el veintitrés de febrero - San Mateo 5.1-20, Éxodo 28-29 y Proverbios 13

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Sermón del monte

San Mateo 5 1Al ver la multitud, Jesús subió al monte y se sentó. Sus discípulos se le acercaron, 2y él tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:

Lo que realmente cuenta ante Dios
(Lc 6.20-23)


3"Dichosos los que tienen espíritu de pobres,
porque de ellos es el reino de los cielos.
4"Dichosos los que sufren,
porque serán consolados.
5"Dichosos los humildes,
porque heredarán la tierra prometida.
6"Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia,
porque serán satisfechos.
7"Dichosos los compasivos,
porque Dios tendrá compasión de ellos.
8"Dichosos los de corazón limpio,
porque verán a Dios.
9"Dichosos los que trabajan por la paz,
porque Dios los llamará hijos suyos.
10"Dichosos los perseguidos por hacer lo que es justo,
porque de ellos es el reino de los cielos.
11"Dichosos ustedes, cuando la gente los insulte y los maltrate, y cuando por causa mía los ataquen con toda clase de mentiras. 12Alégrense, estén contentos, porque van a recibir un gran premio en el cielo; pues así también persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes.

Sal y luz del mundo
(Mc 9.50; Lc 14.34-35)

13"Ustedes son la sal de este mundo. Pero si la sal deja de estar salada, ¿cómo podrá recobrar su sabor? Ya no sirve para nada, así que se la tira a la calle y la gente la pisotea.
14"Ustedes son la luz de este mundo. Una ciudad en lo alto de un cerro no puede esconderse. 15Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un cajón; antes bien, se la pone en alto para que alumbre a todos los que están en la casa. 16Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo.

Jesús enseña sobre la ley

17"No crean ustedes que yo he venido a suprimir la ley o los profetas; no he venido a ponerles fin, sino a darles su pleno valor. 18Pues les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, no se le quitará a la ley ni un punto ni una letra, hasta que todo llegue a su cumplimiento. 19Por eso, el que no obedece uno de los mandatos de la ley, aunque sea el más pequeño, ni enseña a la gente a obedecerlo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos. Pero el que los obedece y enseña a otros a hacer lo mismo, será considerado grande en el reino de los cielos.

Jesús enseña una justicia superior

20"Porque les digo a ustedes que, si no superan a los maestros de la ley y a los fariseos en hacer lo que es justo ante Dios, nunca entrarán en el reino de los cielos.


Las ropas de los sacerdotes
(Ex 39.1-31)

Éxodo 28 1"De entre los israelitas, mantén cerca de ti a tu hermano Aarón y a sus hijos Nadab, Abihú, Eleazar e Itamar, para que sean mis sacerdotes. 2Haz para tu hermano Aarón ropas especiales, que le den esplendor y belleza. 3Habla tú con todos los que tengan mayores aptitudes, con aquellos a quienes he llenado de cualidades artísticas, para que hagan las ropas de Aarón y así él sea consagrado como mi sacerdote. 4Las ropas que han de hacer son estas: el pectoral, el efod, la capa, la túnica bordada, el turbante de lino y el cinturón. Así que harán ropas especiales para tu hermano Aarón y para sus hijos, para que oficien como sacerdotes míos. 5Los que hagan las ropas deberán usar oro, tela morada, tela de púrpura, tela roja y lino torcido.
6"El efod ha de ser de oro, tela morada, tela de púrpura, tela roja y lino torcido, bordado artísticamente 7y con dos tirantes unidos a sus dos extremos. 8El cinturón que va sobre el efod para sujetarlo, formará una sola pieza con él, y será también de oro, tela morada, tela de púrpura, tela roja y lino torcido.
9"Toma luego dos piedras de cornalina, y graba en ellas los nombres de los hijos de Israel, 10en el orden en que nacieron; seis nombres en una piedra y seis nombres en la otra. 11El grabado de los nombres en las piedras lo hará un joyero, a la manera del grabado de un sello. Monta luego las dos piedras en monturas de oro, 12y ponlas sobre los tirantes del efod, como piedras para recordar a los hijos de Israel. Así Aarón llevará sobre sus hombros los nombres de ellos ante el Señor, para recordarlos. 13Las monturas hazlas de oro; 14haz luego una cadena con dos cordones de oro puro, y ponla alrededor de las monturas.
15"El pectoral, con los instrumentos del juicio, lo harás de la misma manera que el efod, es decir, bordado artísticamente. Hazlo de oro, tela morada, tela de púrpura, tela roja y lino torcido, 16doble y cuadrado, de veintidós centímetros por cada lado. 17Cúbrelo de piedras preciosas distribuidas en cuatro hileras. La primera hilera debe tener un rubí, un crisólito y una esmeralda; 18la segunda, un granate, un zafiro y un jade; 19la tercera, un jacinto, una ágata y una amatista; 20y la cuarta, un topacio, una cornalina y un jaspe. Las piedras deben estar montadas en monturas de oro, 21y tienen que ser doce, pues doce son los nombres de los hijos de Israel. En cada piedra se grabará, en forma de sello, el nombre de una de las doce tribus.
22"Haz para el pectoral unas cadenas de oro puro, torcidas como cordones. 23Haz también dos argollas de oro, y ponlas en los dos extremos del pectoral; 24pon luego las dos cadenas de oro en las dos argollas que están en los dos extremos superiores del pectoral, 25y pon las dos puntas de las dos cadenas sobre las dos monturas, asegurándolas sobre los tirantes del efod por su parte delantera. 26Haz otras dos argollas de oro, y ponlas en los dos extremos inferiores del pectoral, sobre la orilla interior que queda junto al efod. 27Haz dos argollas más de oro, y ponlas en la parte delantera de los tirantes del efod, pero por debajo, junto a las costuras y un poco arriba del cinturón del efod. 28Entonces se unirán las argollas del pectoral a las argollas del efod con un cordón morado, para que el pectoral quede arriba del cinturón del efod y no se separe del mismo. 29Y así, cuando Aarón entre en el santuario llevando puesto el pectoral con los instrumentos del juicio, llevará también sobre su pecho los nombres de los hijos de Israel ante la presencia del Señor, para que él los recuerde siempre. 30Pon en el pectoral el Urim y el Tumim, que son los instrumentos del juicio, para que Aarón los lleve sobre su pecho cuando se presente ante el Señor. Así Aarón llevará siempre, sobre su pecho, los instrumentos del juicio ante el Señor.
31"Haz de tela morada toda la capa del efod, 32con una abertura en el centro para la cabeza. En la orilla de la abertura debe hacérsele un dobladillo, como el que tienen los chalecos de cuero, para que no se rompa. 33Adorna el borde de la capa con granadas de tela morada, tela de púrpura y tela roja, combinadas con campanitas de oro alrededor de todo el borde; 34es decir, que irá una campanita de oro y luego una granada, otra campanita de oro y otra granada, y así por todo el borde de la capa. 35Aarón debe llevar puesta la capa cuando oficie como sacerdote, para que cuando entre en el santuario ante el Señor, o cuando salga, se oiga el sonido de las campanas y así él no muera.
36"Haz una placa de oro puro, y graba en ella, como si fuera un sello, las palabras 'Consagrado al Señor'. 37Pon la placa en el turbante, por la parte delantera, atada con un cordón morado para que quede fija. 38Así estará siempre sobre la frente de Aarón, y Aarón cargará con las faltas que cometan los israelitas en las cosas santas y cuando consagren sus ofrendas; pero la placa hará que el Señor acepte las ofrendas.
39"Haz la túnica bordada y de lino, y haz también de lino el turbante. El cinturón ha de ser bordado artísticamente. 40A los hijos de Aarón hazles túnicas, cinturones y turbantes que les den esplendor y belleza.
41"Así deberás vestir a tu hermano Aarón y a sus hijos, y luego derramarás aceite sobre su cabeza para darles plena autoridad y consagrarlos como sacerdotes míos. 42Hazles también calzoncillos de lino que les cubran de la cintura a los muslos, 43y que Aarón y sus hijos los lleven puestos cuando entren en la tienda del encuentro, o cuando se acerquen al altar, mientras oficien como sacerdotes en el santuario, para que no cometan ninguna falta y mueran. Esta es una ley permanente para él y sus descendientes.

Consagración de los sacerdotes
(Lv 8.1-36)

Éxodo 29 1"Para consagrarlos como mis sacerdotes, esto es lo que debes hacer con ellos: toma un becerro y dos carneros que no tengan ningún defecto; 2con la mejor harina de trigo, haz panes y tortas sin levadura, amasadas con aceite, y hojuelas sin levadura rociadas con aceite, 3y ponlos en un canastillo para llevarlos al santuario, junto con el becerro y los dos carneros. 4Luego lleva a Aarón y a sus hijos a la entrada de la tienda del encuentro, y haz que se bañen; 5toma después las ropas sacerdotales, y viste a Aarón con la túnica y la capa del efod, y con el efod mismo y el pectoral. Ajústale el cinturón del efod; 6ponle el turbante en la cabeza y, sobre el turbante, la placa que lo consagra como sacerdote. 7Toma entonces el aceite de consagrar, y consagra a Aarón como sacerdote, derramando el aceite sobre su cabeza. 8Haz también que se acerquen sus hijos, y vístelos con las túnicas. 9Tanto a Aarón como a ellos les ajustarás el cinturón y les acomodarás el turbante. De esta manera les darás plena autoridad, y su sacerdocio será una ley permanente.
10"Después lleva el becerro hasta la tienda del encuentro, para que Aarón y sus hijos pongan las manos sobre la cabeza del animal, 11y allí, ante el Señor, a la entrada de la tienda del encuentro, mata al becerro. 12Toma entonces con el dedo un poco de su sangre y úntala en los cuernos del altar, y derrama al pie del altar toda la sangre que quede. 13A los intestinos, hígado y riñones, quítales la grasa de que están cubiertos, y quémalos en el altar; 14pero la carne, la piel y el estiércol del becerro, quémalos en las afueras del campamento, pues es un sacrificio por el pecado.
15"Toma uno de los dos carneros, y que Aarón y sus hijos le pongan las manos sobre la cabeza. 16Después mátalo, y rocía con su sangre los costados del altar; 17luego córtalo en pedazos, lava sus intestinos y sus patas, y ponlas junto con los pedazos y la cabeza. 18Entonces ofrece el carnero sobre el altar como holocausto en honor del Señor, como ofrenda quemada de olor agradable.
19"Toma entonces el otro carnero, y que Aarón y sus hijos le pongan las manos sobre la cabeza. 20Mata el carnero, toma un poco de su sangre y pónsela a Aarón y a sus hijos en la parte inferior de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho. Luego rocía con el resto de la sangre del carnero los costados del altar. 21Y de la sangre que quede sobre el altar, y del aceite para consagrar, toma un poco y rocíalos sobre Aarón y sobre su ropa, y sobre sus hijos y la ropa de ellos. Así quedarán consagrados Aarón y sus hijos, lo mismo que sus ropas.
22"Después toma la grasa que el carnero tiene en la cola y sobre los intestinos y en el hígado, y toma también sus dos riñones y la grasa que los cubre, y su muslo derecho, porque es un carnero para la consagración de sacerdotes. 23De los panes sin levadura que están en un canastillo ante el Señor, toma un pan redondo, un pan amasado con aceite y una hojuela; 24pon todo esto en las manos de Aarón y de sus hijos, y celebra el rito de presentación ante el Señor. 25Luego retira esto de sus manos y quémalo en el altar, junto con el holocausto de aroma agradable al Señor. Es una ofrenda quemada en honor del Señor.
26"Para la consagración de Aarón, toma también el pecho del carnero y celebra el rito de presentación ante el Señor. A ti te tocará esa parte. 27Aparta el pecho presentado como ofrenda especial en ese rito, y el muslo que se ofrece como contribución, pues son las partes que del carnero de la consagración se reservan para Aarón y sus hijos. 28Eso será para Aarón y sus hijos. Es una ley permanente para los israelitas: esta ofrenda será una contribución hecha por los israelitas como sacrificio de reconciliación al Señor.
29"La ropa sagrada de Aarón la heredarán sus descendientes cuando sean consagrados y reciban plena autoridad como sacerdotes. 30Y el sacerdote descendiente de Aarón que ocupe su lugar y que entre en la tienda del encuentro para oficiar en el santuario, deberá llevar puesta esa ropa durante siete días.
31"Toma después el carnero de la consagración, y cuece su carne en un lugar sagrado. 32Aarón y sus descendientes comerán la carne del carnero y el pan del canastillo, a la entrada de la tienda del encuentro. 33Los comerán porque fueron ofrecidos para obtener el perdón de sus pecados, cuando fueron consagrados y recibieron plena autoridad como sacerdotes. Pero ningún extraño deberá comer de estas cosas, porque son sagradas. 34Y si para el día siguiente queda algo del pan y de la carne de la consagración, quema lo que haya quedado, y que nadie lo coma, porque es sagrado.
35"Haz todo esto con Aarón y sus hijos, de acuerdo con todas mis instrucciones. Dedica siete días a investirlos de autoridad, 36y ofrece cada día un becerro como sacrificio para obtener el perdón de los pecados; purifica el altar, ofreciendo sobre él un sacrificio por el pecado, y derrama aceite sobre él, para consagrarlo. 37Durante siete días ofrecerás sobre el altar sacrificios por el pecado; así lo consagrarás a Dios, y será un altar santísimo: cualquier cosa que toque el altar quedará consagrada.

Las ofrendas diarias
(Nm 28.1-8)

38"Diariamente y sin falta debes ofrecer sobre el altar dos corderos de un año. 39Uno de ellos lo ofrecerás por la mañana, y el otro lo ofrecerás al atardecer. 40Con el primer cordero ofrecerás unos dos kilos de la mejor harina, mezclada con un litro de aceite de oliva, y derramarás como ofrenda un litro de vino. 41Lo mismo harás al atardecer con el otro cordero y con las ofrendas de harina y de vino, ofrendas quemadas de aroma agradable al Señor. 42Estas ofrendas quemadas en mi honor son las que de padres a hijos se ofrecerán siempre en mi presencia, a la entrada de la tienda del encuentro, que es donde me encontraré contigo para hablarte. 43Allí me encontraré con los israelitas, y el lugar quedará consagrado por mi presencia. 44Consagraré la tienda del encuentro y el altar, y consagraré también a Aarón y a sus hijos como sacerdotes míos. 45Yo viviré entre los israelitas, y seré su Dios. 46Así sabrán que yo soy el Señor su Dios, el que los sacó de Egipto para vivir entre ellos. Yo soy el Señor su Dios.


Proverbios 13 1El hijo sabio acepta la corrección del padre;
el insolente no hace caso de reprensiones.

2Cada uno recoge el fruto de lo que dice,
pero los traidores tienen hambre de violencia.

3Cuidar las palabras es cuidarse uno mismo;
el que habla mucho se arruina solo.

4El perezoso desea y no consigue;
el que trabaja, prospera.

5El hombre justo odia la mentira;
el malvado es motivo de vergüenza y deshonra.

6La rectitud protege al hombre intachable;
la maldad destruye al pecador.

7Hay quienes no tienen nada y presumen de ricos,
y hay quienes todo lo tienen y aparentan ser pobres.

8La riqueza del rico le salva la vida;
el pobre jamás escucha amenazas.

9Los justos son como una luz brillante;
los malvados, como lámpara que se apaga.

10El orgullo solo provoca peleas;
la sabiduría está con los humildes.

11La riqueza ilusoria, disminuye;
el que la junta poco a poco, la aumenta.

12Esperanza frustrada, corazón afligido,
pero el deseo cumplido es como un árbol de vida.

13El que desatiende una orden, lo lamentará;
el que respeta el mandato será recompensado.

14La enseñanza del sabio es fuente de vida
y libra de los lazos de la muerte.

15El buen juicio se gana el aprecio,
pero los traidores marchan a su ruina.

16El que es prudente actúa con inteligencia,
pero el necio hace gala de su necedad.

17El mensajero malvado acarrea problemas,
pero el mensajero fiel los alivia.

18Pobreza y deshonra tendrá quien desprecia el consejo;
grandes honores, quien atiende la corrección.

19El deseo cumplido es causa de alegría.
Los necios no soportan alejarse del mal.

20Júntate con sabios y obtendrás sabiduría;
júntate con necios y te echarás a perder.

21Los pecadores son perseguidos por el mal;
los justos, recompensados con el bien.

22El hombre bueno deja herencia a sus nietos;
el pecador amasa fortunas que serán del justo.

23En el campo del pobre hay comida abundante,
pero mucho se pierde donde no hay justicia.

24Quien no corrige a su hijo, no lo quiere;
el que lo ama, lo corrige.

25El justo come hasta estar satisfecho,
pero el malvado se queda con hambre.

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