el seis de enero - San Lucas 8.1-25, Génesis 12 y Salmo 6

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Mujeres que ayudaban a Jesús

San Lucas 8 1Después de esto, Jesús anduvo por muchos pueblos y aldeas, anunciando la buena noticia del reino de Dios. Los doce apóstoles lo acompañaban, 2como también algunas mujeres que él había curado de espíritus malignos y enfermedades. Entre ellas iba María, la llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; 3también Juana, esposa de Cuza, el que era administrador de Herodes; y Susana; y muchas otras que los ayudaban con lo que tenían.

La parábola del sembrador
(Mt 13.1-9; Mc 4.1-9)

4Muchos salieron de los pueblos para ver a Jesús, de manera que se reunió mucha gente. Entonces les contó esta parábola: 5"Un sembrador salió a sembrar su semilla. Y al sembrar, una parte de la semilla cayó en el camino, y fue pisoteada, y las aves se la comieron. 6Otra parte cayó entre las piedras; y cuando esa semilla brotó, se secó por falta de humedad. 7Otra parte de la semilla cayó entre espinos; y al nacer juntamente, los espinos la ahogaron. 8Pero otra parte cayó en buena tierra; y creció, y dio una buena cosecha, hasta de cien granos por semilla."
Esto dijo Jesús, y añadió con voz muy fuerte: "¡Los que tienen oídos, oigan!"

El porqué de las parábolas
(Mt 13.10-17; Mc 4.10-12)

9Los discípulos le preguntaron a Jesús qué quería decir aquella parábola. 10Les dijo: "A ustedes Dios les da a conocer los secretos de su reino; pero a los otros les hablo por medio de parábolas, para que por más que miren no vean, y por más que oigan no entiendan.

Jesús explica la parábola del sembrador
(Mt 13.18-23; Mc 4.13-20)

11"Esto es lo que quiere decir la parábola: La semilla representa el mensaje de Dios; 12y la parte que cayó por el camino representa a los que oyen el mensaje, pero viene el diablo y se lo quita del corazón, para que no crean y se salven. 13La semilla que cayó entre las piedras representa a los que oyen el mensaje y lo reciben con gusto, pero no tienen suficiente raíz; creen por algún tiempo, pero a la hora de la prueba fallan. 14La semilla que cayó entre espinos representa a los que escuchan, pero poco a poco se dejan ahogar por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, de modo que no llegan a dar fruto. 15Pero la semilla que cayó en buena tierra, son las personas que con corazón bueno y dispuesto escuchan y hacen caso del mensaje y, permaneciendo firmes, dan una buena cosecha.

La parábola de la lámpara
(Mc 4.21-25)

16"Nadie enciende una lámpara para después taparla con algo o ponerla debajo de la cama, sino que la pone en alto, para que tengan luz los que entran. 17De la misma manera, no hay nada escondido que no llegue a descubrirse, ni nada secreto que no llegue a conocerse y ponerse en claro.
18"Así pues, oigan bien, pues al que tiene se le dará más; pero al que no tiene, hasta lo que cree tener se le quitará."

La madre y los hermanos de Jesús
(Mt 12.46-50; Mc 3.31-35)

19La madre y los hermanos de Jesús se presentaron donde él estaba, pero no pudieron acercarse a él porque había mucha gente. 20Alguien avisó a Jesús:
--Tu madre y tus hermanos están ahí fuera, y quieren verte.
21Él contestó:
--Los que oyen el mensaje de Dios y lo ponen en práctica, esos son mi madre y mis hermanos.

Jesús calma la tormenta
(Mt 8.23-27; Mc 4.35-41)

22Un día, Jesús entró en una barca con sus discípulos, y les dijo:
--Vamos al otro lado del lago.
Partieron, pues, 23y mientras cruzaban el lago, Jesús se durmió. En esto se desató una fuerte tormenta sobre el lago, y la barca empezó a llenarse de agua y corrían peligro de hundirse. 24Entonces fueron a despertar a Jesús, diciéndole:
--¡Maestro! ¡Maestro! ¡Nos estamos hundiendo!
Jesús se levantó y dio una orden al viento y a las olas, y todo se calmó y quedó tranquilo. 25Después dijo a los discípulos:
--¿Qué pasó con su fe?
Pero ellos, asustados y admirados, se preguntaban unos a otros:
--¿Quién será este, que da órdenes al viento y al agua, y lo obedecen?


Dios llama a Abram

Génesis 12 1Un día el Señor le dijo a Abram: "Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, para ir a la tierra que yo te voy a mostrar. 2Con tus descendientes voy a formar una gran nación; voy a bendecirte y hacerte famoso, y serás una bendición para otros. 3Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; por medio de ti bendeciré a todas las familias del mundo."
4Abram salió de Harán tal como el Señor se lo había ordenado. Tenía setenta y cinco años cuando salió de allá para ir a la tierra de Canaán. 5Con él se llevó a su esposa Sarai y a su sobrino Lot, y también todas las cosas que tenían y la gente que habían adquirido en Harán. Cuando llegaron a Canaán, 6Abram atravesó toda esa región hasta llegar a Siquem, donde está la encina sagrada de Moré. Los cananeos vivían entonces en aquella región. 7Allí el Señor se le apareció y le dijo: "Esta tierra se la voy a dar a tu descendencia."
Entonces Abram construyó un altar en honor del Señor, porque allí se le había aparecido. 8Luego se fue a la región montañosa que está al este de la ciudad de Betel, y allí puso su campamento. Betel quedaba al oeste de donde él había acampado, y la ciudad de Ai al este. En ese lugar Abram construyó otro altar e invocó el nombre del Señor. 9Después siguió su camino, poco a poco, hacia la región del Négueb.

Abram en Egipto

10Por aquel entonces hubo una gran escasez de alimentos en toda aquella región, y Abram se fue a vivir a Egipto durante algún tiempo, pues no había nada de comer en el lugar donde vivía. 11Cuando ya estaba llegando a Egipto, Abram le dijo a su esposa Sarai: "Mira, yo sé bien que tú eres una mujer hermosa, 12y que cuando los egipcios te vean, van a decir: 'Esta mujer es la esposa de ese hombre.' Entonces a mí me matarán, y a ti te dejarán con vida para quedarse contigo. 13Por eso, para que me vaya bien y no me maten por causa tuya, diles por favor que eres mi hermana."
14Cuando Abram llegó a Egipto, los egipcios vieron que Sarai era muy hermosa. 15También la vieron los funcionarios del faraón, rey de Egipto, y le fueron a decir que aquella mujer era muy hermosa. Entonces la llevaron al palacio del faraón.
16Por causa de Sarai, el faraón trató muy bien a Abram. Le regaló ovejas, vacas, esclavos, esclavas, asnos y camellos. 17Pero también por causa de Sarai, el Señor castigó al faraón y a su familia con grandes plagas. 18Por eso el faraón mandó llamar a Abram, y le dijo: "¿Por qué me has hecho esto? ¿Por qué no me dijiste que esta mujer es tu esposa? 19Tú dijiste que era tu hermana, y yo pude haberla tomado por esposa. Anda, aquí la tienes. ¡Tómala y vete!" 20Entonces el faraón ordenó a sus hombres que hicieran salir de Egipto a Abram, junto con su esposa y con todo lo que tenía.


SALMO 6

Oración en momentos de angustia


1Señor, no me reprendas en tu enojo,
no me castigues en tu furor.
2Señor, ten compasión de mí,
pues me siento sin fuerzas.
Señor, devuélveme la salud,
pues todo el cuerpo me tiembla.
3¡Estoy temblando de miedo!
Y tú, Señor, ¿cuándo vendrás?

4Ven, Señor, ¡salva mi vida!,
¡sálvame, por tu amor!
5Nadie que esté muerto puede acordarse de ti;
¿quién podrá alabarte en el sepulcro?
6Estoy cansado de llorar.
Noche tras noche lloro tanto
que inundo de lágrimas mi almohada.
7El dolor me nubla la vista;
¡se me nubla por culpa de mis enemigos!

8¡Apártense de mí, malhechores,
que el Señor ha escuchado mis sollozos!
9El Señor ha escuchado mis ruegos,
¡el Señor ha aceptado mi oración!
10Mis enemigos, muertos de miedo, quedarán en ridículo;
¡en un abrir y cerrar de ojos huirán avergonzados!

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Esta lectura es de La Biblia, Versión Popular, Segunda Edición Derechos Registrados © Sociedades Bíblicas Unidas 1966, 1970, 1979, 1983

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