el veintiocho de abril - Hechos 12, Josué 15-17 y Job 28

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Muerte de Santiago y encarcelamiento de Pedro

Hechos 12 1Por aquel tiempo, el rey Herodes comenzó a perseguir a algunos de la iglesia. 2Ordenó matar a filo de espada a Santiago, el hermano de Juan; 3y como vio que esto había agradado a los judíos, hizo arrestar también a Pedro. Esto sucedió en los días de la fiesta en que se come el pan sin levadura. 4Después de arrestarlo, Herodes metió a Pedro en la cárcel, donde estaba vigilado por cuatro grupos de soldados, de cuatro soldados por grupo. Pensaba presentarlo ante el pueblo después de la Pascua. 5Así que Pedro estaba en la cárcel, bien vigilado, pero los de la iglesia seguían orando a Dios por él con mucho fervor.

Un ángel libra de la cárcel a Pedro

6La misma noche anterior al día en que Herodes lo iba a presentar ante el pueblo, Pedro estaba durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, mientras otros soldados estaban en la puerta vigilando la cárcel. 7De pronto se presentó un ángel del Señor, y la cárcel se llenó de luz. El ángel tocó a Pedro en el costado, lo despertó, y le dijo: "¡Levántate en seguida!" Al instante, las cadenas cayeron de las manos de Pedro, 8y el ángel le dijo: "Vístete y ponte las sandalias." Así lo hizo Pedro, y el ángel añadió: "Ponte tu capa y sígueme."
9Pedro salió tras el ángel, sin saber si era realidad o no lo que el ángel hacía. Más bien le parecía que estaba viendo una visión. 10Pero pasaron la primera guardia, luego la segunda, y cuando llegaron a la puerta de hierro que daba a la calle, la puerta se abrió por sí sola. Salieron, y después de haber caminado una calle, el ángel lo dejó solo.
11Pedro comprendió entonces, y dijo: "Ahora veo que verdaderamente el Señor ha enviado a su ángel para librarme de Herodes y de todo lo que los judíos querían hacerme."
12Al darse cuenta de esto, Pedro se fue a casa de María, la madre de Juan, llamado también Marcos, donde muchas personas estaban reunidas en oración. 13Llamó a la puerta de la calle, y una muchacha llamada Rode salió a ver quién era. 14Al reconocer la voz de Pedro, fue tanta su alegría que, en vez de abrir, corrió adentro a avisar que Pedro estaba a la puerta. 15Le dijeron:
--¡Estás loca!
Pero ella aseguraba que era cierto. Ellos decían:
--No es él; es su ángel.
16Mientras tanto, Pedro seguía llamando a la puerta. Y cuando abrieron y lo vieron, se asustaron. 17Pero él, con la mano, les hizo señas de que se callaran, y les contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. Y añadió:
--Cuenten esto a Santiago y a los hermanos.
Luego salió y se fue a otro lugar.
18Cuando amaneció, se produjo una gran confusión entre los soldados, porque no sabían qué había pasado con Pedro. 19Herodes ordenó buscarlo, pero como no lo pudo encontrar, hizo responsables a los guardias y los mandó matar. Después de esto, Herodes salió de Judea y se fue a vivir a Cesarea.

La muerte de Herodes

20Herodes estaba enojado con los habitantes de Tiro y de Sidón, los cuales se pusieron de acuerdo para presentarse ante él. Lograron ganarse la buena voluntad de Blasto, un alto funcionario del rey Herodes, y por medio de él le pidieron paz, porque Tiro y Sidón obtenían sus provisiones en el país del rey. 21Herodes los citó para un cierto día, en el que, vestido con ropa de ceremonia, ocupó su asiento en el tribunal y les dirigió un discurso. 22La gente comenzó entonces a gritar: "¡Este que habla no es un hombre, sino un dios!" 23En el mismo momento, un ángel del Señor hizo que Herodes cayera enfermo, por no haber dado honor a Dios, y murió comido de gusanos.
24Entre tanto, el mensaje de Dios iba extendiéndose y era anunciado en todas partes.
25Cuando Bernabé y Saulo terminaron su trabajo en Jerusalén, volvieron llevándose con ellos a Juan, que también se llamaba Marcos.


El territorio de Judá

Josué 15 1El territorio que les tocó en suerte a los clanes de la tribu de Judá llegaba hasta la frontera de Edom, y por el sur hasta el desierto de Sin. 2Por ese lado la frontera partía de la punta que está en el extremo sur del Mar Muerto, 3corría después hacia el sur por la cuesta de Acrabim, pasando por el desierto de Sin y al sur de Cadés-barnea; luego seguía hasta Hesrón, subía hasta Adar y daba la vuelta hacia Carcá, 4de donde continuaba hasta Asmón, para salir al arroyo de Egipto y terminar en el mar Mediterráneo. Esta era la frontera por el sur. 5Por el este, la frontera era el Mar Muerto hasta la desembocadura del Jordán. De allí partía la frontera norte, 6que subía por Bet-hoglá y pasaba al norte de Bet-arabá, y de allí a la Peña de Bohan Ben-rubén; 7después subía del valle de Acor a Debir y volvía hacia Guilgal, que está frente a la cuesta de Adumim, al sur del arroyo; después la frontera pasaba por el manantial de En-semes y seguía hasta el de En-roguel; 8entonces pasaba por el valle de Ben-hinom, al sur de la cuesta de Jebús, es decir, Jerusalén; luego subía por la cumbre del monte que está al oeste del valle de Hinom, y al norte del valle de Refaim, 9para dar la vuelta desde la cumbre del monte hasta el manantial de Neftóah, y luego hasta las ciudades del monte de Efrón, pasando por Baalá, que también se llama Quiriat-jearim. 10De Baalá, la frontera se volvía hacia el oeste hasta el monte de Seír, y pasaba por Quesalón, al costado norte del monte Jearim, para después bajar hasta Bet-semes y pasar por Timná 11y por las cuestas al norte de Ecrón, girar hacia Sicrón, pasar por el monte de Baalá, y salir a Jabneel para terminar en el mar Mediterráneo. 12Por último, la frontera occidental era el mar Mediterráneo. Estas eran las fronteras de las posesiones que les tocaron a los de la tribu de Judá, y que se repartieron entre los clanes de la tribu.

Caleb conquista Hebrón y Debir
(Jue 1.10-15)

13Josué dio a Caleb, el hijo de Jefuné, una parte de los territorios de la tribu de Judá. Conforme a lo ordenado por el Señor, le dio Hebrón, la ciudad principal de los descendientes del gigante Anac. 14Caleb echó de allí a tres descendientes de Anac, llamados Sesai, Ahimán y Talmai. 15Después marchó contra los que vivían en Debir, que antes se llamaba Quiriat-séfer, 16y dijo: "Al que ataque y conquiste esta ciudad, yo le daré por esposa a mi hija Acsa."
17El que conquistó la ciudad fue su sobrino Otoniel, el hijo de Quenaz, y Caleb le dio por esposa a su hija Acsa. 18Cuando iban a salir hacia su casa, Otoniel convenció a Acsa de que le pidiera a su padre tierras de cultivo. Entonces ella se bajó del asno, y Caleb le preguntó:
--¿Qué se te ofrece?
19--Quiero pedirte un favor --contestó ella--. Ya que me diste tierras en el desierto del Négueb, dame también manantiales.
Y él le dio los manantiales de arriba y los de abajo.

Las ciudades de la tribu de Judá

20Estas fueron las posesiones de la tribu de Judá, que se repartieron según el número de sus clanes. 21Las ciudades que les tocaron en la región sur, hacia la frontera de Edom, fueron: Cabseel, Éder, Jagur, 22Quiná, Dimoná, Adadá, 23Quedes, Hasor, Itnán, 24Zif, Télem, Bealot, 25Hasor-hadatá, Queriot, Hesrón (que también se llama Hasor), 26Amam, Semá, Moladá, 27Hasar-gadá, Hesmón, Bet-pélet, 28Hasar-sual, Beerseba, con sus aldeas, 29Baalá, Iim, Ésem, 30Eltolad, Quesil, Hormá, 31Siclag, Madmaná, Sansaná, 32Lebaot, Silhim y En-rimón. En total, veintinueve ciudades con sus aldeas.
33En la llanura les tocaron las siguientes ciudades: Estaol, Sorá, Asná, 34Zanóah, En-ganim, Tapúah, Enam, 35Jarmut, Adulam, Socó, Azecá, 36Saaraim, Aditaim, Guederá y Guederotaim, o sea catorce ciudades con sus aldeas.
37Las ciudades de Senán, Hadasá, Migdal-gad, 38Dileán, Mispá, Jocteel, 39Laquis, Boscat, Eglón, 40Cabón, Lahmam, Quitlís, 41Guederot, Bet-dagón, Naamá y Maquedá, o sea dieciséis ciudades con sus aldeas.
42Las ciudades de Libná, Éter, Asán, 43Iftah, Asná, Nesib, 44Queilá, Aczib y Maresá, o sea nueve ciudades con sus aldeas.
45La ciudad de Ecrón con sus pueblos y aldeas, 46y de Ecrón al mar todo el territorio cercano a Asdod, junto con sus aldeas.
47La ciudad de Asdod con sus pueblos y aldeas, y la ciudad de Gaza con sus pueblos y aldeas, hasta el arroyo de Egipto y los límites del mar Mediterráneo.
48En la región montañosa les tocaron a los de Judá las siguientes ciudades: Samir, Jatir, Socó, 49Daná, Quiriat-saná (llamada también Debir), 50Anab, Estemoa, Anim, 51Gosen, Holón y Guiló, o sea once ciudades con sus aldeas.
52Las ciudades de Arab, Dumá, Esán, 53Janum, Bet-tapúah, Afecá, 54Humtá, Quiriat-arbá (llamada también Hebrón), y Sior, o sea nueve ciudades con sus aldeas.
55Las ciudades de Maón, Carmel, Zif, Jutá, 56Jezreel, Jocdeam, Zanóah, 57Caín, Guibeá y Timná, o sea diez ciudades con sus aldeas.
58Las ciudades de Halhul, Bet-sur, Guedor, 59Maarat, Bet-anot y Eltecón, o sea seis ciudades con sus aldeas.
60Las ciudades de Quiriat-baal, llamada también Quiriat-jearim, y Rabá, con sus aldeas.
61En el desierto les tocaron las ciudades de Bet-arabá, Midín, Secacá, 62Nibsán, Ciudad de la Sal, y En-gadi, o sea seis ciudades con sus aldeas.
63Los descendientes de Judá no pudieron echar de Jerusalén a los jebuseos que allí vivían, de modo que hasta la fecha los jebuseos viven en Jerusalén junto con los descendientes de Judá.

Territorios de Efraín y Manasés, descendientes de José

Josué 16 1El territorio que les tocó en suerte a los descendientes de José empezaba, por el este, en el río Jordán, a la altura de los manantiales de Jericó, y de allí se extendía por el desierto, a lo largo de las montañas que van de Jericó a Betel. 2De Betel, es decir, Luz, pasaba por el territorio de los arquitas hasta Atarot; 3luego se extendía hacia el oeste por el territorio de los jafletitas, hasta la frontera con Bet-horón de Abajo, y hasta Guézer. De allí salía al mar Mediterráneo. 4Las posesiones que recibieron las tribus de Manasés y Efraín, descendientes de José, fueron las siguientes:

Territorios de la tribu de Efraín

5Los límites del territorio de los clanes de la tribu de Efraín se extendían, al este, de Atarot-adar hasta Bet-horón de Arriba. 6De allí se extendían hasta el mar Mediterráneo. El extremo norte de sus territorios era Micmetat, y de allí la frontera se extendía hacia el este, hasta Taanat-siló, para luego pasar por Janóah 7y bajar a Atarot y Naará, hasta tocar Jericó y salir al río Jordán. 8Desde Tapúah, la frontera se extiende hacia el oeste hasta el arroyo de Caná y el mar Mediterráneo. Este es el territorio que le tocó a la tribu de Efraín, y que se repartió entre sus clanes. 9Hubo además algunas ciudades y aldeas dentro del territorio de la tribu de Manasés, que les tocaron a los de Efraín. 10Pero los de la tribu de Efraín no echaron de Guézer a los cananeos que allí vivían, sino que los dejaron vivir entre ellos, aunque los obligaron a pagarles tributo. Y hasta la fecha los cananeos viven allí.

Territorios de la tribu de Manasés

Josué 17 1Este es el territorio que le tocó a la tribu de Manasés, el hijo mayor de José. A Maquir, hombre de guerra, que era el hijo mayor de Manasés y padre de Galaad, le tocó el territorio de Galaad y de Basán, al este del Jordán. 2También se sortearon las tierras que les tocarían, según el número de sus clanes, a los demás hijos de Manasés: a Abiézer, Hélec, Asriel, Siquem, Héfer y Semidá, que eran hijos de Manasés y nietos de José.
3Pero Selofhad, que era hijo de Héfer y nieto de Galaad, el hijo de Maquir y nieto de Manasés, no había tenido ningún hijo, sino solo cinco hijas, que eran Mahlá, Noá, Hoglá, Milcá y Tirsá. 4Estas fueron a ver al sacerdote Eleazar y a Josué y a los jefes del pueblo, y les dijeron: "El Señor le mandó a Moisés que nos diera tierras, lo mismo que a nuestros parientes." Entonces Josué les dio tierras como a los parientes de su padre, tal como el Señor le había ordenado.
5De esta manera la tribu de Manasés recibió diez partes, además de los territorios de Galaad y Basán, que están al este del Jordán, 6porque a las hijas de Manasés se les dieron tierras como a los varones. La región de Galaad fue para los otros descendientes de Manasés. 7El territorio de la tribu de Manasés se extendía de Aser a Micmetat, que está frente a Siquem, y continuaba hacia el sur, hasta la fuente de Tapúah. 8Aunque la región de Tapúah era de la tribu de Manasés, la ciudad misma de Tapúah, que estaba junto a la frontera de Manasés, pertenecía a la tribu de Efraín. 9Después la frontera bajaba hacia el sur hasta el arroyo de Caná, de modo que estas ciudades de Efraín estaban entre las ciudades de Manasés, aun cuando la frontera norte del arroyo pertenecía a Manasés, junto con la salida al mar. 10Efraín quedaba al sur del arroyo, y Manasés al norte, teniendo como límite el mar Mediterráneo, con los territorios de la tribu de Aser al norte y los de Isacar al este. 11También le tocaron a Manasés las siguientes ciudades en los territorios de Isacar y de Aser, cada una con sus aldeas cercanas: Bet-seán, Ibleam, Dor, Endor, Taanac y Meguido, y las tres colinas. 12Pero los de la tribu de Manasés no pudieron tomar posesión de estas ciudades, porque los cananeos opusieron resistencia y se quedaron allí. 13Después, cuando los israelitas se hicieron más fuertes, obligaron a los cananeos a pagarles tributo, pero no los echaron de allí.

Los descendientes de José toman los bosques

14Los descendientes de José le dijeron a Josué:
--¿Por qué nos has dado en suerte una sola porción del terreno, si nosotros somos muchos y el Señor nos ha bendecido?
15Josué les contestó:
--Ya que ustedes son tantos que no caben en los montes de Efraín, vayan al bosque y desmonten tierras en la región de los ferezeos y de los refaítas.
16Y ellos dijeron:
--Es verdad que estos montes no nos alcanzan. Pero los cananeos que viven en el llano tienen carros de hierro, lo mismo los que viven en Bet-seán y en sus aldeas que los que viven en el valle de Jezreel.
17Entonces Josué respondió así a los descendientes de José, es decir, a las tribus de Efraín y Manasés:
--Ustedes son muchos y tienen mucho poder, de modo que no les tocará solamente una parte del territorio, 18sino que ese monte cubierto de bosques también será suyo, y ustedes aprovecharán sus bosques. En cuanto a los cananeos, ustedes los echarán de allí, aunque ellos sean fuertes y tengan carros de hierro.


Alabanza a la sabiduría

Job 28 1Hay minas de donde se saca la plata
y lugares donde se refina el oro.
2El hierro se saca de la tierra,
y las piedras, al fundirse, producen el cobre.
3El hombre ha puesto fin a las tinieblas:
baja a los lugares más profundos
y allí, en la oscuridad, busca piedras.
4Balanceándose suspendidos de una soga,
abren minas en lugares solitarios,
en lugares por donde nadie pasa,
lejos de las ciudades.
5La tierra, por encima, produce trigo,
y por debajo está revuelta como por fuego.
6Allí se encuentran zafiros,
y oro mezclado con tierra.
7Ni los halcones ni otras aves de rapiña
han visto jamás esos senderos.
8Las fieras no pasan por ellos
ni los frecuentan los leones.
9El hombre pone la mano en el pedernal
y arranca de raíz las montañas.
10Abre túneles en los peñascos
y descubre toda clase de tesoros.
11Explora los nacimientos de los ríos
y saca a la luz cosas escondidas.

12¿Pero de dónde viene la sabiduría?
¿En qué lugar está la inteligencia?
13El hombre no sabe lo que ella vale,
ni la encuentra en este mundo.
14El océano dice: "Aquí no está",
y el mar: "Yo no la tengo."
15No se puede conseguir con oro,
ni se puede comprar con plata.
16No se puede pagar con el oro más precioso,
ni con joyas de cornalina o de zafiro.
17Vale más que el oro y el cristal;
no se puede cambiar por objetos de oro puro.
18La sabiduría es más preciosa que el coral,
y que el cristal de roca y las perlas.
19El crisólito de Etiopía no la iguala,
ni se puede pagar con el oro más fino.
20¿De dónde, pues, viene la sabiduría?
¿En qué lugar está la inteligencia?
21Está escondida a la vista de las fieras,
oculta a las aves del cielo.
22Aun la destrucción y la muerte dicen:
"Solo de oídas hemos sabido de ella."

23Pero Dios conoce el camino de la sabiduría;
solo él sabe dónde encontrarla,
24pues él ve hasta el último rincón de la tierra
y todo lo que hay debajo del cielo.
25Cuando Dios le fijó la fuerza al viento
y puso un límite al agua,
26cuando estableció las leyes de la lluvia
y señaló el camino a la tormenta,
27también vio a la sabiduría, vio su justo valor,
la examinó y le dio su aprobación.
28Y dijo Dios a los hombres:
"Servir fielmente al Señor: eso es sabiduría;
apartarse del mal: eso es inteligencia."

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