Jesús llama a Leví
(Mt 9.9-13; Mc 2.13-17)
San Lucas 5
27Después de esto, Jesús salió y se fijó
en uno de los que cobraban impuestos para Roma. Se llamaba Leví, y
estaba sentado en el lugar donde cobraba los impuestos. Jesús le dijo:
--Sígueme.
28Entonces Leví se
levantó, y dejándolo todo siguió a Jesús.
29Más tarde, Leví hizo en
su casa una gran fiesta en honor de Jesús; y muchos de los que cobraban
impuestos para Roma, junto con otras personas, estaban sentados con
ellos a la mesa. 30Pero los fariseos y los maestros de la ley
del mismo partido comenzaron a criticar a los discípulos de Jesús. Les
dijeron:
--¿Por qué comen y beben ustedes con
cobradores de impuestos y pecadores?
31Jesús les contestó:
--Los que están buenos y sanos no
necesitan médico, sino los enfermos. 32Yo no he venido a
llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se vuelvan a Dios.
La pregunta sobre el ayuno
(Mt 9.14-17; Mc 2.18-22)
33Le dijeron a Jesús:
--Los seguidores de Juan y de los
fariseos ayunan mucho y hacen muchas oraciones, pero tus discípulos
siempre comen y beben.
34Jesús les contestó:
--¿Acaso pueden ustedes hacer ayunar
a los invitados a una boda, mientras el novio está con ellos? 35Pero
llegará el momento en que se lleven al novio; cuando llegue ese día,
entonces sí ayunarán.
36También les puso esta
comparación:
--Nadie corta un pedazo de un vestido
nuevo para remendar un vestido viejo. Si lo hace así, echa a perder el
vestido nuevo; además, el pedazo nuevo no quedará bien con el vestido
viejo. 37Ni tampoco se echa vino nuevo en cueros viejos,
porque el vino nuevo hace que se revienten los cueros, y tanto el vino
como los cueros se pierden. 38Por eso hay que echar el vino
nuevo en cueros nuevos. 39Y nadie que toma el vino añejo
quiere después el nuevo, porque dice: 'El añejo es más sabroso.'
La Creación
Génesis 1
1En el comienzo de todo, Dios creó el cielo y la tierra. 2La
tierra no tenía entonces ninguna forma; todo era un mar profundo
cubierto de oscuridad, y el espíritu de Dios se movía sobre el agua.
3Entonces Dios dijo:
"¡Que haya luz!"
Y hubo luz. 4Al ver Dios
que la luz era buena, la separó de la oscuridad 5y la llamó
"día", y a la oscuridad la llamó "noche". De este
modo se completó el primer día.
6Después Dios dijo: "Que
haya una bóveda que separe las aguas, para que estas queden separadas."
Y así fue. 7Dios hizo una
bóveda que separó las aguas: una parte de ellas quedó debajo de la
bóveda, y otra parte quedó arriba. 8A la bóveda la llamó
"cielo". De este modo se completó el segundo día.
9Entonces Dios dijo: "Que
el agua que está debajo del cielo se junte en un solo lugar, para que
aparezca lo seco."
Y así fue. 10A la parte
seca Dios la llamó "tierra", y al agua que se había juntado
la llamó "mar".
Al ver Dios que todo estaba bien, 11dijo:
"Que produzca la tierra toda clase de plantas: hierbas que den
semilla y árboles que den fruto."
Y así fue. 12La tierra
produjo toda clase de plantas: hierbas que dan semilla y árboles que
dan fruto. Y Dios vio que todo estaba bien. 13De este modo se
completó el tercer día.
14-15Entonces Dios dijo:
"Que haya luces en la bóveda celeste, que alumbren la tierra y
separen el día de la noche, y que sirvan también para señalar los
días, los años y las fechas especiales."
Y así fue. 16Dios hizo las
dos luces: la grande para alumbrar de día y la pequeña para alumbrar
de noche. También hizo las estrellas. 17Dios puso las luces
en la bóveda celeste para alumbrar la tierra 18de día y de
noche, y para separar la luz de la oscuridad, y vio que todo estaba bien.
19De este modo se completó el cuarto día.
20Luego Dios dijo: "Que
produzca el agua toda clase de animales, y que haya también aves que
vuelen sobre la tierra."
Y así fue. 21Dios creó
los grandes monstruos del mar, y todos los animales que el agua produce
y que viven en ella, y todas las aves.
Al ver Dios que así estaba bien, 22bendijo
con estas palabras a los animales que había hecho: "Que tengan
muchas crías y llenen los mares, y que haya muchas aves en el mundo."
23De este modo se completó
el quinto día.
24Entonces Dios dijo:
"Que produzca la tierra toda clase de animales: domésticos y
salvajes, y los que se arrastran por el suelo."
Y así fue. 25Dios hizo
estos animales y vio que todo estaba bien.
26Entonces dijo: "Ahora
hagamos al hombre a nuestra imagen. Él tendrá poder sobre los peces,
las aves, los animales domésticos y los salvajes, y sobre los que se
arrastran por el suelo."
27Cuando Dios creó al
hombre,
lo creó a su imagen;
varón y mujer los creó,
28y les dio su bendición:
"Tengan muchos, muchos hijos;
llenen el mundo y gobiérnenlo;
dominen a los peces y a las aves,
y a todos los animales que se arrastran."
29Después les dijo: "Miren,
a ustedes les doy todas las plantas de la tierra que producen semilla, y
todos los árboles que dan fruto. Todo eso les servirá de alimento. 30Pero
a los animales salvajes, a los que se arrastran por el suelo y a las
aves, les doy la hierba como alimento."
Así fue, 31y Dios vio que
todo lo que había hecho estaba muy bien. De este modo se completó el
sexto día.
Génesis 2
1El cielo y la tierra, y todo lo que hay en ellos, quedaron
terminados. 2El séptimo día terminó Dios lo que había
hecho, y descansó. 3Entonces bendijo el séptimo día y lo
declaró día sagrado, porque en ese día descansó de todo su trabajo
de creación. 4Esta es la historia de la creación del cielo
y de la tierra.
El hombre en el jardín de Edén
Cuando Dios el Señor hizo el cielo y
la tierra, 5aún no había plantas ni había brotado la
hierba, porque Dios el Señor todavía no había hecho llover sobre la
tierra, ni había nadie que la trabajara. 6Sin embargo, de la
tierra salía agua que regaba todo el terreno. 7Entonces Dios
el Señor formó al hombre de la tierra misma, y sopló en su nariz y le
dio vida. Así el hombre se convirtió en un ser viviente.
8Después Dios el Señor
plantó un jardín en la región de Edén, en el oriente, y puso allí
al hombre que había formado. 9Hizo crecer también toda
clase de árboles hermosos que daban fruto bueno para comer. En medio
del jardín puso también el árbol de la vida y el árbol del
conocimiento del bien y del mal.
10En Edén nacía un río
que regaba el jardín, y que de allí se dividía en cuatro. 11El
primero se llamaba Pisón, que es el que da vuelta por toda la región
de Havilá, donde hay oro. 12El oro de esa región es fino, y
también hay resina fina y piedra de ónice. 13El segundo
río se llamaba Guihón, y es el que da vuelta por toda la región de
Cus. 14El tercero era el río Tigris, que es el que pasa al
oriente de Asiria. Y el cuarto era el río Éufrates.
15Cuando Dios el Señor
puso al hombre en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara,
16le dio esta orden: "Puedes comer del fruto de todos
los árboles del jardín, 17menos del árbol del bien y del
mal. No comas del fruto de ese árbol, porque si lo comes, ciertamente
morirás."
18Luego, Dios el Señor
dijo: "No es bueno que el hombre esté solo. Le voy a hacer alguien
que sea una ayuda adecuada para él." 19-20Y Dios el
Señor formó de la tierra todos los animales y todas las aves, y se los
llevó al hombre para que les pusiera nombre. El hombre les puso nombre
a todos los animales domésticos, a todas las aves y a todos los
animales salvajes, y ese nombre se les quedó. Sin embargo, ninguno de
ellos resultó ser la ayuda adecuada para él. 21Entonces
Dios el Señor hizo caer al hombre en un sueño profundo y, mientras
dormía, le sacó una de las costillas y le cerró otra vez la carne. 22De
esa costilla Dios el Señor hizo una mujer, y se la presentó al hombre,
23el cual, al verla, dijo:
"¡Esta sí que es de mi propia
carne y de mis propios huesos! Se va a llamar 'mujer', porque Dios la
sacó del hombre."
24Por eso el hombre deja a
su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos llegan a ser
como una sola persona.
25Tanto el hombre como su
mujer estaban desnudos, pero ninguno de los dos sentía vergüenza de
estar así.
SALMO 1
Felicidad verdadera
1Feliz el hombre que no
sigue el consejo de los malvados,
ni va por el camino de los pecadores,
ni hace causa común con los que se
burlan de Dios,
2sino que pone su amor en la
ley del Señor
y en ella medita noche y día.
3Ese hombre es como un
árbol
plantado a la orilla de un río,
que da su fruto a su tiempo
y jamás se marchitan sus hojas.
¡Todo lo que hace, le sale bien!
4Con los malvados no pasa lo
mismo,
pues son como paja que se lleva el
viento.
5Por eso los malvados
caerán bajo el juicio de Dios
y no tendrán parte en la comunidad de
los justos.
6El Señor cuida el camino
de los justos,
pero el camino de los malos lleva al
desastre. |