el veinte de abril - Hechos 8.1-25, Deuteronomio 33-34 y Job 20

Patrocinada por la Sociedad Bíblica Americana

Saulo persigue a la iglesia

Hechos 8 Aquel mismo día comenzó una gran persecución contra la iglesia de Jerusalén. Todos, menos los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y de Samaria. 2Algunos hombres piadosos enterraron a Esteban y lloraron mucho por él. 3Mientras tanto, Saulo perseguía a la iglesia, y entraba de casa en casa para sacar a rastras a hombres y mujeres y mandarlos a la cárcel.

Anuncio del evangelio en Samaria

4Pero los que tuvieron que salir de Jerusalén anunciaban la buena noticia por dondequiera que iban. 5Felipe, uno de ellos, se dirigió a la principal ciudad de Samaria y comenzó a hablarles de Cristo. 6La gente se reunía, y todos escuchaban con atención lo que decía Felipe, pues veían las señales milagrosas hechas por él. 7Muchas personas que tenían espíritus impuros eran sanadas, y los espíritus salían de ellas gritando; y también muchos paralíticos y tullidos eran sanados. 8Por esta causa hubo gran alegría en aquel pueblo.
9Pero había allí un hombre llamado Simón, que antes había practicado la brujería y que había engañado a la gente de Samaria haciéndose pasar por una persona importante. 10Todos, desde el más pequeño hasta el más grande, lo escuchaban atentamente y decían: "Este es a quien llaman 'el gran poder de Dios'."
11Y le hacían caso, porque con su brujería los había engañado durante mucho tiempo. 12Pero cuando creyeron en la buena noticia que Felipe les anunciaba acerca del reino de Dios y de Jesucristo, tanto hombres como mujeres se bautizaron. 13Y el mismo Simón creyó y se bautizó, y comenzó a acompañar a Felipe, admirado de los grandes milagros y señales que veía.
14Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén supieron que los de Samaria habían aceptado el mensaje de Dios, mandaron allá a Pedro y a Juan. 15Al llegar, oraron por los creyentes de Samaria, para que recibieran el Espíritu Santo. 16Porque todavía no había venido el Espíritu Santo sobre ninguno de ellos; solamente se habían bautizado en el nombre del Señor Jesús. 17Entonces Pedro y Juan les impusieron las manos, y así recibieron el Espíritu Santo.
18Simón, al ver que el Espíritu Santo venía cuando los apóstoles imponían las manos a la gente, les ofreció dinero, 19y les dijo:
--Denme también a mí ese poder, para que aquel a quien yo le imponga las manos reciba igualmente el Espíritu Santo.
20Entonces Pedro le contestó:
--¡Que tu dinero se condene contigo, porque has pensado comprar con dinero lo que es un don de Dios! 21Tú no tienes ningún derecho a recibirlo, porque delante de Dios tu corazón no es recto. 22Abandona esta maldad tuya, y ruega a Dios, para ver si te perdona el haber pensado así. 23Porque veo que estás lleno de amargura y que la maldad te tiene preso.
24Simón contestó:
--Oren ustedes al Señor por mí, para que no me pase nada de esto que me han dicho.
25Después de dar testimonio y de comunicar la palabra del Señor, los apóstoles anunciaron la buena noticia en muchas de las aldeas de Samaria, y regresaron a Jerusalén.


Moisés bendice a las tribus de Israel

Deuteronomio 33 1Poco antes de morir, Moisés, hombre de Dios, bendijo a los israelitas 2de la siguiente manera:

"El Señor viene del Sinaí;
desde Seír nos ha alumbrado.
Resplandeció desde los montes de Parán
y avanza desde Meribá-cadés;
en su derecha nos trae el fuego de la ley.
3El Señor ama a su pueblo,
protege a los que se consagran a él;
ellos se rinden a sus pies
y reciben órdenes suyas.
4Moisés nos dio la ley
como herencia de la comunidad de Jacob,
5y hubo rey en Jesurún
al reunirse los jefes del pueblo,
al juntarse las tribus de Israel."

6Acerca de Rubén dijo:
"¡Viva Rubén! ¡Que no muera,
aunque sean pocos sus hombres!"

7Acerca de Judá dijo:
"Señor, escucha la voz de Judá;
haz que se reúna con su pueblo.
Defiéndelo con tu poder;
ayúdalo contra sus enemigos."

8Acerca de Leví dijo:
"Tuyos son, Señor, el Tumim y el Urim;
tuyos y del hombre que te es fiel,
del que pusiste a prueba en Masá,
con quien reñiste en las aguas de Meribá,
9el que dijo a sus padres: 'Jamás los he visto',
y a sus hermanos: 'Los desconozco',
y a sus hijos: 'No sé quiénes son.'
Ellos cumplen tus palabras,
se han entregado a tu alianza por completo.
10Instruyen a Jacob, a Israel,
en tus leyes y decretos;
colocan en tu altar, en tu presencia,
incienso y ofrendas de animales.
11Bendice, Señor, sus esfuerzos,
y recibe con agrado su trabajo.
Rómpeles la espalda a sus enemigos,
y que no vuelvan a levantarse los que lo odian."

12Acerca de Benjamín dijo:
"El amado del Señor vive tranquilo;
el Altísimo lo protegerá siempre.
¡Vivirá bajo su protección!"

13Acerca de José dijo:
"Que el Señor bendiga su tierra
con lo mejor del rocío de los cielos
y del agua que está en lo profundo de la tierra,
14con las mejores cosechas del año
y los mejores frutos de los meses,
15con lo principal de los montes antiguos,
con lo mejor de las alturas eternas,
16con lo mejor de los frutos que llenan la tierra
y con la buena voluntad del que habita en la zarza.
Venga todo esto sobre José,
que fue escogido entre sus hermanos.
17Es hermoso como el primer hijo de un toro,
poderoso como un búfalo,
y corneará a todos los pueblos
hasta los extremos de la tierra.
Tales son las multitudes de Efraín;
tales son los millares de Manasés."

18Acerca de Zabulón e Isacar dijo:
"Alégrate, Zabulón, por tus salidas,
y tú, Isacar, por tus tiendas de campaña.
19Llamarán a las naciones al monte,
y allí ofrecerán los sacrificios requeridos;
disfrutarán de la riqueza de los mares
y de los tesoros ocultos de las playas."

20Acerca de Gad dijo:
"¡Bendito el que le da grandes territorios!
Gad se tiende al acecho, como leona,
y desgarra brazos y cabeza.
21Gad se quedó con la mejor parte,
con una tierra digna de capitanes.
Entró al frente del pueblo,
cumplió con lo que el Señor exigía
y actuó con justicia en Israel."

22Acerca de Dan dijo:
"Dan es un cachorro de león
que salta desde Basán."

23Acerca de Neftalí dijo:
"Neftalí es bien visto por el Señor,
cuenta con múltiples bendiciones suyas,
¡es dueño del lago hasta su extremo sur!"

24Acerca de Aser dijo:
"Sea bendito Aser entre los hijos de Jacob,
y bien querido por sus hermanos.
Que empape sus pies en aceite;
25que tengan sus puertas cerrojos de hierro y bronce,
y que dure su fuerza tanto como su vida.

26"Nada es comparable al Dios de Jesurún,
que cabalga con majestad sobre las nubes del cielo
para venir en tu ayuda.
27El Dios eterno es tu refugio,
su eterno poder es tu apoyo;
hizo huir de tu presencia al enemigo
y a ti te ordenó destruirlo.
28Israel vivirá confiado,
sus descendientes vivirán en paz.
En sus tierras habrá trigales y viñedos,
y nunca les faltará lluvia del cielo.
29Dichoso tú, Israel,
¿quién se te puede comparar?
El Señor mismo te ha salvado;
él te protege y te ayuda,
¡él es tu espada victoriosa!
Tus enemigos se rendirán ante ti,
y tú aplastarás su orgullo."

Muerte y sepultura de Moisés

Deuteronomio 34 1Moisés subió del desierto de Moab al monte Nebo, a la cumbre del monte Pisgá, que está frente a Jericó. Desde allí el Señor le hizo contemplar toda la región de Galaad hasta el territorio de Dan, 2las regiones de Neftalí, Efraín y Manasés, todo el territorio de Judá hasta el mar Mediterráneo, 3el Négueb, el valle del Jordán y la llanura de Jericó, ciudad de las palmeras, hasta Sóar. 4Y el Señor le dijo:
"Este es el país que yo juré a Abraham, Isaac y Jacob que daría a sus descendientes. He querido que lo veas con tus propios ojos, aunque no vas a entrar en él."
5Y así Moisés, el siervo de Dios, murió en la tierra de Moab, tal como el Señor lo había dicho, 6y fue enterrado en un valle de la región de Moab, frente a Bet-peor, en un lugar que hasta la fecha nadie conoce. 7Murió a los ciento veinte años de edad, habiendo conservado hasta su muerte buena vista y buena salud.
8Los israelitas lloraron a Moisés durante treinta días en el desierto de Moab, cumpliendo así los días de llanto y luto por su muerte. 9Y Josué, hijo de Nun, recibió de Moisés sabiduría, pues Moisés puso sus manos sobre él; así que los israelitas le obedecieron e hicieron como el Señor había ordenado a Moisés.
10Sin embargo, nunca más hubo en Israel otro profeta como Moisés, con quien el Señor hablara cara a cara, 11o que hiciera todos los prodigios y maravillas que el Señor le mandó hacer en Egipto contra el faraón, sus funcionarios y todo su país, 12o que le igualara en poder y en los hechos grandes e importantes que hizo a la vista de todo Israel.


Job 20
Sofar
1-2Tú me pones inquieto e impaciente;
por eso quiero contestarte.
3Con tus reproches me insultas,
pero yo sé cómo responderte.

4Tú sabes que siempre ha sido así
desde que el hombre existe sobre la tierra:
5la alegría del malvado dura poco;
su gozo es solo por un momento.
6Aunque sea tan alto como el cielo
y su cabeza llegue hasta las nubes,
7acabará como el estiércol
y sus amigos no sabrán su paradero.
8Desaparecerá como un sueño, como una visión nocturna,
y nadie podrá encontrarlo.
9Los que vivían con él y lo veían,
no lo volverán a ver.
10Sus hijos tendrán que devolver a los pobres
lo que él había robado.
11En pleno vigor y juventud
bajará a la tumba.
12El mal le parece tan delicioso
que lo saborea con la lengua;
13retiene su sabor en la boca
y lo paladea lentamente.
14Pero luego, en el estómago,
se le convierte en veneno de serpiente.
15Vomita las riquezas que había devorado;
Dios se las saca del estómago.
16Estaba chupando veneno de serpiente,
y ese veneno lo matará.
17No podrá disfrutar de la abundancia
de la leche y la miel, que corren como ríos.
18Todo lo que había ganado, tendrá que devolverlo;
no podrá aprovecharlo ni gozar de sus riquezas.
19Explotó y abandonó a los pobres;
se adueñó de casas que no había construido.
20Nunca quedaba satisfecho su apetito,
ni nada se libraba de su ambición;
21nada escapaba a su voracidad.
Por eso no podrá durar su dicha.
22Cuanta más abundancia tenga, más infeliz será;
sobre él caerá la mano de los malvados.
23Cuando trate de llenar su estómago,
Dios descargará su ira sobre él:
hará llover sobre él su enojo.
24Si escapa de un arma de hierro,
lo alcanzarán con un arco de bronce.
25La flecha le atravesará el cuerpo,
y la punta le saldrá por el hígado.
Se llenará de terror;
26total oscuridad lo envolverá.
Un fuego que no hará falta avivar
acabará con él y con toda su casa.
27El cielo pondrá al descubierto su pecado,
y la tierra se levantará para acusarlo.
28Cuando la ira de Dios se desborde sobre él,
se perderán todas sus riquezas.
29Esto es lo que Dios ha destinado para el malo;
esta es la suerte que le tiene preparada.

La Próxima Página

Esta lectura es de La Biblia, Versión Popular, Segunda Edición Derechos Registrados © Sociedades Bíblicas Unidas 1966, 1970, 1979, 1983

Toque aquí para regresar a la primera pagina de La Lectura Diaria de La Biblia.

Derechos Registrados 2013 BibleNetUSA. All rights reserved. Email vpo@dailybibleclub.com