los objetos sagrados, además de la harina, el vino, el aceite, el incienso y los perfumes. 30Algunos de los sacerdotes eran quienes preparaban los perfumes; 31y un levita llamado Matatías, hijo mayor de Salum el coreíta, era siempre el encargado de hacer las tortas para la ofrenda. 32Algunos de sus parientes quehatitas eran los encargados de preparar el pan consagrado que se ponía en hileras todos los sábados. 33Había también cantores, jefes de familias levitas que vivían en los cuartos del templo, libres de otros trabajos, porque día y noche estaban ocupados en su servicio.
34Estos fueron los jefes de familia de los levitas, en el orden de sus generaciones, que vivían en Jerusalén.

La familia de Saúl
(1  Cr 8.29-40)

35En la ciudad de Gabaón vivía Jehiel, padre de Gabaón. Su mujer se llamaba Maacá. 36Sus hijos fueron Abdón, el mayor; Sur, Quis, Baal, Ner, Nadab, 37Guedor, Ahió, Zacarías y Miclot, 38que fue padre de Simam. También estos, siguiendo el ejemplo de sus hermanos, vivían con ellos en Jerusalén.
39Ner fue padre de Quis, Quis fue padre de Saúl, y Saúl fue padre de Jonatán, Malquisúa, Abinadab y Es-baal. 40Hijo de Jonatán fue Merib-baal, que fue padre de Micaías. 41Los hijos de Micaías fueron Pitón, Mélec, Tarea y Ahaz. 42Ahaz fue padre de Jará, y Jará fue padre de Alémet, Azmávet y Zimrí; Zimrí fue padre de Mosá, 43y Mosá fue padre de Biná, que fue padre de Refaías, que fue padre de Elasá, que fue padre de Asel.
44Los hijos de Asel fueron seis, que se llamaron: Azricam, Bocrú, Ismael, Searías, Abdías y Hanán. Estos fueron los hijos de Asel.


Exhortación a construir el templo

Hageo 1 1En el año segundo del gobierno del rey Darío, el día primero del sexto mes, el Señor, por medio del profeta Hageo, se dirigió al gobernador de Judá, Zorobabel, hijo de Salatiel, y al jefe de los sacerdotes, Josué, hijo de Josadac.
2-3Y esto es lo que dijo el Señor todopoderoso por medio del profeta: "Esta gente dice que todavía no es tiempo de reconstruir mi templo. 4¿Y acaso para ustedes sí es tiempo de vivir en casas lujosas, mientras que mi templo está en ruinas? 5Yo, el Señor todopoderoso, les digo que piensen bien en su conducta. 6Ustedes siembran mucho, pero cosechan poco; comen, pero no se sienten satisfechos; beben, pero se quedan con sed; se abrigan, pero no entran en calor; y el que trabaja a jornal, echa su salario en saco roto. 7Yo, el Señor todopoderoso, les digo que piensen bien en su conducta. 8Vayan a las montañas, traigan madera y construyan de nuevo el templo. Yo estaré allí contento, y mostraré mi gloria. 9Ustedes buscan mucho, pero encuentran poco; y lo que guardan en su casa, yo me lo llevo de un soplo. ¿Por qué? Pues porque mi casa está en ruinas, mientras que ustedes solo se preocupan de sus propias casas. Yo, el Señor, lo afirmo. 10Por eso no cae para ustedes la lluvia, ni la tierra les da sus productos. 11Yo fui quien trajo la sequía sobre los campos y sobre los montes, sobre el trigo, los viñedos y los olivares, sobre las cosechas del campo, sobre los hombres y los animales, y sobre todas sus labores."
12Zorobabel, Josué y el resto de la gente sintieron miedo cuando oyeron lo que el Señor les decía por medio del profeta Hageo, esto es, lo que Dios el Señor le había encargado que dijera. 13Entonces Hageo, el mensajero del Señor, les habló en nombre de Dios, diciéndoles: "El Señor dice: 'Yo, el Señor, lo afirmo: Yo estoy con ustedes.'  "
14-15De esta manera animó el Señor a Zorobabel, gobernador de Judá, a Josué, jefe de los sacerdotes, y al resto de la gente, y el día veinticuatro del sexto mes del año segundo del reinado de Darío empezaron a reconstruir el templo de su Dios, el Señor todopoderoso.

La gloria del nuevo templo

Hageo 2 1El día veintiuno del séptimo mes, el Señor volvió a dirigirse al profeta Hageo, 2y le ordenó que dijera a Zorobabel, a Josué y al resto de la gente: 3"Los que vieron el otro templo en todo su esplendor, digan qué les parece este que ahora tenemos. ¿No les parece que no vale nada comparado con aquel otro? 4¡Pero ánimo, Zorobabel! ¡Ánimo, Josué, jefe de los sacerdotes! Y anímense todos ustedes, gente del país. Trabajen, que yo estoy con ustedes. Yo, el Señor todopoderoso, lo afirmo. 5Tal como se lo prometí cuando salieron de Egipto, mi espíritu les acompaña. No tengan miedo. 6Dentro de poco haré temblar el cielo y la tierra, el mar y la tierra firme. 7Haré temblar a todas las naciones, y traerán sus riquezas, y mi templo se llenará de gloria." El Señor todopoderoso lo afirma: 8"Míos son la plata y el oro. 9Este segundo templo será más hermoso que el primero. Entonces haré que haya paz en este lugar. Yo, el Señor todopoderoso, lo afirmo."

Dios reprende al pueblo infiel

10El día veinticuatro del noveno mes del mismo año del gobierno del rey Darío, el Señor se dirigió al profeta Hageo 11y le ordenó que, en el nombre del Señor todopoderoso, hiciera a los sacerdotes las siguientes preguntas en relación con la ley: 12"Supongamos que un hombre lleva carne consagrada envuelta en su capa, y que el borde de la capa toca pan, guiso, vino, aceite o cualquier otra comida: ¿quedará por eso consagrada la comida?" Los sacerdotes contestaron que no. 13Entonces Hageo continuó: "Pero supongamos que alguien, que ha quedado impuro por haber tocado un cadáver, va y toca también cualquiera de estas cosas: ¿acaso ellas no quedarán impuras?" Los sacerdotes contestaron que sí.
14Entonces dijo Hageo: "El Señor afirma: 'Lo mismo pasa con esta gente: todo lo que hacen y todo lo que me ofrecen es impuro. 15De ahora en adelante piensen ustedes en esto. Antes de empezar a construir el templo, 16¿qué les pasaba? Pues que cuando alguien iba a un montón de veinte medidas de grano, encontraba solamente diez; y cuando uno iba al lugar donde se hace el vino, a sacar cincuenta cántaros, encontraba solamente veinte. 17Yo destruí con plagas y granizo el fruto de todos sus esfuerzos, pero ustedes no se volvieron a mí. Yo, el Señor, lo afirmo. 18Hoy, día veinticuatro del noveno mes, han sido puestos los cimientos de mi templo. 19Pues bien, fíjense ustedes en que a partir de hoy no faltará el grano en el granero. Aún no ha dado fruto la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el olivo; pero a partir de hoy, yo los bendeciré.'  "

Promesa del Señor a Zorobabel

20Ese mismo día, el Señor volvió a dirigirse a Hageo, 21y le ordenó que dijera a Zorobabel, el gobernador de Judá: "Yo haré temblar el cielo y la tierra; 22destruiré el poder de los reinos del mundo y echaré abajo sus tronos; volcaré los carros de guerra y a los que montan en ellos, y morirán los caballos y sus jinetes; cada uno morirá atravesado por la espada de su hermano. 23Y aquel día, Zorobabel, siervo mío, te cuidaré como a mi anillo de sellar, porque yo te he escogido. Yo, el Señor todopoderoso, lo afirmo."

La Próxima Página

Esta lectura es de La Biblia, Versión Popular, Segunda Edición Derechos Registrados © Sociedades Bíblicas Unidas 1966, 1970, 1979, 1983

Toque aquí para regresar a la primera pagina de La Lectura Diaria de La Biblia.

Derechos Registrados 2013 BibleNetUSA. All rights reserved. Email vpo@dailybibleclub.com