el tres de enero - San Lucas 6.27-49, Génesis 6-7 y Salmo 3

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El amor a los enemigos
(Mt 5.38-48; 7.12)

San Lucas 6 27"Pero a ustedes que me escuchan les digo: Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, 28bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los insultan. 29Si alguien te pega en una mejilla, ofrécele también la otra; y si alguien te quita la capa, déjale que se lleve también tu camisa. 30A cualquiera que te pida algo, dáselo, y al que te quite lo que es tuyo, no se lo reclames. 31Hagan ustedes con los demás como quieren que los demás hagan con ustedes.
32"Si ustedes aman solamente a quienes los aman a ustedes, ¿qué hacen de extraordinario? Hasta los pecadores se portan así. 33Y si hacen bien solamente a quienes les hacen bien a ustedes, ¿qué tiene eso de extraordinario? También los pecadores se portan así. 34Y si dan prestado solo a aquellos de quienes piensan recibir algo, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores se prestan unos a otros, esperando recibir unos de otros. 35Ustedes deben amar a sus enemigos, y hacer bien, y dar prestado sin esperar nada a cambio. Así será grande su recompensa, y ustedes serán hijos del Dios altísimo, que es también bondadoso con los desagradecidos y los malos. 36Sean ustedes compasivos, como también su Padre es compasivo.

No juzgar a otros
(Mt 7.1-5)

37"No juzguen a otros, y Dios no los juzgará a ustedes. No condenen a otros, y Dios no los condenará a ustedes. Perdonen, y Dios los perdonará. 38Den a otros, y Dios les dará a ustedes. Les dará en su bolsa una medida buena, apretada, sacudida y repleta. Con la misma medida con que ustedes den a otros, Dios les devolverá a ustedes."
39Jesús les puso esta comparación: "¿Acaso puede un ciego servir de guía a otro ciego? ¿No caerán los dos en algún hoyo? 40Ningún discípulo es más que su maestro: cuando termine sus estudios llegará a ser como su maestro.
41"¿Por qué te pones a mirar la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no te fijas en el tronco que tienes en el tuyo? 42Y si no te das cuenta del tronco que tienes en tu propio ojo, ¿cómo te atreves a decir a tu hermano: 'Hermano, déjame sacarte la astilla que tienes en el ojo'? ¡Hipócrita!, saca primero el tronco de tu propio ojo, y así podrás ver bien para sacar la astilla que tiene tu hermano en el suyo.

El árbol se conoce por su fruto
(Mt 7.17-20; 12.34-35)

43"No hay árbol bueno que pueda dar fruto malo, ni árbol malo que pueda dar fruto bueno. 44Cada árbol se conoce por su fruto: no se cosechan higos de los espinos, ni se recogen uvas de las zarzas. 45El hombre bueno dice cosas buenas porque el bien está en su corazón, y el hombre malo dice cosas malas porque el mal está en su corazón. Pues de lo que abunda en su corazón habla su boca.

La casa bien o mal fundada
(Mt 7.24-27)

46"¿Por qué me llaman ustedes, 'Señor, Señor', y no hacen lo que les digo? 47Voy a decirles a quién se parece el que viene a mí y me oye y hace lo que digo: 48se parece a un hombre que para construir una casa cavó primero bien hondo, y puso la base sobre la roca. Cuando creció el río, el agua dio con fuerza contra la casa, pero ni moverla pudo, porque estaba bien construida. 49Pero el que me oye y no hace lo que digo, se parece a un hombre que construyó su casa sobre la tierra y sin cimientos; y cuando el río creció y dio con fuerza contra ella, se derrumbó y quedó completamente destruida."


La maldad de los hombres

Génesis 6 1Cuando los hombres comenzaron a poblar la tierra y tuvieron hijas, 2los hijos de Dios vieron que estas mujeres eran hermosas. Entonces escogieron entre todas ellas, y se casaron con las que quisieron. 3Pero el Señor dijo: "No voy a dejar que el hombre viva para siempre, porque él no es más que carne. Así que vivirá solamente ciento veinte años."
4Los gigantes aparecieron en la tierra cuando los hijos de Dios se unieron con las hijas de los hombres para tener hijos con ellas, y también después. Ellos fueron los famosos héroes de los tiempos antiguos.
5El Señor vio que era demasiada la maldad del hombre en la tierra y que este siempre estaba pensando en hacer lo malo, 6y le pesó haber hecho al hombre. Con mucho dolor 7dijo: "Voy a borrar de la tierra al hombre que he creado, y también a todos los animales domésticos, y a los que se arrastran, y a las aves. ¡Me pesa haberlos hecho!"
8Sin embargo, el Señor miraba a Noé con buenos ojos.

El arca de Noé

9Esta es la historia de Noé.
Noé era un hombre muy bueno, que siempre obedecía a Dios. Entre los hombres de su tiempo, solo él vivía de acuerdo con la voluntad de Dios. 10Noé tuvo tres hijos, que fueron Sem, Cam y Jafet.
11Para Dios, la tierra estaba llena de maldad y violencia, 12pues toda la gente se había pervertido. Al ver Dios que había tanta maldad en la tierra, 13le dijo a Noé: "He decidido terminar con toda la gente. Por su culpa hay mucha violencia en el mundo, así que voy a destruirlos a ellos y al mundo entero. 14Construye un arca de madera resinosa, haz cuartos en ella, y tapa con brea todas las rendijas del arca por dentro y por fuera, para que no le entre agua. 15Haz el arca de estas medidas: ciento treinta y cinco metros de largo, veintidós metros y medio de ancho, y trece metros y medio de alto. 16Hazla de tres pisos, con una ventana como a medio metro del techo, y con una puerta en uno de los lados. 17Yo voy a mandar un diluvio que inundará la tierra y destruirá todo lo que tiene vida en todas partes del mundo. Todo lo que hay en la tierra morirá. 18Pero contigo estableceré mi alianza, y en el arca entrarán tus hijos, tu esposa, tus nueras y tú. 19También llevarás al arca un macho y una hembra de todos los animales que hay en el mundo, para que queden con vida igual que tú. 20Contigo entrarán en el arca dos animales de cada clase: tanto de las aves y animales domésticos, como de los que se arrastran por el suelo, para que puedan seguir viviendo. 21Junta además toda clase de alimentos y guárdalos, para que tú y los animales tengan qué comer."
22Y Noé hizo todo tal como Dios se lo había ordenado.

El diluvio

Génesis 7 1Después el Señor le dijo a Noé: "Entre toda la gente de este tiempo, solo tú vives de acuerdo con mi voluntad. Por lo tanto, entra en el arca junto con tu familia. 2Toma siete machos y siete hembras de todo animal puro, pero solo un macho y una hembra de los impuros. 3Toma también siete parejas de cada clase de aves, para que se conserve su especie en el mundo, 4porque dentro de siete días haré que llueva durante cuarenta días y cuarenta noches. ¡Voy a borrar de la tierra todo lo que vive, y que yo he creado!" 5Y Noé hizo todo tal como el Señor se lo había ordenado.
6Cuando el diluvio inundó la tierra, Noé tenía seiscientos años. 7Y entró Noé en el arca junto con sus hijos, su esposa y sus nueras, para protegerse del diluvio. 8Los animales puros e impuros, los que vuelan y los que se arrastran, 9entraron con Noé en el arca, de dos en dos, macho y hembra, como Dios se lo había ordenado.
10A los siete días, el diluvio comenzó a inundar la tierra. 11Era el día diecisiete del mes segundo. Noé tenía entonces seiscientos años. Precisamente en ese día, se reventaron las fuentes del gran mar abajo, y se abrieron las compuertas del cielo arriba. 12Cuarenta días y cuarenta noches estuvo lloviendo sobre la tierra. 13En aquel mismo día entró Noé en el arca con sus hijos Sem, Cam y Jafet, y con su esposa y sus tres nueras. 14Con ellos entraron toda clase de animales salvajes y domésticos, y toda clase de animales que se arrastran y de aves. 15Todos los animales entraron con Noé en el arca, de dos en dos. 16Entraron un macho y una hembra de cada clase, tal como Dios se lo había ordenado a Noé, y después el Señor cerró la puerta del arca.
17El diluvio duró cuarenta días. Al subir el agua, el arca se levantó del suelo y comenzó a flotar. 18El agua seguía subiendo más y más, pero el arca seguía flotando. 19Tanto subió el agua, que llegó a cubrir las montañas más altas de la tierra; 20y después de haber cubierto las montañas, subió todavía como siete metros más. 21Así murió toda la gente que vivía en la tierra, lo mismo que las aves, los animales domésticos y salvajes, y los que se arrastran por el suelo. 22Todo lo que había en tierra firme, y que tenía vida y podía respirar, murió. 23Solamente Noé y los que estaban en el arca quedaron vivos; los demás fueron destruidos: el hombre, los animales domésticos, las aves del cielo y los animales que se arrastran; 24pues la tierra quedó inundada durante ciento cincuenta días.


SALMO 3

Oración pidiendo la ayuda del Señor


1Señor, muchos son mis enemigos,
muchos son los que se han puesto en contra mía,
2¡muchos son los que dicen de mí:
"Dios no va a salvarlo"!
3Pero tú, Señor, eres mi escudo protector,
eres mi gloria, eres quien me reanima.

4A gritos pido ayuda al Señor
y él me contesta desde su monte santo.
5Me acuesto y duermo, y vuelvo a despertar,
porque el Señor me da su apoyo.
6No me asusta ese enorme ejército
que me rodea dispuesto a atacarme.

7¡Levántate, Señor!
¡Sálvame, Dios mío!
Tú golpearás en la cara a mis enemigos;
¡les romperás los dientes a los malvados!
8Tú, Señor, eres quien salva;
¡bendice, pues, a tu pueblo!

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