el ocho de febrero - Hebreos 4.14-6.12, Génesis 49-50 y Salmo 39

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Jesús, sacerdote compasivo

Hebreos 4 14Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro gran Sumo Sacerdote que ha entrado en el cielo. Por eso debemos seguir firmes en la fe que profesamos. 15Pues nuestro Sumo Sacerdote puede compadecerse de nuestra debilidad, porque él también estuvo sometido a las mismas pruebas que nosotros; solo que él jamás pecó. 16Acerquémonos, pues, con confianza al trono de nuestro Dios amoroso, para que él tenga misericordia de nosotros y en su bondad nos ayude en la hora de necesidad.
Hebreos 5 1Todo sumo sacerdote es escogido de entre los hombres, nombrado para representarlos delante de Dios y para hacer ofrendas y sacrificios por los pecados. 2Y como el sacerdote está sujeto a las debilidades humanas, puede tener compasión de los ignorantes y los extraviados; 3y a causa de su propia debilidad, tiene que ofrecer sacrificios por sus pecados tanto como por los pecados del pueblo. 4Nadie puede tomar este honor para sí mismo, sino que es Dios quien lo llama y le da el honor, como en el caso de Aarón. 5De la misma manera, Cristo no se nombró Sumo Sacerdote a sí mismo, sino que Dios le dio ese honor, pues él fue quien le dijo:
"Tú eres mi hijo;
yo te he engendrado hoy."
6Y también le dijo en otra parte de las Escrituras:
"Tú eres sacerdote para siempre,
de la misma clase que Melquisedec."
7Mientras Cristo estuvo viviendo aquí en el mundo, con voz fuerte y muchas lágrimas oró y suplicó a Dios, que tenía poder para librarlo de la muerte; y por su obediencia, Dios lo escuchó. 8Así que Cristo, a pesar de ser Hijo, sufriendo aprendió lo que es la obediencia; 9y al perfeccionarse de esa manera, llegó a ser fuente de salvación eterna para todos los que lo obedecen, 10y Dios lo nombró Sumo Sacerdote de la misma clase que Melquisedec.

Exhortación a progresar en la fe

11Tenemos mucho que decir sobre este asunto, pero es difícil explicarlo, porque ustedes son lentos para entender. 12Al cabo de tanto tiempo, ustedes ya deberían ser maestros; en cambio, necesitan que se les expliquen de nuevo las cosas más sencillas de las enseñanzas de Dios. Han vuelto a ser tan débiles que, en vez de comida sólida, tienen que tomar leche. 13Y los que se alimentan de leche son como niños de pecho, incapaces de juzgar rectamente. 14La comida sólida es para los adultos, para los que ya saben juzgar, porque están acostumbrados a distinguir entre lo bueno y lo malo.
Hebreos 6 1Así que sigamos adelante hasta llegar a ser adultos, dejando a un lado las primeras enseñanzas acerca de Cristo. No volvamos otra vez a las cosas básicas, como la conversión y el abandono de las obras que llevan a la muerte, o como la fe en Dios, 2las enseñanzas sobre el bautismo, el imponer las manos a los creyentes, la resurrección de los muertos y el juicio eterno. 3Es lo que haremos, si Dios lo permite.
4Porque a los que una vez recibieron la luz, y saborearon el don de Dios, y tuvieron parte en el Espíritu Santo, 5y saborearon el buen mensaje de Dios y el poder del mundo venidero, 6si caen de nuevo, ya no se les puede hacer volver a Dios, porque ellos mismos están crucificando otra vez al Hijo de Dios y exponiéndolo a la burla de todos. 7Son como la tierra que bebe la lluvia que cae en abundancia sobre ella: si da una cosecha útil a los que la trabajan, recibe la bendición de Dios; 8pero si da espinos y cardos, no vale nada; cae bajo la maldición de Dios, y finalmente será quemada.
9Pero aunque hablamos así, queridos hermanos, estamos seguros de que ustedes se encuentran en el primer caso, es decir, en camino de salvación. 10Porque Dios es justo, y no olvidará lo que ustedes han hecho y el amor que le han mostrado al ayudar a los del pueblo santo, como aún lo están haciendo. 11Pero deseamos que cada uno de ustedes siga mostrando hasta el fin ese mismo entusiasmo, para que se realice completamente su esperanza. 12No queremos que se vuelvan perezosos, sino que sigan el ejemplo de quienes por medio de la fe y la constancia están recibiendo la herencia que Dios les ha prometido.


Últimas palabras de Jacob

Génesis 49 1Jacob llamó a sus hijos y les dijo: "Acérquense y les diré lo que les va a pasar en el futuro:

2"Acérquense para oir, hijos de Jacob,
escuchen a su padre Israel.

3"Tú, Rubén, eres mi hijo mayor,
mi fuerza y primer fruto de mi vigor,
el primero en honor y en poder.
4Pero ya no serás el primero,
porque eres como un torrente incontenible:
pues deshonraste mi cama
al acostarte con mi concubina.

5"Simeón y Leví son hermanos;
sus armas son instrumentos de violencia.
6¡Jamás quiero estar presente
en el lugar de sus reuniones!
Pues cuando estaban enojados mataron gentes,
y por puro capricho
les rompieron las patas a los toros.
7¡Maldito, sí, maldito sea
su enojo tan salvaje!
¡Yo los dispersaré por completo
en todo el pueblo de Israel!

8"Judá, tus hermanos te alabarán.
Tomarás por el cuello a tus enemigos,
y tus propios hermanos te harán reverencias.
9¡Tú, Judá, hijo mío!
Eres como un cachorro de león
cuando deja de devorar a su víctima:
se agacha, se echa en el suelo,
como si fuera un león grande.
¿Y quién se atreverá a molestarlo?
10Nadie le quitará el poder a Judá
ni el cetro que tiene en las manos,
hasta que venga el dueño del cetro,
a quien los pueblos obedecerán.
11El que amarra su burrito a las viñas,
el que lava toda su ropa con vino,
¡con el jugo de las uvas!
12Sus ojos son más oscuros que el vino;
sus dientes, más blancos que la leche.

13"Zabulón vivirá a la orilla del mar,
en donde habrá puertos para barcos.
Sus fronteras llegarán hasta Sidón.

14"Isacar es un animal de carga
que descansa en sus establos.
15Cuando vio que el país era bueno
y agradable para descansar,
dobló su espalda para llevar carga,
y sin protestar se hizo esclavo.

16"Dan gobernará a su propia gente
como una de las tribus de Israel.
17Dan será igual a una víbora
que está junto al camino,
que muerde los talones del caballo
y hace caer al jinete.

18"¡Oh, Señor, espero que me salves!

19"A Gad lo atacará un ejército,
pero después él lo perseguirá.

20"Aser tendrá abundancia de pan;
dará comidas dignas de reyes.

21"Neftalí es como una gacela que anda libre
y que tiene hermosas crías.

22"José es como una planta junto al agua,
que produce mucho fruto
y sus ramas trepan sobre el muro.
23Los arqueros lo odian, le tiran flechas
y siempre lo están molestando;
24pero José tiene brazos fuertes
y mantiene firme su arco;
¡gracias al Dios poderoso de Jacob!,
¡gracias al nombre del Pastor, el protector de Israel!,
25¡gracias al Dios de tu padre, que te ayudará;
al Dios todopoderoso, que te bendecirá!
¡Con bendiciones del alto cielo!
¡Con las bendiciones del mar profundo!
¡Con bendiciones de los pechos y del vientre!
26Tu padre te bendijo más
de lo que mis padres me bendijeron.
Hasta el fin de los montes eternos,
estas bendiciones estarán
sobre la cabeza de José,
que fue escogido entre sus hermanos.

27"Benjamín es un lobo feroz,
que en la mañana se come a su víctima
y en la tarde reparte las sobras."

28Estas son las doce tribus de Israel, y esto es lo que su padre dijo a sus hijos al darle a cada uno su bendición.

Muerte de Jacob

29Un día, Jacob dio esta orden a sus hijos: "Ya me falta poco para morir. Entiérrenme junto a mis antepasados en la cueva que está en el terreno de Efrón el hitita, 30allá en la tierra de Canaán; es decir, la cueva que está en Macpelá, frente a Mamré, la que Abraham compró junto con el mismo terreno de Efrón, para que fuera el sepulcro de la familia. 31Allí enterraron a Abraham y a su esposa Sara, a Isaac y a su esposa Rebeca, y allí también enterré a Lía. 32El terreno y la cueva que allí está fueron comprados a los hititas."
33Cuando Jacob terminó de dar estas instrucciones a sus hijos, volvió a acostarse y murió.
Génesis 50 1Entonces José se abrazó al cuerpo de su padre, y llorando lo besó. 2Después ordenó a los médicos que estaban a su servicio que embalsamaran el cuerpo de su padre Israel, y así lo hicieron. 3Tardaron cuarenta días en embalsamarlo, porque ese es el tiempo que se necesita para hacerlo.
Los egipcios guardaron luto por Israel durante setenta días, 4y después de los días de luto, José habló con los del palacio del faraón y les dijo:
--Si me he ganado el aprecio de ustedes, háganme el favor de decirle al faraón 5que cuando mi padre estaba por morir, me hizo jurarle que yo lo enterraría en el sepulcro que él mismo se preparó, y que está en la tierra de Canaán. Así que yo le ruego me permita ir a enterrar a mi padre; una vez que lo haya enterrado, regresaré.
6Y el faraón contestó:
--Ve a enterrar a tu padre, tal como él te lo pidió.
7José fue a enterrar a su padre, y lo acompañaron todos los funcionarios que tenían autoridad en el palacio del faraón y en Egipto, 8la propia familia de Jacob, la de José, y sus hermanos. En la tierra de Gosen dejaron solamente a los niños y los animales. 9También gente con carretas y de a caballo acompañó a José, así que era muchísima gente. 10Cuando llegaron a Goren-ha-atad, que está al oriente del río Jordán, tuvieron una solemne ceremonia luctuosa. Allí José guardó luto por su padre durante siete días.
11Cuando los cananeos que vivían en esa región vieron la ceremonia, dijeron: "Los egipcios tienen un entierro muy solemne." Por eso llamaron Abel-misraim a aquel lugar que está al oriente del Jordán.
12Los hijos de Jacob hicieron con su padre todo lo que él les había pedido, 13pues lo llevaron a Canaán y lo enterraron en la cueva del terreno de Macpelá, que Abraham le había comprado a Efrón el hitita para que fuera el sepulcro de la familia. Este terreno y la cueva están al oriente de Mamré. 14Después de haber sepultado a su padre, José regresó a Egipto junto con sus hermanos y con todos los que lo habían acompañado.

Últimos días de José

15Como Jacob había muerto, los hermanos de José pensaron: "Tal vez José nos odia, y se va a vengar de todo el mal que le hicimos." 16Entonces le mandaron a decir: "Antes de que tu padre muriera, nos ordenó 17que te dijéramos: 'Por favor, te pido que perdones la maldad y pecado de tus hermanos, que tan mal te trataron.' Por eso te rogamos que perdones nuestra maldad, pues somos siervos del Dios de tu padre."
Mientras los mensajeros le daban este mensaje, José lloraba. 18Entonces llegaron sus propios hermanos, se inclinaron delante de él hasta tocar el suelo con la frente, y le dijeron:
--Aquí nos tienes. Somos tus esclavos.
19Pero José les contestó:
--No tengan miedo. Yo no puedo ponerme en lugar de Dios. 20Ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios cambió ese mal en bien para hacer lo que hoy vemos: para salvar la vida de mucha gente. 21Así que no tengan miedo. Yo les daré de comer a ustedes y a sus hijos.
Así José los tranquilizó, pues les habló con mucho cariño.

Muerte de José

22José y la familia de su padre siguieron viviendo en Egipto. José vivió ciento diez años, 23y llegó a ver a los bisnietos de Efraín. También alcanzó a recibir como miembros de la familia a los hijos de su nieto Maquir, que era hijo de Manasés.
24Un día José les dijo a sus hermanos: "Me falta poco para morir, pero Dios vendrá a ayudarlos, y los sacará de este país para llevarlos a la tierra que les prometió a Abraham, Isaac y Jacob." 25Entonces hizo que los hijos de Israel le juraran, y les dijo: "En verdad, Dios vendrá a ayudarlos. Cuando eso suceda, ustedes deben llevarse de aquí mis restos."
26José murió en Egipto a la edad de ciento diez años, y su cuerpo fue embalsamado y puesto en un ataúd.


SALMO 39 (38)

La vida es breve


1Yo había prometido cuidar mi conducta,
y no pecar con mi lengua,
y ponerle un freno a mis labios
mientras hubiera malvados delante de mí.
2Y me hacía el mudo: no decía nada.
¡Ni siquiera hablaba de lo bueno!
Pero mi dolor iba en aumento;
3¡el corazón me ardía en el pecho!
Pensando en ello, un fuego se encendió dentro de mí,
y dije entonces con voz fuerte:

4"Señor, hazme saber qué fin tendré
y cuánto tiempo voy a vivir,
para que comprenda cuán breve es mi vida.
5Me has dado una vida muy corta;
no es nada mi vida delante de ti.
¡Todo hombre dura lo que un suspiro!
6¡Todo hombre pasa como una sombra!
De nada le sirve amontonar riquezas,
pues no sabe quién se quedará con ellas.
7Y así, Señor, ¿qué puedo ya esperar?
¡Mi esperanza está en ti!
8Líbrame de mis pecados;
no dejes que los necios se burlen de mí.

9"Me hice el mudo y no abrí la boca,
porque tú eres el que actúa.
10Aparta de mí tus golpes;
estoy acabado por los golpes de tu brazo.
11Tú corriges al hombre castigando su maldad,
y reduces a polvo lo que más ama.
¡Todo hombre es un suspiro!

12"Señor, escucha mi oración,
¡presta oído a mis lamentos!,
¡no te quedes callado ante mis lágrimas!
Yo soy para ti un extranjero,
un ave de paso, como mis antepasados.
13Deja ya de mirarme, dame un momento de respiro,
antes que me vaya y deje de existir."

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