el veinticuatro de febrero - San Mateo 5.21-48, Éxodo 30-32 y Proverbios 14

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Jesús enseña sobre el enojo
(Lc 12.57-59)

San Mateo 5 21"Ustedes han oído que a sus antepasados se les dijo: 'No mates, pues el que mate será condenado.' 22Pero yo les digo que cualquiera que se enoje con su hermano, será condenado. Al que insulte a su hermano, lo juzgará la Junta Suprema; y el que injurie gravemente a su hermano, se hará merecedor del fuego del infierno.
23"Así que, si al llevar tu ofrenda al altar te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, 24deja tu ofrenda allí mismo delante del altar y ve primero a ponerte en paz con tu hermano. Entonces podrás volver al altar y presentar tu ofrenda.
25"Si alguien te lleva a juicio, ponte de acuerdo con él mientras todavía estés a tiempo, para que no te entregue al juez; porque si no, el juez te entregará a los guardias y te meterán en la cárcel. 26Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo.

Jesús enseña sobre el adulterio

27"Ustedes han oído que se dijo: 'No cometas adulterio.' 28Pero yo les digo que cualquiera que mira con deseo a una mujer, ya cometió adulterio con ella en su corazón.
29"Así pues, si tu ojo derecho te hace caer en pecado, sácatelo y échalo lejos de ti; es mejor que pierdas una sola parte de tu cuerpo, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. 30Y si tu mano derecha te hace caer en pecado, córtatela y échala lejos de ti; es mejor que pierdas una sola parte de tu cuerpo, y no que todo tu cuerpo vaya a parar al infierno.

Jesús enseña sobre el divorcio
(Mt 19.9; Mc 10.11-12; Lc 16.18)

31"También se dijo: 'Cualquiera que se divorcia de su esposa, debe darle un certificado de divorcio.' 32Pero yo les digo que si un hombre se divorcia de su esposa, a no ser en el caso de una unión ilegal, la pone en peligro de cometer adulterio. Y el que se casa con una divorciada, comete adulterio.

Jesús enseña sobre el los juramentos

33"También han oído ustedes que se dijo a los antepasados: 'No dejes de cumplir lo que hayas ofrecido al Señor bajo juramento.' 34Pero yo les digo: simplemente, no juren. No juren por el cielo, porque es el trono de Dios; 35ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. 36Ni juren ustedes tampoco por su propia cabeza, porque no pueden hacer blanco o negro ni un solo cabello. 37Baste con decir claramente 'si' o 'no'. Pues lo que se aparta de esto, es malo.

Jesús enseña sobre la venganza
(Lc 6.29-30)

38"Ustedes han oído que se dijo: 'Ojo por ojo y diente por diente.' 39Pero yo les digo: No resistas al que te haga algún mal; al contrario, si alguien te pega en la mejilla derecha, ofrécele también la otra. 40Si alguien te demanda y te quiere quitar la camisa, déjale que se lleve también tu capa. 41Si te obligan a llevar carga una milla, llévala dos. 42A cualquiera que te pida algo, dáselo; y no le vuelvas la espalda al que te pida prestado.

El amor a los enemigos
(Lc 6.27-28,32-36)

43"También han oído que se dijo: 'Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo.' 44Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, y oren por quienes los persiguen. 45Así ustedes serán hijos de su Padre que está en el cielo; pues él hace que su sol salga sobre malos y buenos, y manda la lluvia sobre justos e injustos. 46Porque si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué premio recibirán? Hasta los que cobran impuestos para Roma se portan así. 47Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? Hasta los paganos se portan así. 48Sean ustedes perfectos, como su Padre que está en el cielo es perfecto.


El altar del incienso
(Ex 37.25-28)

Éxodo 30 1"Haz también un altar de madera de acacia, para quemar incienso. 2Tiene que ser cuadrado, de cuarenta y cinco centímetros de largo por cuarenta y cinco centímetros de ancho, y de noventa centímetros de altura, y los cuernos del altar deben formar una sola pieza con el altar mismo. 3Recubre de oro puro su parte superior, sus cuatro lados y sus cuernos, y ponle un ribete de oro alrededor. 4Ponle también unas argollas de oro debajo del ribete, dos en las esquinas de un lado y dos en las esquinas del otro, para pasar por ellas los travesaños con que va a ser transportado. 5Haz los travesaños de madera de acacia, y recúbrelos de oro. 6Pon luego el altar ante el velo que está junto al arca de la alianza, ante la tapa que lo cubre, donde yo me encontraré contigo. 7Todas las mañanas, a la hora de preparar las lámparas, Aarón quemará incienso aromático sobre este altar, 8y lo quemará también al atardecer, a la hora de encender las lámparas. Esto se hará en la presencia del Señor siempre, a través de los siglos. 9No ofrezcas sobre este altar ningún otro incienso, ni holocaustos, ni ofrendas de cereales, ni tampoco ofrendas de vino derramado. 10Este altar estará completamente consagrado al Señor, y una vez al año ofrecerá Aarón sobre los cuernos del altar la sangre del sacrificio para obtener el perdón de los pecados. Una vez al año, todos los años, sobre este altar se ofrecerá el sacrificio para obtener el perdón de los pecados."

El rescate por la vida

11El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
12"Cuando hagas un censo de los israelitas, cada uno de ellos deberá dar una contribución al Señor como rescate por su vida, a fin de que no haya ninguna plaga mortal con motivo del censo. 13Todo el que sea registrado dará como contribución al Señor cinco gramos de plata, que es la mitad del peso oficial del santuario. 14Todos los registrados de veinte años para arriba darán esta contribución al Señor, 15y al dar cada uno al Señor el rescate por su vida, ni el rico dará más de cinco gramos de plata, ni el pobre menos de cinco. 16Así que recogerás la plata que los israelitas den como rescate por su vida, y la entregarás para el culto de la tienda del encuentro. Eso hará que el Señor se acuerde de los israelitas, y de que dieron el rescate por su vida."

La palangana de bronce
(Ex 38.8)

17El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
18"Haz una palangana de bronce, con su base del mismo metal, que sirva para lavarse; ponla entre la tienda del encuentro y el altar, y llénala de agua. 19Aarón y sus hijos sacarán agua de allí para lavarse las manos y los pies. 20Y se los lavarán cuando entren en la tienda del encuentro, y cuando se acerquen al altar para oficiar y presentar al Señor la ofrenda quemada. Así no morirán. 21Para que no mueran, deberán lavarse las manos y los pies. Esta será una ley permanente a través de los siglos para Aarón y sus descendientes."

El aceite de consagrar
(Ex 37.29)

22El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
23"Escoge tú mismo las mejores plantas aromáticas: unos seis kilos de la mejor mirra, unos tres kilos de canela y unos tres kilos de caña aromática; 24unos seis kilos de casia --pesados según el peso oficial del santuario-- y tres litros y medio de aceite de oliva. 25Haz con todo esto el aceite santo de consagrar, de la misma manera que un perfumero prepara sus perfumes. Este será el aceite santo de consagrar, 26y deberás derramarlo sobre la tienda del encuentro, el arca de la alianza, 27la mesa con todos sus utensilios, el candelabro con sus utensilios, el altar del incienso, 28el altar de los holocaustos con todos sus utensilios, y la palangana con su base. 29Así los consagrarás y serán cosas santísimas; cualquier cosa que las toque, quedará consagrada.
30"Derrama también de ese aceite sobre Aarón y sus hijos, para consagrarlos como mis sacerdotes, 31y di a los israelitas lo siguiente: 'A través de los siglos, este será mi aceite santo de consagrar. 32No lo derramen sobre cualquier hombre común, ni preparen otro aceite igual a este. Es un aceite santo, y como cosa santa deben tratarlo. 33Si alguien prepara un aceite igual a este, o lo derrama sobre cualquier extraño, será eliminado de entre su gente.'  "

El incienso
(Ex 37.29)

34El Señor le dijo a Moisés:
"Toma una misma cantidad de las siguientes especias: resina, uña aromática, incienso puro y gálbano aromático, 35y prepara con ellas un incienso puro y santo, mezclándolo todo bien, como un perfumero al hacer sus perfumes. 36Muele muy fina una parte, y ponla ante el arca de la alianza, en la tienda del encuentro, o sea donde yo me encontraré contigo. Este incienso será de lo más sagrado para ustedes, 37y no deben preparar para su propio uso otro incienso igual a este que has preparado. Es del Señor, y para ti será una cosa sagrada. 38El que prepare un incienso igual para disfrutar de su aroma, será eliminado de entre su gente."

Los artesanos para el santuario
(Ex 35.30; 36.1)

Éxodo 31 1El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2"Mira, de la tribu de Judá he escogido a Besalel, hijo de Urí y nieto de Hur, 3y lo he llenado del espíritu de Dios, y de sabiduría, entendimiento, conocimientos y capacidad creativa, 4para hacer diseños y trabajos en oro, plata y bronce, 5para tallar y montar piedras preciosas, para tallar madera y para hacer cualquier trabajo artístico. 6Le he puesto como ayudante a Oholiab, hijo de Ahisamac, que es de la tribu de Dan. Y a todos los sabios les he dado más sabiduría, a fin de que hagan todo lo que te he ordenado: 7la tienda del encuentro, el arca de la alianza, la tapa que va sobre el arca, todos los utensilios de la tienda, 8la mesa con sus utensilios, el candelabro de oro puro con sus utensilios, el altar del incienso, 9el altar de los holocaustos con sus utensilios, la palangana con su base, 10la ropa tejida, es decir, la ropa especial del sacerdote Aarón y la ropa de sus hijos para cuando oficien como sacerdotes, 11el aceite de consagrar y el incienso aromático para el santuario. Ellos deben hacerlo todo tal como te lo he ordenado."

El sábado
(Ex 35.1-3)

12El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
13"Habla tú mismo con los israelitas y diles lo siguiente: 'Deben respetar mis sábados, porque esa es la señal entre ustedes y yo a través de los siglos, para que se sepa que yo, el Señor, los he escogido a ustedes. 14El sábado será sagrado para ustedes, y deberán respetarlo. El que no respete ese día, será condenado a muerte. Además, la persona que trabaje en ese día será eliminada de entre su gente. 15Se podrá trabajar durante seis días, pero el día séptimo será día de reposo consagrado al Señor. Cualquiera que trabaje en el sábado, será condenado a muerte.' 16Así que los israelitas han de respetar la práctica de reposar en el sábado como una alianza eterna a través de los siglos. 17Será una señal permanente entre los israelitas y yo."
Porque el Señor hizo el cielo y la tierra en seis días, y el día séptimo dejó de trabajar y descansó.

El becerro de oro
(Dt 9.6-29)

18Cuando el Señor dejó de hablar con Moisés en el monte Sinaí, le entregó dos tablas de piedra con la ley escrita por el dedo mismo de Dios.
Éxodo 32 1Al ver los israelitas que Moisés tardaba en bajar del monte, se juntaron alrededor de Aarón y le dijeron:
--Anda, haznos dioses que nos guíen, porque no sabemos qué le ha pasado a este Moisés que nos sacó de Egipto.
2Y Aarón les contestó:
--Quítenles a sus mujeres, hijos e hijas, los aretes de oro que llevan en las orejas, y tráiganmelos aquí.
3Todos se quitaron los aretes de oro que llevaban en las orejas, y se los llevaron a Aarón, 4quien los recibió, y fundió el oro, y con un cincel lo trabajó hasta darle la forma de un becerro. Entonces todos dijeron:
--¡Israel, este es tu dios, que te sacó de Egipto!
5Cuando Aarón vio esto, construyó un altar ante el becerro, y luego gritó:
--¡Mañana haremos fiesta en honor del Señor!
6Al día siguiente por la mañana se levantaron y ofrecieron holocaustos y sacrificios de reconciliación. Después el pueblo se sentó a comer y beber, y luego se levantaron a divertirse. 7Entonces el Señor le dijo a Moisés:
--Anda, baja, porque tu pueblo, el que sacaste de Egipto, se ha echado a perder. 8Muy pronto se han apartado del camino que yo les ordené seguir. Se han hecho un becerro de oro fundido, y lo están adorando y presentándole ofrendas; y dicen: '¡Israel, este es tu dios, que te sacó de Egipto!'
9Además, el Señor le dijo a Moisés:
--Me he fijado en esta gente, y me he dado cuenta de que son muy tercos. 10¡Ahora déjame en paz, que estoy ardiendo de enojo y voy a acabar con ellos! Pero de ti voy a hacer una gran nación.
11Moisés, sin embargo, trató de calmar al Señor su Dios con estas palabras:
--Señor, ¿por qué vas a arder de enojo contra tu pueblo, el que tú mismo sacaste de Egipto con gran despliegue de poder? 12¿Cómo vas a dejar que digan los egipcios: 'Dios los sacó con la mala intención de matarlos en las montañas, para borrarlos de la superficie de la tierra'? Deja ya de arder de enojo; renuncia a la idea de hacer daño a tu pueblo. 13Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo y les dijiste: 'Haré que los descendientes de ustedes sean tan numerosos como las estrellas del cielo, y toda esta tierra que les he prometido a ustedes se la daré como su herencia para siempre.'
14El Señor renunció a la idea que había expresado de hacer daño a su pueblo. 15Entonces Moisés se dispuso a bajar del monte, trayendo en sus manos las dos tablas de la ley, las cuales estaban escritas por los dos lados. 16Dios mismo había hecho las tablas, y Dios mismo había grabado lo que estaba escrito en ellas.
17Cuando Josué escuchó los gritos de la gente, le dijo a Moisés:
--Se oyen gritos de guerra en el campamento.
18Pero Moisés contestó:
--No son cantos alegres de victoria, ni son cantos tristes de derrota; son otros cantos los que escucho.
19En cuanto Moisés se acercó al campamento y vio el becerro y los bailes, ardió de enojo y arrojó de sus manos las tablas, haciéndolas pedazos al pie del monte; 20en seguida agarró el becerro y lo arrojó al fuego, luego lo molió hasta hacerlo polvo, y el polvo lo roció sobre el agua; entonces hizo que los israelitas bebieran de aquella agua. 21Y le dijo a Aarón:
--¿Qué te hizo este pueblo, que le has hecho cometer un pecado tan grande?
22Y Aarón contestó:
--Señor mío, no te enojes conmigo. Tú bien sabes que a esta gente le gusta hacer lo malo. 23Ellos me dijeron: 'Haznos un dios que nos guíe, porque no sabemos qué pudo haberle pasado a este Moisés que nos sacó de Egipto.' 24Yo les contesté: 'El que tenga oro, que lo aparte.' Ellos me dieron el oro, yo lo eché en el fuego, ¡y salió este becerro!
25Moisés se fijó en que el pueblo estaba desenfrenado y expuesto a las burlas de sus enemigos, pues Aarón no lo había controlado, 26así que se puso de pie a la entrada del campamento y dijo:
--Los que estén de parte del Señor, júntense conmigo.
Y todos los levitas se le unieron. 27Entonces Moisés les dijo:
--Así dice el Señor, el Dios de Israel: 'Tome cada uno de ustedes la espada, regresen al campamento, y vayan de puerta en puerta, matando cada uno de ustedes a su hermano, amigo o vecino.'
28Los levitas cumplieron las órdenes de Moisés, y ese día murieron como tres mil hombres. 29Entonces Moisés dijo:
--Hoy reciben ustedes plena autoridad ante el Señor, por haberse opuesto unos a su hijo y otros a su hermano. Así que hoy el Señor los bendice.
30Al día siguiente, Moisés dijo a la gente:
--Ustedes han cometido un gran pecado. Ahora voy a tener que subir a donde está el Señor, a ver si consigo que los perdone.
31Y así Moisés volvió a donde estaba el Señor, y le dijo:
--Realmente el pueblo cometió un gran pecado al hacerse un dios de oro. 32Yo te ruego que los perdones; pero si no los perdonas, ¡borra mi nombre del libro que has escrito!
33Pero el Señor le contestó:
--Solo borraré de mi libro al que peque contra mí. 34Así que, anda, lleva al pueblo al lugar que te dije. Mi ángel te guiará. Y cuando llegue el día del castigo, yo los castigaré por su pecado.
35Y el Señor envió una plaga sobre el pueblo por haber adorado al becerro que Aarón les hizo.


Proverbios 14 1La mujer sabia construye su casa;
la necia, con sus propias manos la destruye.

2El de recta conducta honra al Señor;
el de conducta torcida lo desprecia.

3De la boca del necio brota el orgullo;
de los labios del sabio, su protección.

4Cuando no hay bueyes, el trigo falta;
con la fuerza del buey, la cosecha aumenta.

5El testigo verdadero no miente;
el testigo falso dice mentiras.

6El insolente busca sabiduría y no la encuentra;
para el inteligente, el saber es cosa fácil.

7Aléjate del necio,
pues de sus labios no obtendrás conocimiento.

8La sabiduría hace al sabio entender su conducta,
pero al necio lo engaña su propia necedad.

9Los necios se burlan de sus culpas,
pero entre los hombres honrados hay buena voluntad.

10El corazón conoce sus propias amarguras,
y no comparte sus alegrías con ningún extraño.

11La casa de los malvados será destruida;
la de los hombres honrados prosperará.

12Hay caminos que parecen derechos,
pero al final de ellos está la muerte

13Hasta de reirse duele el corazón,
y al final la alegría acaba en llanto.

14El necio está satisfecho de su conducta;
el hombre bueno lo está de sus acciones.

15El imprudente cree todo lo que le dicen;
el prudente se fija por dónde anda.

16El sabio teme al mal y se aparta de él,
pero al necio nada parece importarle.

17El que es impulsivo actúa sin pensar;
el que es reflexivo mantiene la calma.

18Los imprudentes son herederos de la necedad;
los prudentes se rodean de conocimientos.

19Los malvados se inclinarán ante los buenos;
los malos suplicarán a las puertas de los justos.

20Al pobre, hasta sus propios amigos lo odian;
al rico le sobran amigos.

21El que desprecia a su amigo comete un pecado,
pero ¡feliz aquel que se compadece del pobre!

22Los que buscan hacer lo malo, pierden el camino;
los que buscan hacer lo bueno son objeto de amor y lealtad.

23De todo esfuerzo se saca provecho;
del mucho hablar, solo miseria.

24La corona del sabio es su inteligencia;
la de los necios, su necedad.

25El testigo verdadero salva a otros la vida;
el testigo falso es causa de muerte.

26El honrar al Señor es una firme esperanza
que da seguridad a los hijos.

27El honrar al Señor es fuente de vida
que libra de los lazos de la muerte.

28Gobernar a muchos es una honra para el rey;
gobernar a pocos es su ruina.

29Ser paciente es muestra de mucha inteligencia;
ser impaciente es muestra de gran estupidez.

30La mente tranquila es vida para el cuerpo,
pero la envidia corroe hasta los huesos.

31Ofende a su Creador quien oprime al pobre,
pero lo honra quien le tiene compasión.

32Al malvado lo arruina su propia maldad;
al hombre honrado lo protege su honradez.

33La sabiduría habita en mentes que razonan,
pero entre los necios es desconocida.

34La justicia es el orgullo de una nación;
el pecado es su vergüenza.

35El siervo capaz se gana el favor del rey,
pero el incapaz se gana su enojo.

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