Jesús anuncia que Pedro lo negará (Mt 26.31-35; Mc 14.27-31; Jn 13.36-38)
31Dijo también el Señor:
--Simón, Simón, mira que Satanás los ha pedido a ustedes para sacudirlos como si fueran trigo;
32pero yo he rogado por ti, para que no te falte la fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, ayuda a tus hermanos a permanecer firmes.
33Simón le dijo:
--Señor, estoy dispuesto a ir contigo a la cárcel, y hasta a morir contigo.
34Jesús le contestó:
--Pedro, te digo que hoy mismo, antes que cante el gallo, tres veces negarás que me conoces.
Se acerca la hora de la prueba
35Luego Jesús les preguntó:
--Cuando los mandé sin dinero ni provisiones ni sandalias, ¿acaso les faltó algo?
Ellos contestaron:
--Nada.
36Entonces les dijo:
--Ahora, en cambio, el que tenga dinero, que lo traiga, y también provisiones; y el que no tenga espada, que venda su abrigo y se compre una.
37Porque les digo que tiene que cumplirse en mí esto que dicen las Escrituras: 'Y fue contado entre los malvados.' Pues todo lo que está escrito de mí, tiene que cumplirse.
38Ellos dijeron:
--Señor, aquí hay dos espadas.
Y él contestó:
--Basta ya de hablar.
Jesús ora en Getsemaní (Mt 26.36-46; Mc 14.32-42)
39Luego Jesús salió y, según su costumbre, se fue al Monte de los Olivos; y los discípulos lo siguieron.
40Al llegar al lugar, les dijo:
--Oren, para que no caigan en tentación.
41Se alejó de ellos como a la distancia de un tiro de piedra, y se puso de rodillas para orar.
42Dijo: "Padre, si quieres, líbrame de este trago amargo; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya."
[43En esto se le apareció un ángel del cielo, para darle fuerzas.
44En medio de su gran sufrimiento, Jesús oraba aún más intensamente, y el sudor le caía a tierra como grandes gotas de sangre.]
45Cuando se levantó de la oración, fue a donde estaban los discípulos, y los encontró dormidos, vencidos por la tristeza.
46Les dijo:
--¿Por qué están durmiendo? Levántense y oren, para que no caigan en tentación.
Arrestan a Jesús (Mt 26.47-56; Mc 14.43-50; Jn 18.2-11)
47Todavía estaba hablando Jesús, cuando llegó mucha gente. El que se llamaba Judas, que era uno de los doce discípulos, iba a la cabeza. Este se acercó a besar a Jesús,
48pero Jesús le dijo:
--Judas, ¿con un beso traicionas al Hijo del hombre?
49Los que estaban con Jesús, al ver lo que pasaba, le preguntaron:
--Señor, ¿atacamos con espada?
50Y uno de ellos hirió al criado del sumo sacerdote, cortándole la oreja derecha.
51Jesús dijo:
--Déjenlos; ya basta.
Y le tocó la oreja al criado, y lo sanó.
52Luego dijo a los jefes de los sacerdotes, a los oficiales del templo y a los ancianos, que habían venido a llevárselo:
--¿Por qué han venido ustedes con espadas y con palos, como si yo fuera un bandido?
53Todos los días he estado con ustedes en el templo, y no trataron de arrestarme. Pero esta es la hora de ustedes, la hora del poder de las tinieblas.
Pedro niega conocer a Jesús (Mt 26.57-58,69-75; Mc 14.53-54,66-72; Jn 18.12-18,25-27)
54Arrestaron entonces a Jesús y lo llevaron a la casa del sumo sacerdote. Pedro lo seguía de lejos.
55Allí, en medio del patio, habían hecho fuego, y se sentaron alrededor; y Pedro se sentó también entre ellos.
56En esto, una sirvienta, al verlo sentado junto al fuego, se quedó mirándolo y dijo:
--También este estaba con él.
57Pero Pedro lo negó, diciendo:
--Mujer, yo no lo conozco.
58Poco después, otro lo vio y dijo:
--Tú también eres de ellos.
Pedro contestó:
--No, hombre, no lo soy.
59Como una hora después, otro insistió:
--Seguro que este estaba con él. Además es de Galilea.
60Pedro dijo:
--Hombre, no sé de qué hablas.
En ese mismo momento, mientras Pedro aún estaba hablando, cantó un gallo.
61Entonces el Señor se volvió y miró a Pedro, y Pedro se acordó de que el Señor le había dicho: "Hoy, antes que el gallo cante, me negarás tres veces."
62Y salió Pedro de allí y lloró amargamente.
Se burlan de Jesús (Mt 26.67-68; Mc 14.65)
63Los hombres que estaban vigilando a Jesús se burlaban de él y lo golpeaban.
64Le taparon los ojos, y le preguntaban:
--¡Adivina quién te pegó!
65Y lo insultaban diciéndole otras muchas cosas.
Jesús ante la Junta Suprema (Mt 26.59-66; Mc 14.55-64; Jn 18.19-24)
66Cuando se hizo de día, se reunieron los ancianos de los judíos, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley, y llevaron a Jesús ante la Junta Suprema. Allí le preguntaron:
67--Dinos, ¿eres tú el Mesías?
Él les contestó:
--Si les digo que sí, no me van a creer.
68Y si les hago preguntas, no me van a contestar.
69Pero desde ahora el Hijo del hombre estará sentado a la derecha del Dios todopoderoso.
70Luego todos le preguntaron:
--¿Así que tú eres el Hijo de Dios?
Jesús les contestó:
--Ustedes mismos han dicho que lo soy.
71Entonces ellos dijeron:
--¿Qué necesidad tenemos de más testigos? Nosotros mismos lo hemos oído de sus propios labios.
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